Capítulo 53: En medio de la oscuridad

La hoja raspó el pedernal y las chispas cayeron sobre una bola de pelo de coco. Una pequeña flama naranja se balanceó e iluminó, y se extendió por toda la bola. Una mano agregó cuidadosamente algunas ramas y hojas secas, y pronto, el fuego se hizo lo suficientemente grande como para mantener caliente esa zona de la cueva.

La cueva marina por la noche era húmeda y fría. Aunque no en la medida en que es insoportable, la ropa mojada envuelta alrededor de sus cuerpos aun así se sentía muy incómoda. Sha Qing y Leo se quitaron los abrigos y los colgaron en unas cuantas ramas cerca de las llamas.

A pesar de que el fuego no era muy brillante y solo podían ver vagamente la silueta del otro, el hecho de que solo usaran un par de ropa interior hizo que Leo se sintiera un poco incómodo. Hubiera sido algo mejor si el otro hombre fuera un extraño, pero por desgracia, su acompañante ahora mismo era el criminal que había estado persiguiendo durante un tiempo relativamente largo.

Un agente federal y un asesino en serie sentados el uno al lado del otro, casi desnudos, junto al fuego. Si el departamento supiera esto, probablemente sería calificado como una de las bromas del año del FBI... El agente de cabello negro pensó con impotencia.

Sha Qing, por otro lado, no mostraba ninguna incomodidad. Simplemente siguió trabajando en un coco con una daga, y después de finalmente abrirlo, se lo arrojó a Leo. —Aquí solo quedan cocos, unas pocas ostras y erizos de mar. ¿Comes?

—No hay problema. No soy regodeón con la comida —respondió Leo, bebiendo todo el jugo de coco en un solo trago. Abrió entonces el erizo de mar espinoso con el cuchillo que tenía con él, excavando un pequeño grupo de huevos amarillos del interior y metiéndose todo en la boca. Solo una pequeña parte del erizo de mar era comestible, pues el resto tenía que descartarse. Las ostras, aunque bastante grandes, eran solo un puñado, pero no es como si estuviera esperando un festín de mariscos como de esos restaurantes de lujo. Quedó lo suficientemente satisfecho como para saciar su hambre, aunque apenas.

Después de cenar, los dos se pusieron su ropa medianamente seca. Cada uno encontró una zona relativamente plana y se anidó en una gran hoja de plátano.

A pesar de su extremo agotamiento físico, la mente de Leo seguía tensa. Ya fuera porque no había estado tomando su medicación (aunque la dosis estaba disminuyendo poco a poco), o porque había un asesino en serie a dos metros de distancia, se encontró completamente despierto. Aun así, forzó el cerrado de sus ojos mientras sus pensamientos corrían como locos por su cabeza.

Sus ojos ya estaban cerrados y su cuerpo permanecía inmóvil, pero el otro hombre, como si sintiera su mente activa, de repente preguntó:

—¿No puedes dormir?

—...No.

—¿Por mí? No te preocupes, no te voy a apuñalar mientras estés dormido.

Leo escuchó la sorna en su entonación y resopló en respuesta. —No te sobreestimes. Eres tú el que debe tener cuidado de que te espose cuando te duermas.

—Oh, eso no me preocupa en absoluto. No es como si tuvieras esposas contigo. Bueno, incluso si las tuvieras, aun así, podría escapar, igual que la última vez.

—Hablando de eso, ¿cómo te escapaste esa vez? Las esposas claramente estaban intactas... Rayos, ¿te rompiste los huesos de los dedos? —Leo se giró y miró la vaga figura de la persona que yacía en la tenue luz del fuego a cierta distancia frente a él.

—Solo una dislocación —respondió Sha Qing despreocupadamente.

—¿Alguna vez has escuchado el dicho "si una persona puede ser cruel consigo misma, puede ser más cruel con los demás"? —dijo Leo, con una voz un poco fría—. No es de extrañar que puedas destripar a tus presas sin vacilar.

