Capítulo 14: Apertura

Caso tres - "Similar al Deep Blue"

El sol poniente brillaba por el delgado mosquitero de la ventana y cubría la oscura mesa de mármol frente al ventanal con un halo naranja oscuro. En el centro de la mesa descansaba un tablero de ajedrez, y encima de él estaban los reyes, reinas, torres, caballos, alfiles y peones en sus propias posiciones, esperando en silencio y solemnemente que comenzara la batalla.

Las piezas de ajedrez de aspecto irregular contrastaban con el delicado tablero de ajedrez de cristal blanco y negro. Las piezas de ajedrez blancas tienen un color exánime y calcáreo marcadas con finas líneas irregulares si se inspeccionaban con detención, mientras que las negras estaban más cerca del café oscuro, como si hubieran sido cubiertas de óxido.

Una mano negra se estiró desde la sombra en el sofá izquierdo, el pulgar calloso y el dedo índice grueso levantaron un peón blanco y lo avanzaron en dos casillas: peón blanco, e4.

¡Y al igual que levantar las cortinas en un escenario, esta acción señaló la apertura del juego!

Una mano blanca también se estiró desde el sofá derecho. Se podía ver una cicatriz de quemadura de aspecto amenazante que comenzaba desde el dorso de la mano y se extendía hasta el puño. Las yemas con uñas rotas empujaron una pieza de ajedrez negra una casilla hacia adelante: peón negro, c6.

Peón blanco, d4. Peón negro, d5. Los dos peones se enfrentaron.

El caballo blanco saltó a c3.

El peón negro d5 dio un paso diagonal y se comió al primer peón blanco e4.

El peón blanquecino fue firmemente sostenido en la palma de su mano, y la voz sosa de un hombre provinó de la sombra. —¡Qué comience el juego!

Chicago, Illinois.

Un pequeño avión con el logo del FBI aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Chicago-O'Hare. Tan pronto como se abrió la escotilla e incluso antes de que aterrizaran las escaleras, la alta temperatura de agosto sopló en las caras de los pasajeros como una ola.

—¡Odio las ciudades donde la diferencia de temperatura entre invierno y verano podría alcanzar los setenta grados! —Rob se quejó con sus colegas mientras se frotaba el sudor que goteaba de su cuello con un pañuelo—. Sí, la temperatura de Chicago es tan veleidosa como las chicas del bar.

La azafata parada junto a la puerta de la escotilla respondió con una sonrisa:

—¡Si dice eso, esta amigable ciudad llorará! De hecho, la gente siempre puede sonreír y saludar a otros con los brazos abiertos, siempre y cuando tenga suficientes dólares en su bolsillo. ¡Muy bien, bienvenidos al carnicero para el mundo entero, ciudad de espaldares capaces[1], Chicago!

Leo entonces salió por la puerta. Debido al sofocante calor –estimado en al menos 38°C– no usó su uniforme de traje oscuro habitual, sino que solo una simple camisa blanca combinada con pantalones casuales grises ahumados, ni siquiera corbata.

Li Biqing, con un sombrero para el sol y con su atuendo casual de manga corta, siguió al otro por las escaleras. El níveo piso de concreto brillante y reflectante lo hizo sentir incómodamente fascinado. El agente federal de cabello negro le dio la mano a su colega de la sede de Chicago que vino a recogerlos. Después de unas cuantas palabras simples, también se puso unas gafas de sol. —¿Puedes llevarnos a la residencia preparada primero?

—No hay problema, señor —dijo Mike, un joven agente con piel color chocolate, nariz alta y labios carnosos, obviamente de sangre mestiza—. La residencia se encuentra en el centro de la ciudad, una hermosa villa de dos pisos. Espero que esté satisfecho con las pintorescas orillas del lago Míchigan.

Leo asintió, después preguntó:

—¿Hay una universidad cerca, una con una escuela de idiomas?

Mike quedó algo sorprendido por esta pregunta. Miró joven asiático de aspecto ingenuo a su lado y respondió claramente:

—La más cercana es la Universidad del Noroeste. El campus está en la zona urbana y es un horario muy conveniente, se ofrecen clases nocturnas y de fin de semana.

—¿Puedes solicitar una admisión a una clase de inglés por mí? Te enviaré los documentos del estudiante esta noche.

—Sí, señor, solo deme dos días para organizarlo.

Como uno de los equipos estándar del FBI, el Chevrolet SUV negro entró en una tranquila zona residencial y se detuvo frente a una casa turquesa ampa de dos pisos y cubierta de árboles. Esta es una casa estadounidense con un estilo distintivo, fue construida en 1898 y tiene una larga historia, pero luce como nueva. La casa es grande con siete habitaciones, cuatro baños, sala de estar, estudio, cocina y comedor. El dormitorio principal tiene un vestidor y baño privado, mientras que la sala de estar está equipada con una chimenea, muebles elegantes impresionantemente hermosos y una escalera galana abierta que conduce al segundo piso con vista al parque cercano y al ondulante lago Míchigan. También hay una bodega en el sótano llena de vino tinto, y el patio está lleno de girasoles y verdes arces rojos.

Rob silbó de admiración. —Este es el mejor trato que he disfrutado. Retiro lo dicho, ¡amo Chicago!

—Esta villa solía pertenecer a la familia Flynn —dijo Mike en tanto los conducía al patio tipo jardín—, pero luego fue confiscada por el gobierno.

—¿Flynn? ¿Los Flynn que comenzaron su negocio con el comercio de armas y cuyas últimas tres generaciones fueron baleadas con varias balas Magnum?

