Chile

Mi experiencia en Chile fue todo lo que quería y más. Vine allá con dos objetivos – mejorar mi español y experimentar este país y cultura tan lejana de la mía – y creo que he cumplido estas metas y creado vínculos personales muy valorables sobre la marcha. Viví con una familia anfitriona, tomé clases en la universidad local, y exploré la ciudad de Santiago y varios otros lugares sobre el país a un nivel mucho más profundo que el turístico. Estaba reflexionando sobre mi impacto todo el tiempo – ¿estaba esencializando la cultura chilena o tratando de olvidar mi identidad "gringa"? – y no siempre podía encontrar las respuestas a estas preguntas. Este primer ensayo reflexivo abarca consideraciones así.

6 de mayo 2022

Reflejando sobre diferencias culturales entre Chile y los EEUU (y sus efectos en mi identidad acá)

Mis padres me visitaron la semana pasada. Fue un placer mostrarles unos conocimientos sobre mi vida aquí, tanto las cosas turísticas como las más escondidas y auténticas, y durante su estadía trate de retratar la ciudad de la manera más fiel que pude. Pero el acto de tomar la posición de santiaguino creó una suerte de disonancia cognitiva, que honestamente me inquietó un poco. Para mí, estar aquí requiere cierto nivel de farsa - para aprovechar estos cinco meses al máximo, necesito convencerme de que soy algo más que una turista, y que lo que llevo de vuelta a los EEUU va más allá de las cosas superficiales. Cuando me atreví la ciudad de nuevo con la compañía de mis padres, me sentí bien tener el poder de comunicar en la lengua nativa y conocer el estadio sociopolítico del país, por ejemplo, pero no podía quitarme la sensación que soy cortado por el mismo patrón que mis padres que resaltan tan descaradamente en el medio ambiente chileno. Pero bien, creo que todo esto es una parte natural de vivir en un lugar lejos de casa, y seguramente creo que hay oportunidades de usar esta conciencia de mí mismo para informar mi relación con la sociedad chilena de nuevo. Ansío la oportunidad de desarrollar estas ideas durante la segunda mitad de mi tiempo acá.

La estadía de mis padres también me dio la oportunidad de explorar unas revelaciones quizás menos filosóficas -- las diferencias culturales entre Chile y los Estados Unidos. Lo más pronunciado para mis padres fue la tranquilidad, o “laid-backness”, de los santiaguinos. Esto me sorprendió un poco, especialmente porque ahora sé que cuando se les compara a los gauchos tan despreocupados de la Patagonia chilena los santiaguinos se parecen como las personas más estiradas en el mundo, pero mis padres lo repiten tanto que he empezado a estar de acuerdo. Cuando te das contra con alguien en el metro - “no te preocupes.” Cuando estás tarde a clase - “bienvenido, estamos alegres de que pudieras llegar.” Cuando te sientas con el grupo incorrecto durante el almuerzo en la universidad - esto me paso a mi - “¡hola! ¿Cuál es tu nombre? ¡Por favor, prueba un poco de la comida que trajimos!” Y los desconocidos, cuando no son tan simpáticos, tampoco son groseros. En muchas ciudades de los EEUU, tienes que mantener la cabeza baja, y un paso en falso social puede ser correspondido con una mirada fulminante o una descarga de garabatos. Mis padres tienen toda la razón -- la gente acá es mucho más tranquila -- y si ellos pueden visitar al sur de Chile, se que este efecto de que se dieran cuenta sería mucho más pronunciado.

Otras diferencias culturales entre Chile y los EEUU tienen que ver con las relaciones entre los dos, que como resultado revela unos conocimientos bien esclarecedores. El primero es la presencia casi ubicua del inglés en Chile. Algo que me afectó al llegar acá fue la competencia de inglés que tuvieron bastantes personas, y no solo las que trabajan en el aeropuerto o las restaurantes -- me parecía que si entablaba una conversación con cualquiera persona en la calle, hay una probabilidad considerable que sus habilidades de hablar el ingles seria mejor que las mías con espanol. En los Estados Unidos, me considero como un hablador muy proficiente del español, pero acá me he dado cuenta que la norma de aprendizaje de lenguas extranjeras simplemente es mucho más alta que en los EEUU (verdaderamente, un estereotipo correcto). Yo pienso que este hecho está basado en parte a un rol especial que juega el inglés en la sociedad chilena; como dijo mi amigo de la universidad, “acá la lengua de comercio no es el español, es el inglés.” Como resultado, hay exposiciones constantes al inglés durante la vida cotidiana santiaguina, lo que se motiva a aprenderlo. Nada así existe en los EEUU con el español, por lo menos donde vivo yo. 