Sha Qing se quedó en silencio por un momento. Así, con palabras que exudaban un vestigio de sarcasmo, habló en un tono lleno de decepción e irritación:

—Entonces, ¿qué crees que debería haber hecho en ese momento para que se considerara normal? ¿Se suponía que debía cortarte la muñeca? No importa, ¿o no? ¡Porque para ti, solo soy un asesino pervertido no muy diferente de esos asesinos que disfrutan violando, torturando o mutilando a sus víctimas solo por diversión!

El agente federal negó de inmediato:

—No, no lo creo.

Sintió inconscientemente que algunos de los significados ocultos en las palabras del otro hombre provenían de emociones reales, las que, para un asesino acostumbrado a disfrazarse, eran como la grieta accidental en un ámbar extremadamente duro, revelando un poco de resina suave y corriente. Aunque era solo un pequeño rastro que pronto se solidificaría al contacto con el aire y se convertiría en parte del duro cascarón, cerrándose así una vez más, aun así, fue testigo de este proceso fugaz y pudo vislumbrar algunos de los secretos ocultos dentro de las profundidades del ámbar.

¿Sha Qing eligió lastimarse a sí mismo porque no quería lastimarme a mí? ¿Realmente le importa lo que un oficial de policía piense de él... o es solo porque dicho oficial soy yo?

Esta repentina comprensión le trajo a Leo no solo un montón de pensamientos caóticos, sino también palabras a su boca. —¡No eres como ellos! ¡Incluso si insisto en arrestarte, nunca te confundí con esa gente!

—¿No soy como ellos? —Sha Qing sonrió cínicamente—. ¿Te refieres a los cargos que enfrentaré y a la duración de mi sentencia?

—No, aquí. —El agente le señaló el corazón—. Siempre he sentido que las cosas ocultas y reprimidas en tu corazón, las cosas que te llevan a matar, cualesquiera que sean, no son para satisfacer deseos egoístas y feos.

Sha Qing guardó silencio durante mucho tiempo. —Hay placer en hacer esas cosas... y cada vez es más fuerte... Incluso si no piensas eso al principio, incluso si sientes náuseas y asco... Con el paso del tiempo, al final te vuelves adicto, al igual que las drogas —dijo con voz ronca.

—Entiendo cómo se siente la adicción a las drogas —susurró Leo—. Estoy tratando de dejarlas. Siempre y cuando tengas el mismo deseo y determinación...

Esta vez, Sha Qing no dudó en replicar:

—Muchas cosas en el mundo no se pueden lograr solo con deseo y determinación. ¿Eres un idealista ingenuo, agente?

—Pero al menos tienes que intentarlo.

—He estado intentándolo, a mi manera... No espero que entiendas, y tampoco me importan las opiniones de los demás. Todo su "sentido de justicia extremo y distorsionado, delitos de alta inteligencia para demostrar su valía"... Los absurdos informes de los medios, solo deja que discutan solos. Simplemente haré lo que creo que se debe hacer.

La velocidad del discurso de Sha Qing fue bastante rápida, un obvio intento de finalizar el ritmo de su conversación. Entonces le dijo rígidamente al agente federal:

—¿Quieres continuar esta discusión vana conmigo, o quieres dormir un poco? La marea subirá en cinco horas y la cueva estará inundada de agua para entonces.

—Tú duerme, yo vigilaré la hora y te despertaré en cuatro horas. —Leo tampoco quería atenerse a esta conversación que estaba en un punto muerto, así que le dejó cambiar de tema.

—¿Tú no quieres dormir?

—No puedo dormir.

—¿Por qué? ¿Te falta un beso de buenas noches?

—No, me falta un par de esposas.

Sha Qing se rio entre dientes. —Bueno, prometo no atacarte mientras duermes, pero si tú vienes y me atacas a mí, lo agradecería mucho.

Leo apartó la cara en silencio. A este tipo siempre le gusta jugar al ambiguo cuando me habla. ¿Su personalidad en verdad es así o le divierten mis reacciones? Entonces ese beso... en realidad fue una broma barata, ¿verdad?

—Te despertaré a las siete y diez —susurró Leo, después un rato.

—Bien —dijo Sha Qing, y luego no hubo más movimiento.

