Cambios importantes han surgido en los últimos años: 1) la adopción generalizada del formato digital, el uso de las computadoras y la masificación del Internet; 2) la producción acelerada de una gran variedad de programas, aplicaciones, herramientas, utilidades recursos y servicios electrónicos para la práctica científica; 3) la generación de repositorios y colecciones de información; y 4) el acceso abierto, la estandarización e interoperabilidad. Muchos de estos cambios, sin duda, han repercutido en la transformación de la práctica científica a varios niveles como el objeto de estudio, la dinámica de la producción científica, las relaciones entre los científicos, los métodos y los formatos de la información. Se ha reducido la energía, el costo y el tiempo requeridos para el análisis de la información biológica. Se han desarrollado nuevas técnicas analíticas, tecnologías de acceso y modelos de organización para explotar las colecciones digitales de manera innovadora como la minería de textos (text mining). Se diseñan a diario nuevas herramientas para realizar búsquedas más eficientes y precisas, así como para hacer análisis mejores y más extensos. Esto ha aumentado la eficacia y la exactitud en la obtención de información y ha generado nuevas oportunidades de investigación al incrementar el espectro de opciones técnicas y análisis factibles. La automatización ha permitido a los investigadores desarrollar modelos y simulaciones de fenómenos lo que ha promovido la aceleración del conocimiento.
se han modificado notablemente las etapas en el ciclo de la publicación científica, ahora es posible conocer los contenidos de un artículo antes de su publicación (preprints), los formatos digitales y las herramientas de la web 2.0 y 3.0 permiten una consulta de la información más dinámica, completa y rápida. En la actualidad se puede consultar instantáneamente un artículo seleccionado, reconocer a los autores, sus correos electrónicos, sus trabajos más citados y a las instituciones a las que ellos pertenecen. También es posible consultar los artículos más relevantes de manera inmediata, las publicaciones relacionadas, las más citadas y diversos indicadores bibliométricos como el factor de impacto, la obsolescencia y la vida media. Además, es fácil acceder directamente a las referencias, las citas y las imágenes relacionadas
Relativo al ciclo de publicación Björk y Hedlund (2004) propusieron un modelo de cinco etapas: 1) los investigadores realizan el estudio y revisan la bibliografía existente; 2) se escribe el documento y se cita la literatura utilizada. Los editores y académicos realizan actividades específicas con el fin de revisarlo y publicarlo, si esto sucede de manera eficiente se pueden diseminar los resultados; lo que implica que pueden ser leídos, ya que los resultados científicos que nunca son leídos terminan por ser inútiles. En este punto intervienen también las bibliotecas y los servicios bibliográficos que tienen como función archivar, brindar acceso y facilitar la recuperación del producto publicado; 3) recuperación de la publicación por parte del lector; 4) se evalúa el desempeño del investigador; 5) los practicantes, comúnmente investigadores, acuden al documento e implementan los resultados de la investigación y la citan en la propia.
En estas etapas intervienen siete actores principales:
Investigadores
Realizan la investigación y escriben las publicaciones
Editores
Administran y llevan a cabo el proceso de publicación real
Académicos
Los tiempos de publicación han disminuido notablemente, se han probado nuevas formas de certificar las publicaciones. Actualmente se pueden someter los artículos a revisión en línea y el diseño de recursos públicos de libre acceso (open access) dan la oportunidad a todo el público a la consulta de sus colecciones de datos lo cual es un inicio hacia la democratización de la investigación.
