Capítulo 52: Encuentro en un camino estrecho

Ser perseguido por cientos de hombres armados... Una experiencia tan refrescante... Leo abandonó su auto después de salir de la carretera donde había establecido una barricada y huyó a la oscura naturaleza mientras pensaba amargamente: He perseguido a innumerables personas antes, así que tal vez, para ser justos, Dios ahora me está dando una idea de lo que es que te cacen.

Se sintió muy descontento ante la idea de que su misión encubierta podría fracasar, pero al mismo tiempo, también tenía la esperanza de que siempre y cuando estuviera vivo, aún había una posibilidad de éxito si podía aprovechar dicha posibilidad en un momento oportuno en medio de las situaciones cambiantes y los encuentros efímeros.

Pero por ahora, primero tendría que encontrar un escondite y pasar la noche a salvo. Debido a la dificultad de buscar por la noche, era poco probable que el equipo de búsqueda se adentrara en la profundidad de la naturaleza, pero mañana, al amanecer, definitivamente lo harían. Por lo tanto, tenía que encontrar un lugar que estuviera oculto y del que fuera fácil escapar.

La jungla por la noche era un terror para contemplar, pero si quería ir hacia la dirección de la playa, tendría que atravesarla. Por supuesto, existía la opción de tomar la colina herbosa, pero no había árboles allí que pudiera usar como cubierta, por lo que no podía usar una linterna. Y si no usara ninguna linterna, las grietas omnipresentes cubiertas de hierba en el lecho de roca bajo sus pies se lo tragarían como las bocas abiertas de las bestias famélicas, sin salida alguna. Leo tocó la pistola en su pretina (que, tal como la linterna, fue tomada del guardia que expulsó del auto) y decidió que sería mejor aventurarse en la jungla.

Dentro de la densa jungla estaba oscurísimo sin luz natural, y Leo tuvo que confiar en una linterna blanca para orientarse en un purgatorio lleno de criaturas peligrosas: los silbantes mosquitos hambrientos, las víboras enroscadas y escondidas debajo de las ramas muertas y las plantas con púas que podían infligir heridas a aquellos que se les acercaran.

Las fuertes lluvias de la noche anterior hicieron que la tierra y las hojas podridas formaran una gruesa capa de barro bajo los pies de Leo, lo que hizo que su caminata fuera muy extenuante y difícil. ¡Es más, el suelo cubierto de helechos debajo de él a veces se convertía repentinamente en un acantilado! En dos ocasiones, si no hubiera agarrado algunas enredaderas a tiempo, habría quedado como un panqueque tras la caída de varios metros.

El entorno oscuro estaba lleno de los sonidos de insectos y ranas que parecían provenir de otro mundo, haciendo que aquellos en él se sintieran cada vez más aislados y temerosos de lo desconocido.

Leo no sabía cómo había salido de la jungla. Definitivamente fue una de las experiencias más agotadoras que había tenido y no quería recordar más de ella, ni siquiera por un segundo.

Todo lo que sabía era que ahora estaba sudoroso, cansado y extremadamente necesitado de agua, comida y mucho descanso. Para cuando vio la vaga escena de la playa delante de él a la luz cada vez más tenue de su linterna, sintió que ni siquiera podía dar un paso más.

No había descansado durante mucho tiempo cuando de repente escuchó que el zumbido de un helicóptero se le acercaba. Cuando giró la cabeza, vio que brillantes reflectores habían perforado la naturaleza, como una espada.

¡Llegaron! Leo inmediatamente apagó su linterna y se arrastró por la suave colina llena de hierbas tan altas como un humano. Los bordes serrados de las hierbas le rasparon la piel, creando rayas de sangre en sus mejillas, cuello, muñecas y tobillos. Se sentía doloroso y picaba, pero solo podía soportarlo y seguir moviéndose.

Antes de que apagara su linterna hace un momento, hizo un rápido escaneo de la zona. No había nada cerca que pudiera usar como cubierta, solo vio un gran tramo de playa debajo de un acantilado a las cuatro en punto.

Y en el lado cerca de la pared de roca, he ahí un estrecho agujero triangular escondido entre las piedras esparcidas por todas partes. Parecía una pequeña cueva–un agujero de erosión, para ser exactos–formada por el impacto constante del mar.