Cinco minutos más tarde, Leo escuchó su respiración larga y regular, lo que indicaba que se había dormido. Para los que sufren de insomnio a largo plazo, esta habilidad de "dormirse rápido" era odiosa, y Leo no pudo evitar sentir envidia y celos: un asesino puede dormir como un bebé porque no siente culpa por lo que ha hecho. O quizás porque su corazón ya es demasiado frío e insensible para ser conmovido por la muerte.

Una persona así... Aunque este hombre es esa persona, aun así, me hizo tener un indicio de expectativas, me hizo nunca renunciar a la esperanza de que se enmendara...

Leo de repente sospechó que no estaba lejos de perder la cabeza.

Cayó en un estado medio dormido y medio despierto en el caos de sus pensamientos, mirando su reloj de vez en cuando... Cuatro horas más tarde, se levantó para despertar a Sha Qing.

Debajo de las rocas donde estaba el punto de descanso, el agua ya mostraba signos de aumento, por lo que tenían que darse prisa e irse. Cuando regresaron por donde vinieron, Leo tuvo la suerte de encontrar la linterna que había perdido durante la pelea. Todavía funcionaba, y era una fuente de luz mucho mejor que la antorcha improvisada, lo que les ahorró parte de su tiempo.

Justo cuando vieron la luz en la entrada de la cueva, un ruido fuerte e indistinto vino del exterior.

Los dos se escondieron inmediatamente detrás de las grandes rocas. Cuando miraron entre los huecos en su ángulo de visión limitado, vieron varios cañones colgantes de armas de fuego, pantalones de camuflaje y pastores alemanes con correa caminando por la playa.

—Maldita sea, ya encontraron esta zona. Me pregunto si podemos encontrar una manera de escapar. —Sha Qing giró la cabeza para escuchar el sonido de la marea y frunció el ceño—. En media hora como máximo, esta cueva se llenará de agua.

Leo se aventuró unos pasos hacia adelante, observando detenidamente el movimiento en la colina árida detrás de la playa, y después habló en un tono serio. —Hay mucha gente allá arriba, y el cielo está brillante. No podemos enfrentarlos con solo dos armas empapadas, así que no nos queda más que esperar... Se acaban se sentar, y parecen estar preparándose para descansar y desayunar o algo así.

Sha Qing también se acercó para echar un vistazo. —Están en el lugar perfecto, muy por encima de la playa abierta, con una visibilidad del 100% de las zonas circundantes. ¡Nos convertiremos en blancos tan pronto como mostremos las cabezas, diablos!

Leo repitió su observación varias veces más, calculando mentalmente posibles rutas de escape, y finalmente tuvo que admitir, con decepción, que no había nada más que pudiera hacer más que quedarse en la cueva, porque una vez que salieran, definitivamente los verían. De hecho, ya tenían bastante suerte de que aún no los hayan descubierto en la cueva.

—Bueno, es hora de elegir cómo morir —dijo Sha Qing—. Agente, ¿quieres ser asesinado por una bala o ahogado por el mar?

Su tono fue tan tranquilo como si solo estuviera preguntando "¿Quieres té o café?", lo que hizo que el sombrío estado de ánimo de Leo se aclarara un poco.

—En términos de dolor, aunque el primero probablemente sería más ligero, prefiero alimentar a los peces que dejar que mi cadáver caiga en manos de Yavre —respondió mientras se encogía de hombros.

Sha Qing asintió. —Escuchando la forma en que hablas, puedo imaginar lo pervertido que es ese tipo. Bueno, entonces, volvamos a la cueva.

Leo levantó las cejas cuando Sha Qing volvió a agarrarle la mano.

—¿Puedo molestarte para que te mueras primero? —dijo Leo—. No quiero que nos confundan con dos personas que murieron juntas en nombre del amor, en caso de que encuentren nuestros cuerpos enredados e imposibles de separar.

—Ah, me da igual —dijo el otro hombre mientras se aferraba firmemente a las manos de Leo, caminando hacia la cueva donde el nivel del agua subía rápidamente.

Después de unos minutos, ya no podían mantenerse de pie y, por lo tanto, tuvieron que nadar hacia adentro contra la marea.

