Primero hay que quitar el techo antiguo
(continuo). Con una maza hay que
romper las fijaciones de estopa con
escayola y cortar el alambre que va por
el interior. Quitar todas las placas y
limpiar los restos de estopa. Decidir
qué tipo de techo instalar. En este caso
un falso techo desmontable con placas
de escayola.
Según el tamaño de las placas,
replantear cuantas filas hay que
colocar. Usar un tiralíneas para hacer
las marcas donde irán los perfiles
(aluminio, madera). El perfil de aluminio
sujetará la placa. Lleva una pieza
metálica que se inserta en el mismo y
en el otro extremo lleva una varilla
roscada (sujeta con tuercas).
Al final de ésta hay un taco metálico
que irá anclado al techo. Al roscar la
varilla, el taco se expande y se ancla
firmemente.
Para el perímetro exterior de la
habitación fijar unos ángulos en la
pared, a la altura deseada.
Taladrar la pared, insertar un taco de
plástico y, una vez perforado el ángulo,
fijarlo con un tornillo.
Las placas de escayola llevan un
acabado de gotelet fino. Existen
distintos tipos de placas (madera,
yeso laminado, acero, etc.)
Pueden ir colocadas
alineadas o alternas. Se pueden
cortar con un serrucho a mano.
El replanteo es importante para evitar
obstáculos (vigas por ejemplo).
Por último, introducir las placas finales
en diagonal y dejarlas reposar sobre
los perfiles.
Cortar los huecos en una de las placas
para los focos y hacer las conexiones
eléctricas.