Bajo la pálida luz de la luna, comenzó a arrastrarse hacia la dirección del agujero basándose en lo que recordaba, bordeando las rocas dispersas de varios tamaños. Cuando tocó la húmeda pared de roca y se sumergió en el agua marina que les llegaba a las rodillas dentro de la cueva marina, una serie de luces blancas le rozaron las espaldas.

El piloto del helicóptero, al no notar nada inusual, recorrió la zona unas cuantas veces más antes de darse la vuelta y salir de ella.

Leo suspiró de alivio y se dirigió a las profundidades de la cueva, moviendo solo un pie a la vez porque las paredes rocosas circundantes estaban resbaladizas. Las pequeñas heridas en sus piernas picaban como locas debido el agua de mar, pero no tenía más remedio que apretar los dientes y continuar lentamente su camino hacia adelante, ya que no sabía si el helicóptero realmente se había ido.

Tampoco podía encender su linterna porque estaba a punto de quedarse sin batería, por lo que solo podía confiar en sus sentidos y experiencia. Estaba bastante bien cuando el suelo bajo sus pies era alto, pero cuando era bajo, el agua de mar le sobrepasaba el pecho, por lo que tenía que trepar los grandes bloques de arrecifes.

Aunque la cueva era oscura, húmeda y larga, casi como si no tuviera fin, Leo sabía que era un pasaje de línea casi recta erosionado por los mil golpes de olas marinas que conduce al extremo de la isla.

Se sentía exhausto. Estaba tentado a acostarse y dormir en una de las rocas sobre el agua, pero era demasiado arriesgado, ya que una marea alta podría sepultar toda la cueva.

Justo cuando la razón y el instinto luchaban por el control sobre su cuerpo, Leo escuchó un chapoteo...

Fue muy leve, pero ese sonido fue como si hubiera pies moviéndose en la corriente, proveniente del lado opuesto, a menos de cinco metros de distancia...

¡Había más gente en la cueva! Se volteó inmediatamente y brincó, presionando una de sus manos contra una roca y escondiéndose en la zona levemente ahuecada en la pared de la cueva. Su mano derecha tocó inconscientemente la empuñadura de su arma, pero al final la soltó y en su lugar apretó el puño. Es imposible usar un arma en este espacio estrecho y oscuro. Una bala podría rebotar en la pared de roca y herirme, pensó.

Solo podía acumular tanta fuerza como pudiera, rezar para que no hubiera tanta gente del otro extremo y poder confiar en el terreno para ocuparse de ellos uno por uno.

Cuando el sonido del vadeo se acercó, como si ya estuviera justo enfrente de él, Leo saltó desde la roca de medio metro de altura y estrelló al oponente en el agua.

Este es un hombre fuerte y poderoso, eso fue lo que le dijeron sus instintos.

Mientras luchaban ferozmente entre las rocas resbaladizas, le irritó descubrir que había que añadir "bueno para luchar" a esa descripción.

Su oponente era muy bueno en combate cuerpo a cuerpo en espacios pequeños, y tenía brazos que se movían como una serpiente: se retorcían y lo atacaban rápidamente, y cada movimiento estaba dirigido a sus articulaciones y puntos vitales, lo que lo hacía sufrir mucho. Pero Leo también notó las debilidades del otro. Como su cintura y piernas carecían de fuerza, ello probablemente debido a su físico delgado, utilizaba más técnicas para compensar dicha carencia.

Con eso en mente, Leo se giró y presionó los brazos y piernas de su oponente con los músculos de sus piernas entrenadas, bloqueándole las piernas con una mano y golpeándolo en el abdomen con la otra. Como era de esperarse, escuchó un vago gruñido de dolor.

Pero su oponente también contraatacó velozmente y lo codeó en la cintura y el ojo, lo que le hizo sentir el mismo dolor intenso en sus entrañas.

La situación quedó en un punto muerto por un momento y los dos se dieron cuenta al mismo tiempo de que continuar luchando así sería una desventaja para ambos...

Ambos reaccionaron extendiendo las manos hacia las pistolas en sus respectivas cinturas, cada uno pensando que, si sostenían a su oponente contra las rocas y disparaban, podrían evitar en gran medida el rebote de la bala y una herida accidental.

