Cuando vieron que el vigilante se acercaba empezaron a correr los cuatro juntos en fila, cada vez el vigilante se acercaba más porque era demasiado rápido y no podían huir de él. Cuando ya llevaban un largo rato corriendo, el vigilante los acorraló y no tenían escapatoria. El vigilante llamó a la madre de Manuel, ya que era su cómplice, y les dijo que tenía retenidos a su hijo y a tres amigos suyos, Rápidamente la madre se dirigió a donde estaban y se llevó a los niños para casa. Cuando llegaron a casa, los niños le pidieron explicaciones a la madre de Manuel de que qué hacía allí a esas horas. La madre no quiso responderles y les mandó para la habitación castigados para que pensaran sobre lo que habían hecho. La madre nunca les confesó lo que pasó esa noche.