31 DE MARZO
Llevábamos dos semanas y media de confinamiento y ya sabíamos que la cosa iba a peor. En mi caso, vivo con mi madre, con mi padre y con mi hermano pequeño.
En el tema familiar, esta cuarentena me ha ayudado a valorar más a la familia que tengo, pasé de ver a mi abuela, literalmente, todos los días a verla de vez en cuando a través de una pantalla. Fue complicado pero intentaba hacer cosas para no pensar en ello y pensar que al no verla la estaba protegiendo.
Pienso que ahora valoro más momentos sin importancia: comer con mi primo todos los días y hablar con él, comentar las clases con mi abuela y madrina, pasar los sábados de peli y pizza con mis tíos ... Cosas que estoy deseando vivir de nuevo.
16 DE ABRIL
A estas alturas ya estaba un poco harta de estar en casa, de ver el sol por la ventana y no poder disfrutar.
En ocasiones sentía miedo, pues mi madre trabaja en un supermercado y a pesar de dar gracias porque mantuvo su trabajo y pudo traer dinero a casa, también sentíamos respeto pues es un buen punto de infección debido a que las personas sólo pensaban en ellas mismos e iban 80 veces al día al súper, sin pensar que los trabajadores de allí tienen una familia y una casa como ellas. He llegado a conocer casos de personas que han ido al súper teniendo en su casa a alguien infectado.
En mi opinión la responsabilidad social en ciertos aspectos no ha sido la adecuada.
1 DE MAYO
Ya estaba harta, necesitaba salir, quería ver a mi familia, a mi abuela, a mis tíos .... Quería volver a mis rutinas y quien me iba a decir que echaría de menos, incluso ir a clase.
En mi casa, el confinamiento me ha ayudado, al revés de a otras personas, a disfrutar de mi familia, pues debido al instituto, al trabajo... no tenemos tanto tiempo para estar juntos y aunque a veces necesitaba estar sola en la habitación y descansar, pues me lo he pasado genial con mi padre riendo, viendo pelis y haciendo el tonto, con mi madre, hablando de todo y con mi hermano, jugando, a pesar de que a veces me quita de quicio jajaja.