—Hablemos de tu plan B. —Leo sostuvo la pared de piedra para asegurarse de no ser arrastrado por la corriente, y pregunto naturalmente.

—¿Por qué estás tan seguro de que hay un plan B?

—Te he perseguido durante más de un año, he soñado contigo día y noche más veces de las que podría contar. Dicen que un conejo astuto tiene tres madrigueras, y tú eres mucho más astuto que un conejo.

—Es un honor que un agente me piense día y noche y me conozca tan bien. Desde esa perspectiva, morir juntos también es otra manera de cumplir tu deseo porque, ya ves, ¡al fin me atrapaste! —Sha Qing se echó a reír y agitó sus manos unidas—. Volviendo al tema, efectivamente hay un B, pero por desgracia, no es un plan como tal, es más como arriesgarse.

—Observé esta cueva ayer y el lugar donde descansamos antes era un espacio natural formado por la intersección de dos grandes rocas. Aunque parecía ser más alto que el nivel del mar durante la marea alta... no estoy seguro de los detalles más específicos o si puede contener a dos personas cuando el nivel del agua esté en su punto más alto.

—Pero esa es la única oportunidad que tenemos en este momento, ¿verdad? —dijo Leo—. Probemos suerte.

La superficie del agua se acercaba cada vez más al techo de la cueva, por lo que tuvieron que bucear en algunas secciones y presionar la nariz contra la pared de roca para respirar.

La sección ante a ellos era extremadamente estrecha. Antes se arrastraron con las manos y los pies, pero ahora que estaban completamente inmersos en el agua, no sabían si podrían atravesarla con una sola respiración.

Sha Qing vaciló unos segundos y liberó su mano para palmear solemnemente el hombro de Leo.

—Sé que eres mejor nadador que yo, así que, si no puedo entrar en el siguiente punto de aire, por favor, échame una mano. Pero si al final, aun así, no puedo hacerlo, entonces olvídate de mí y sigue adelante. Como dicen, "déjalo ir cuando llegue el momento".

Leo miró su vaga cara en la oscuridad. No tenía idea cómo responder a eso.

Sha Qing tampoco esperó la respuesta de Leo, simplemente respiró hondo y se sumergió en el agua.

El pasaje parecía más largo de lo que pensaba. Leo contuvo la respiración hasta que sus pulmones palpitaron. Sus dedos tantearon una grieta en algún lugar entre la superficie del agua y la pared de piedra en el techo de la cueva. Levantó la nariz como una amnistía y respiró hondo. —¡Sha Qing, por aquí! —gritó.

No hubo movimiento en el agua. El corazón de Leo se apretó y se sumergió inmediatamente.

La linterna sin batería parpadeó, emitiendo un último parpadeo de luz antes de morir. Pero como la suerte lo quiso, Leo logró ver la figura de Sha Qing con ese último rayo de luz.

Este último parecía no haber podido reprimir su instinto de respirar. Se cubría inútilmente la nariz y la boca con las palmas mientras las cadenas de burbujas se elevaban de entre sus dedos.

Estaba a punto de ahogarse.

Leo nado rápidamente. Una de sus manos retiró la palma de Sha Qing que le cubría la boca, mientras que la otra le sostuvo la nuca. Luego sopló aire en las vías respiratorias del hombre usando su propia boca.

Sha Qing se aferró a su cintura como si de un salvavidas se tratara, tomando aire de su boca.

Entonces, las supuestas medidas de emergencia... se descarrilaron unos segundos después.

Aunque solo la mitad de sus cabezas estaban por encima de la superficie del agua, el intercambio de aire inicial se convirtió en un beso apasionado en medio del dolor pulmonar, los pechos apretados y la falta de aire.

Sus sesos no podían pensar, ya que el beso tempestuoso había ahogado toda su racionalidad. Todo lo que podían oír eran los latidos del corazón del otro y el clamor del ferviente deseo dentro de sus cuerpos...

Cuando el agua finalmente les inundó los ojos, cuando sus pulmones se vieron abrumados con la cantidad insuficiente de aire, no tuvieron más remedio que separar los labios. Levantaron la mirada con agotamiento y euforia, jadeando por aire, como si acabaran de renacer después de la muerte.