Las revistas científicas
Con la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en Alemania (1445) se difundió el conocimiento a través de textos, lo que sustituyó la transmisión oral, y el uso de papiros y pergaminos copiados por amanuenses, este nuevo invento produjo una nueva forma de divulgación del conocimiento manipulable, perdurable y económica, de tal forma que los libros se convirtieron en el principal medio difusor del conocimiento científico. Dos siglos después se imprimieron las primeras revistas científicas, que tenían como ventaja el presentar en poco espacio y de forma organizada varios temas resumidos, actualizados, y arbitrados. Denys de Sallo (1626-1669), un mecenas de los estudios científicos, reprodujo los pasajes más notables que encontró en los libros científicos para propagarlos y difundirlos por medio de su publicación, a intervalos regulares daba a conocer las novedades que surgían en el mundo de las ciencias. Así surgió, en 1655, el primer periódico científico, el Journal des Sçavans, que en un principio contenía más reseñas que contribuciones originales, pero gradualmente se convirtió en un medio eficaz de divulgación de descubrimientos y análisis científicos. De forma inmediata se produjeron publicaciones similares en Inglaterra, Italia, Alemania, Suiza y Holanda (Papavero et al., 2001a). Por ejemplo, tres meses después de la aparición del Journal des Sçavans, la Royal Society publicó gran número de trabajos biológicos notables, como los de Malpighi, Hooke, Grew y Leeuwenhoek e inició la edición de sus Philosophical Transactions, donde se publicaron algunos de los artículos clásicos de la literatura científica de la época, uno de los grandes impulsores de esta sociedad, y en especial de su revista, fue Henry Oldenburg (1615-1677). Para 1682, en Alemania apareció la revista Acta Eruditorum, fundada por Otto Mencke (1644-1707) con trabajos de matemáticas de autores como Leibniz, Huyghens, Bernoulli y otros (Papavero et al., 2001a).
Desde esa época, la lista de periódicos científicos creció exponencialmente, se duplicó su número cada 15 años, aumentó diez veces en 50 años, mil veces en un siglo y medio, y cien mil veces en los 300 años subsecuentes a 1665 (Price, 1973). En 1959 había entre 75,000 y 100,000 periódicos consagrados a la ciencia y la tecnología, que difundieron cerca de 1,200,000 artículos por año. Tan solo en los Estados Unidos, la cantidad de periódicos de ciencia y tecnología desde 1800 se duplicó aproximadamente cada 20 años, para 1960, el World List of Scientific Periodicals contenía 59,961 títulos de periódicos (Papavero et al., 2001a).
Así, las revistas científicas han sido las protagonistas de la práctica científica: son el único canal de difusión certificado y aceptado para comunicar los conocimientos científicos, conforman uno de los elementos más importantes de la consolidación de la profesionalización de las instituciones y disciplinas científicas, uno de las empresas que mejor funciona de la ciencia, son la fuente más importante para obtención de indicadores científicos y constituyen el instrumento de evaluación más usado para financiamiento o promociones. No solo eso, constituyen el insumo, el medio y producto de la ciencia, es en los artículos que está contenido el acervo acumulado de las teorías, métodos, conceptos, procedimientos y datos acumulados por todos los científicos de la era moderna, son la evidencia primordial de la historia de la ciencia porque integran a todos los actores involucrados: las instituciones, los científicos, el conocimiento, los recursos y el contexto histórico.
En la ciencia permanentemente hay un artículo científico presente, en la mano de un estudiante, en el escritorio de un editor, en la biblioteca de una institución o en el laboratorio de un investigador: el lector se convierte en usuario de los datos que contiene, que luego se transforma en editor o revisor del artículo, que será usado como referencia y citado posteriormente, meses después, quizá, será analizado con otros teras de documentos por medio de minería de textos o grandes datos para obtener nuevo conocimiento….
El proceso de investigación inicia con un artículo y continua en un proceso interminable con otros, el ciclo de la publicación científica inicia con el proceso de investigación y culmina cuando el artículo de investigación ha sido utilizado por otros.
La cultura de publicar o perecer (publish or perish) se refiere a la presión que enfrentan los científicos por producir publicaciones, ya que de esto depende el avance de su carrera.
Algunos temas de mi interés son:
Revistas de vanguardia
Megarevistas
Buenas prácticas en la Publicación científica
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