La diferencia final que voy a mencionar aquí es que la izquierda política acá es mucho más, bueno, izquierdista. Con los años de Trump en los EEUU, cuya locura llevó la derecha a un nivel extremista, la izquierda estadounidense también se movió a la derecha para compensar, convirtiéndose en una entidad débil y patética que permitió, por ejemplo, la criminalización del aborto bajo de su presidente “izquierdista”. Habituado al poder de la derecha en los EEUU y consciente del poder nuevo de líderes internacionales como Marine le Pen y Jair Bolsonaro, cuando vine a Chile el éxito de Boric con los constituyentes chilenos me impresionaba bastante. Como alguien con simpatía con el movimiento de izquierda acá (a pesar de que no me considero como un miembro verdadero de ella), siento un sentido de esperanza muy fuerte entre los jóvenes de este país que para mí es muy emocionante y prometedor para el futuro del país. 

Con mi naturaleza tranquila y mi pasión izquierdista, aunque no he podido sobrepasar la barrera de ser gringo (y tampoco la voy a sobrepasar en el futuro), pienso que siento un sentido de pertenencia profunda y real con la sociedad chilena aún.

Al principio de junio mi grupo de intercambio fue al desierto San Pedro de Atacama. Allá reflexioné sobre la tension entre nociones colonizadores del "progreso" y el bienestar de la naturaleza.

3 de junio 2022

El molino de viento y el santuario

Tuve buenas experiencias en el desierto durante nuestros diversas actividades planificadas, pero como un gran cantidad de tiempo fue necesariamente pasado atravesando el desierto para ir de punto A al punto B, uno de los sentimientos que me quedó de una manera fuerte fue el que me vino en cuanto miré los planos gigantes del desierto - como lo dije en el posteo del blog, el “ocean of glowing sand (océano de arena brillante)”. Es inconcebible contemplar cuantos granos de arena hay en la duna más pequeña del desierto, sino cuántos hay en la región - el número exacto es un secreto de la naturaleza, cayendo fuera del entendimiento humano. Pero esto no es bastante para los humanos. Siempre queremos saber más, saber todo, pero ¿a cual fin? ¿Es tan necesario saber todo lo que hay de saber sobre la naturaleza? Yo estoy seguro que mi respuesta es no, porque la raza humana ha crecido su conocimiento de la naturaleza "objetiva" (uy, qué palabra engañosa) a través del tiempo, pero junto con este conocimiento ha sido cometido más y más actos que hacen daño a la naturaleza. Nuestra sed de saber todo lo que hay de saber sobre la naturaleza mientras destruyéndola viene de la tendencia humana de dominar todo; por lo menos eso es lo que creo yo. Ahora nosotros tenemos todo lo que necesitamos para utilizar nuestra tecnología y disfrutar todo lo que ofrece la sociedad moderna de una manera que no destruye el medio ambiente, pero no podemos organizarnos para hacerlo, y las personas con poder son las mismas que no importan una mierda de nuestro planeta. Irónicamente, en la búsqueda de dominación, los humanos han mostrado nada aparte de su fracaso patético de organizarnos y actuar con dignidad - nuestros pecados nos han dominado, y ahora el mundo está sufriendo. Yo estaba pensando en todo esto viendo los molinos de viento gigantes diez minutos a distancia del aeropuerto - no los vi como símbolos de la grandiosidad de la ingenuidad humana sino señales de nuestro orgullo inmerecido aún empequeñecidos, todos, de las dunas detrás de ellos.

Después de diez otros minutos mirando por la ventana y pensando sobre la insignificancia humana, vi algo que me afectó mucho. Cada cierto tiempo pasamos un santuario pequeño al lado de la calle, construido solo de una piedra y unas palabras escritas, y a veces una flor o algo sentimental. No voy a fingir aquí que entiendo la razón exacto por la cual estos santuarios existen - puedo adivinar que tienen que ver con la fe religioso, pero no pienso que es mi papel asumir más que eso, pero aun si no se nada sobre ellos lo que sí se es que hay una diferencia entre un molino de viento y un santuario pequeño. Es cierto que la raza humana está destruyendo el planeta, pero es injusto decir que todos nosotros compartimos la misma culpa para esto. Sociedades colonizadores han subyugado poblaciones indígenas por mucho tiempo, creyendo fundamentalmente que son superiores por sus avances tecnológicos y militares, pero ellos solo actúan de su deseo de poder, y realmente saben mucho menos que piensan. Dos diferentes puntos de vista pueden ser válidas ambas – viendo el cielo de la noche a través de los telescopios, podía entender cómo los atacameños ven pumas cuando las sociedades occidentales ven algo diferente, y puede existir una belleza en esta diferencia. Pero cuando una sociedad está usando su medio ambiente para pagar su respeto y otra está traspasando para instalar sus máquinas de dominación, hay una diferencia moral entre los dos. Si hay una ultratumba, pienso que los que destruyeron el medio ambiente serán castigados.

Esto es lo que estaba pensando mirando el desierto de Atacama por la ventana.