Los dos hombres entendieron inmediatamente las intenciones del otro, pero sacar sus armas en el enredo era extremadamente difícil.

Leo logró liberarse del agarre del otro y tirar de la funda de la pistola en la parte posterior de su cintura, pero sus manos agarraron una masa suave, llena y pesada en su lugar... Y como hombre, esa era una forma extremadamente familiar.

Se quedó estupefacto durante unos dos segundos, no porque fuera lento en reaccionar, sino porque realmente no esperó que lo que agarrara fuera eso.

—Ugh... ¡¡Púdrete!! —El otro hombre gimió de dolor, y luego también levantó la rodilla para embestir la entrepierna de Leo.

¿Esta es una situación de pérdida? Leo, con el corazón palpitando, inmediatamente aflojó la mano y se lanzó hacia un lado, pero se encontró de frente con la pared de roca en la oscuridad. Maldijo en voz alta mientras sus ojos se acristalaban:

—¡Mierda!

El oponente de repente dejó de moverse y exclamó con una voz medio sorprendida:

—¿Leo?

El cuerpo del agente federal de repente se congeló. Le tomó mucho tiempo exprimir el nombre a través de sus dientes apretados:

—...¡Sha Qing!

—¡Qué diablos! ¿Por qué estás aquí?

—¡Eso es lo que quería preguntar!

—¡Maldición, ni siquiera hiciste algún ruido! ¡Me hiciste recibir un montón de golpes por nada!

—¡Yo soy el que está sufriendo! Mis riñones están a punto de agrietarse. ¿Por qué no hablaste antes? Oh, ¿puedes imitar tantas voces que no sabes cuál elegir? —Leo no pudo evitar hacer un comentario tan sarcástico.

—Bueno, quién nos mandó a encontrarnos en esta situación... Pero no pensé que usarías un truco tan sucio; realmente refrescaste mi impresión de ti. ¿O acosar sexualmente a la gente es tu hábito, que ni siquiera pudiste resistirte a tocar a tu oponente durante una pelea? —El tono de Sha Qing estaba lleno de bufa.

Al recordar que le había agarrado las partes privadas por error, lo que era algo muy sucio de hacer, Leo no pudo evitar sonrojarse un poco, pero la oscuridad escondió su vergüenza. Se aclaró la garganta y cambió de tema. —¿No estabas en la isla del sur? ¿Cómo llegaste aquí?

—Nadé por el estrecho.

—...¡Estás loco! ¡Esa zona está llena de tiburones!

—Ni lo menciones. Aún me da un poco de miedo cuando lo pienso.

—¿Ni siquiera matar gente te da miedo, pero les tienes miedo a los tiburones? —escarneció Leo—. Ya mataste a cinco miembros. ¿Qué, también querías derribar a los pocos restantes que regresaron a la isla del norte?

—Seis —corrigió Sha Qing—. Acabo de matar a otro en el club. Los cinco restantes no se habrían escapado si no hubieras traído a un vigoroso grupo de equipos de búsqueda.

Leo lo agarró por las solapas y lo empujó contra la pared de roca. —¡¿Mataste a Edgar?! ¡¿Un gordo de unos cincuenta con pelo raso?!

Sha Qing apartó las muñecas de Leo con fuerza. —¿Tiene un pasatiempo de hacer ceniceros de los cráneos de los demás? El que maté fue un hombre joven y delgado.

Leo guardó silencio durante un momento. —¿Por qué tienes que interpretar a un carnicero a sangre fría? ¿Matar seres humanos se te es tan indiferente, o lo haces porque te llena de placer? ¿Estás mentalmente enfermo o eres un puto psicópata? ¿O de verdad crees que eres el mensajero de la justicia, el héroe solitario? —dijo con voz fría—. ¡Ahora siento que una habitación blanca en un hospital psiquiátrico es un mejor lugar para ti que una prisión federal!

Su tono fue afilado y duro, pero Sha Qing escuchó el significado de "odiar el hierro por no convertirse en acero[1]" en él, por lo que no se enojó. En lugar de eso, sintió que era el raro y valioso tipo de preocupación que se podía mostrar al ponerse en los zapatos de otra persona, aunque de una manera algo distorsionada. No creía que debería ir prisión o a un hospital psiquiátrico en absoluto.

