El tema de este hilo no pretende hablar de pensamientos o actuaciones lógicas, sino simplemente de tener o no la cabeza sobre los hombros, algo no tan frecuente en esculturas de origen antiguo y lógicamente en sus copias que lo imitan todo, hasta las roturas.
Aunque, para ser fieles a la verdad, no todas conservaban la cabeza. Ninguno de los Luchadores la tenía, a pesar de que ahora las vemos sobre sus hombros. El grupo apareció sin ninguna de las cabezas que podemos ver en la reproducción. Pero, en las inmediaciones, se encontró una cabeza antigua que decidieron ponerle al luchador que está más abajo. Después, solo hubo que inspirarse en esta para hacer una que se le añadió a la otra figura. Y así es como Los Luchadores consiguieron sus cabezas.
Asurnasirpal era difícil que la perdiese porque la estatua se hizo con aspecto de bloque, precisamente, para evitarlo. La misma costumbre tenían los artistas egipcios, que procuraban hacer cuerpos con pocos elementos que sobresaliesen. En nuestro caso, el rey amarniense no ha perdido su cabeza, pero sí otras partes de su conjunto. Pero esto lo desvelaremos más adelante.
A la figura de Horus le pasa algo parecido. Casi forma un bloque con el resto del cuerpo. Pero este sí que ha perdido algo importante en su cabeza. Aunque solo lo ha perdido la reproducción. El original se hizo en basalto negro y se decoró con unos ojos incrustado para intensificar su mirada.
El Niño de la Espina también tiene su cabeza, pero da la impresión de que no pega mucho con su cuerpo. Uno es muy naturalista y la otra llama a la atención por lo contrario. El niño se agacha y se mira la planta del pie, para sacarse una espina. Y, sin embargo, no se le mueve ni un pelo de la cabeza. Ningún mechón sigue las leyes de la gravedad. Parece como si llevase todas las ondas del pelo bien fijadas con laca. Se trata de una característica típica del arte griego de esta época, en el que se mezclaban aspectos antiguos con otros más novedosos, propios de la época helenística.
Minerva también conserva su cabeza y sobre ella lleva un tocado en el que pueden verse dos pequeños objetos. Ellos podrían ser la clave para la correcta identificación de esta imagen que es bastante posible que no sea de Minerva. Pero como son tan pequeños que casi ni se ven, vamos a dejarlos también para un poco más adelante.
Y vamos a terminar con la Venus Itálica que, por supuesto, tiene su cabeza porque es copia de una escultura que Canova realizó en el siglo XIX. Cuando se le hizo el encargo al escultor, se le pidió que copiase la Venus de Medici. Y esta Venus se inspira en ella pero cambia claramente la dirección de su cabeza con respecto a la de Medici. Porque Canova intuía que aquella cabeza no se había colocado correctamente tras el hallazgo de la estatua. Hoy en día, la investigación sobre la Venus de Medici, se inclina por avalar la opinión del gran escultor neoclásico.