Quizás me vaya al infierno, pero solo después de que esté muerto, pensó indiferentemente.

Así que le respondió al agente federal muy seriamente:

—Personalmente no me considero ni psicópata ni enfermo mental, simplemente hago lo que creo que tengo que hacer. La gente quiere hacer lo que cree que debe hacer, pero la diferencia está en si tienen la fuerza para lograr tales cosas o no. Claro, tu caso es el mismo, piensas que atraparme es lo que debes hacer, así que, si tienes la fuerza para superarme, ¡entonces felicitaciones! Me quedaré en prisión si quieres, y tampoco me quejaré si me pones en la habitación blanca.

Leo apretó los dientes de frustración, todo mientras quería golpear desesperadamente la cabeza del asesino en serie en una roca y ver si podía volver a conectar la parte del cableado nervioso que se había construido mal.

Ahora sentía profundamente que este camino entre él y el Sha Qing, en lo que respecta a la moral, la ley y el orden, era un completo callejón sin salida sin ninguna posibilidad de comunicación. Y si quisiera pasar algún tiempo a solas con él sin la idea de darle un fuerte puñetazo, primero tendría que rodear esa dirección.

Aparte de eso, parecía bastante normal. No, debería decir, bastante brillante. El agente de cabello negro pensó con pesar.

A pesar de que todos tenían defectos e imperfecciones, la contraparte carecía de los principios a los que [él] se adherirá y no mostraba ninguna intención de arrepentimiento. La contradicción entre ellos no tiene lugar para el cambio, y Leo se siente profundamente decepcionado por ese hecho. Este lamento y decepción se habían acumulado en el fondo de su corazón durante más de un año, e incluso se habían convertido en algún tipo de malestar inexplicable.

Y cada vez que veía la técnica perfecta y el consumado arreglo del hombre, más clara se volvía esa sensación de malestar.

Le recordaba a esa botella de celadón que había visto en un museo, la que estaba densamente cubierta de grietas que le hacían sentir malestar. Aunque sabía que dichas grietas eran la encarnación de su valor artístico, aun así, no podía apreciarlas. Preferiría que fuera una botella a todo color, y aunque, sí, perdería su estilo y calidad, eso estaría más en línea con su concepción estética.

El asesino en serie ante él era igual que esa botella de celadón. Su esplendor encarnaba completamente las formas que no podía aceptar.

Leo suspiró en voz baja mientras retraía sus pensamientos errantes. —Entonces espera a ser arrestado, y Dios no lo permita, estoy seguro de que no será dentro de mucho —dijo fríamente.

—Pero ahora estamos en el mismo bote con fugas, ¿verdad? —Sha Qing sugirió tranquilamente—. Creo que primero deberíamos pensar en cómo cruzar el río con este bote... Y en cuanto a cortar la mano después de agarrar el codo... Deberíamos esperar al menos mañana al amanecer para eso...

—Jaj... Me siento tan incómodo empapado de agua fría. Haré una fogata para secar mi ropa por ahora. ¿Y tú?

Leo, de hecho, también encontraba muy incómoda la ropa mojada envuelta a su alrededor, y le estaba haciendo perder rápidamente calor corporal. Si hubiera una fogata, agua y comida... Cada célula exhausta en su cuerpo vitoreaba por esa idea.

—¿No lo descubrirán si armas una fogata aquí? —movilizó la parte más dura de su mente y suprimió la sed de su cuerpo.

—No deberían. Esta cueva marina es demasiado larga y el otro extremo conduce al mar debajo del acantilado. Siempre y cuando encontremos una depresión adecuada y usemos pequeñas rocas como barricada para bloquear el camino, la luz no pasará. Recuerdo que había un lugar adecuado para una fogata un poco más adelante —dijo Sha Qing mientras se giraba, pero sus pies de repente se resbalaron. Casi se cae, pero por suerte, el Leo a sus espaldas tenía un reflejo rápido y pudo atraparlo.

—Gracias... Por cierto, mi linterna está muerta —dijo Sha Qing.

—A la mía todavía le queda un poco de batería, pero se me cayó durante la pelea. Tendré que buscarla —contestó el agente.

—Olvídalo, está oscurísimo aquí. Además, incluso si la encuentras, probablemente ya esté rota.

Entonces, Sha Qing agarró suavemente la mano del otro hombre y, toqueteando a tientas la pared de roca, avanzó lentamente. —Sígueme. Cuando aterricé en esta isla antes, dejé suficiente leña y algo de comida en la cueva para usarla como uno de los escondites. Parece que va a ser útil ahora.

Leo miró inconscientemente sus manos entrelazadas. Aunque estaba oscuro y no podía ver nada, la oscuridad no podía borrar la calidez del toque entre sus pieles.

¿No debería quitarla? Leo pensó en silencio, pero eso parecería demasiado deliberado... Diablos, por qué me molesto con estos detalles tontos y, además, hemos tenido un contacto más profundo que esto....

Sí, fue, tal vez, un producto de las inexplicables circunstancias en ese momento, pero ciertamente… se besaron.

Un beso que llegó sin previo aviso. Un beso tan ferviente, apasionado e incluso sangriento, pero fue un beso irrefutable e increíblemente... bueno.

Además, después de repetidos recuerdos y pensamientos, Leo estaba seguro de que la otra parte fue quién tomó la iniciativa primero.

¿Qué significaba eso? Como un asesino en serie en la lista de los más buscados, ¿Sha Qing tiene ese interés por mí, el agente federal que lo persigue? ¡Eso es bastante inconcebible! Leo pensó con extrañeza, incluso si los giros de los acontecimientos eran como los de la telenovela de amor de las ocho en punto, incluso si era solo una atracción física más directa y bruta, aun así, llegó tan de repente. Solo se habían encontrado cara a cara una vez, y lo que vio no fue la apariencia real del otro.

Entonces, ¿de dónde venía ese tipo de atracción?

Todo eso, ¿eran realmente solo los sentimientos unilaterales de Sha Qing, o yo también le he respondido sin darme cuenta...? Leo no pudo evitar confundirse un poco.

Las cosas no deberían ser así. Él y Sha Qing, el policía y el asesino, se supone que son enemigos jurados que pueden despreciarse, odiarse, cazarse e incluso admirarse, pero definitivamente no atraerse. Se suponía que eran como las galaxias en el universo que deben mantener una cierta distancia, porque cuando entran en la proximidad de la otra, ambas se queman y se convierten en un agujero negro después de una violenta explosión, desapareciendo en cenizas.

Ese no es el final que quiere.

Y ese tipo no era con quien quería pasar el resto de su vida.

El chico que ama era limpio, tolerante, sabio y amable, como un manantial que purifica el alma, y no magma que lo derrite todo.

El que ama es Li Biqing.

A pesar de que era su futuro cuñado...

A pesar de que el chico nunca había sido suyo, y jamás lo sería, porque preferiría morir solo que arrebatarle la pareja a su hermana, aun así, puso su amor y confianza en las manos del chico sin reserva alguna.

A pesar de sus circunstancias, aun así, lo ama demasiado...

Sha Qing se detuvo abruptamente; el distraído Leo no frenó a tiempo y su mejilla golpeó la parte posterior de la cabeza del primero. El dolor lo despertó con un sobresalto, dándose cuenta de que ahora no era el momento de preocuparse por este tipo de cosas.

En lo que necesitaba concentrarse ahora mismo era en cómo sobrevivir y terminar su misión.

—Aquí está —dijo Sha Qing, que estaba de pie frente a Leo—. Sube a las rocas por el lado derecho. Ten cuidado de no mojar mis fibras de palma y pelo de coco, porque dependo de eso para hacer fuego.

Liberó la mano de Leo y comenzó a trepar por la roca.

Al sentir que el calor corporal del otro hombre lo había abandonado, Leo sintió una pequeña cantidad de desolación al mismo tiempo que alivio.

Se deshizo rápidamente esa desagradable ilusión y agarró la roca resbaladiza con los dedos para trepar.

El título es un modismo referido a que el encuentro entre enemigos es inevitable.[1] 恨铁不成钢, fig. “sentirse resentido con alguien por no cumplir con las expectativas y [sentirse] impaciente por ver una mejora" (modismo).