—Sí, esos Flynn. Pero tenga la seguridad de que este lugar ha sido limpiado meticulosamente —consoló Mike.

El agente federal de cabello castaño y ojos verdes miró a Leo y Li Biqing. Los dos lucían tranquilos y parecía que la historia de la casa no les afectaba. Suspiró. —Bueno, sabía que el cielo no dejaría caer un pastel por nada.

Después de que organizaron su propio equipaje en las habitaciones seleccionadas, Leo le dijo a Li Biqing:

—Tú quédate aquí primero, Rob y yo iremos a la oficina de la sede, y si necesito trabajar horas extras esta noche, te llamaré.

—¿Ocurrió algún caso criminal importante aquí? —El chico chino preguntó con curiosidad—. ¿Un asesinato en serie?

Leo frunció el ceño porque no quería que se involucrara en este tipo de trabajo, pero Rob respondió sin vacilación:

—Este último medio mes, tres murieron y todos eran de la policía.

Leo tosió. —Deberíamos irnos —dijo con voz profunda.

Rob se encogió de hombros y miró los ojos perdidos de Li Biqing. —Este tipo es tan terco, ya sabes. —Y abandonó la habitación junto con él.

Li Biqing se quedó solo en la casa vacía. Después de pasear tranquilamente por el patio y el interior de la casa, sacó un mapa de Chicago de su bolso, se instaló en el suave y cómodo sofá y buscó un supermercado cercano.

FBI, sede de Chicago.

Un detective de unos cincuenta años de edad, con una cara larga emblemática y una gran nariz judía, estrechó con entusiasmo las manos de Leo y Rob, respectivamente, y se presentó:

—Soy Alfred Bergman, el líder del equipo de la fuerza especial de homicidios seriales ajedrecísticos.

—Leo Lawrence, investigador criminal de la sede central, y este es mi compañero Robert Simon.

—Bienvenidos, y espero que podamos obtener su ayuda en el proceso de resolver el caso.

—Hablemos del caso en detalle. —Leo y Rob se sentaron en el sofá de la oficina dedicada a la discusión.

Alfred sacó una caja y la abrió, colocando una pila de fotos de la escena del crimen, informes de autopsias y otros materiales relacionados encima de la mesa de centro de cristal frente a ellos. —El primer caso ocurrió en la avenida Míchigan. Cuando un policía de tránsito interrogó un Ford a alta velocidad, fue asesinado con un corte en la garganta y murió en el lugar. Según el video de vigilancia de tráfico recuperado, el hombre que llevaba una gorra parecía saber cómo usar los puntos ciegos de la vigilancia, por lo que su rostro no fue capturado.

—La policía pensó que era solo otro crimen desalmado debido a algún rencor personal, pero no esperábamos que al día siguiente ocurriera otro homicidio en la puerta de la estación de policía —continuó—. Un oficial de policía que acababa de salir por la puerta para ir a almorzar recibió un disparo de corta distancia en el corazón, y el asesino escapó tranquilamente durante una escena caótica sin dejar ninguna pista. La policía de la ciudad entonces se dio cuenta de la gravedad del incidente y le pidió ayuda al FBI. Reexaminamos la escena del crimen del caso anterior, y encontramos esta cosa que fue ignorada al principio —sostuvo la bolsa de evidencia frente a Leo, y dentro de la bolsa de plástico transparente había una pieza de ajedrez; un peón blanco.

Leo la tomó y la examinó detenidamente.

—En el bolsillo de la chaqueta de la segunda víctima, el sargento Levin, también había una pieza de ajedrez, pero esta vez, un peón negro. Esto nos llevó a pensar que había una estrecha conexión entre los dos homicidios, y que el asesino fue quizás la misma persona. Una semana después, ocurrió el tercer caso. La víctima era un guardia de prisión, fue un disparo de largo alcance en la cabeza mientras estaba de turno en la torre de vigilancia de la prisión Thomson. Después encontramos una carta anónima enviada a él, junto con un peón de ajedrez negro.

Alfred entregó otras dos bolsas de evidencia. —Según el informe de la autopsia forense, los dos disparos en dos de las víctimas fueron muy precisos, utilizando una pistola de mano Magnum de 9mm y un rifle de francotirador M33, mientras que la herida en el policía de tránsito reveló un corte limpio en la tráquea, las cuerdas vocales y las arterias carótidas. Presumiblemente, el asesino fue alguien con una rica experiencia de asesinato, posiblemente una persona con antecedentes mafiosos.

Leo estiró una mano hacia Rob. —Guantes. —Después de ponerse el delgado par de guantes de goma blanca, sacó las piezas de ajedrez y hubo un destello de luz en sus ojos. Le preguntó al detective judío—. ¿Identificaste la composición de las piezas de ajedrez?

Alfred se congeló. —No, solo hicimos una extracción de huellas dactilares, ¿parece que están hechas de marfil?

—No. —Leo negó con la cabeza—. Sospecho que están hechas de huesos. Huesos humanos.

La cara de Alfred cambió un poco. —¡Las llevaré al departamento forense para una prueba! —dijo de inmediato.

—Tengo un mal presentimiento. —Rob le suspiró a Leo después de que Alfred se fuera—. Lo que tenemos que enfrentar esta vez no es solo un fenómeno y coleccionista entusiasta, sino alguien que también es un asesino profesional.

Leo no refutó, sino que se puso de pie solemnemente. —Vamos a ver la escena del crimen. Mike, ¿puedes guiarnos?

—Sí señor —respondió el policía.

Tres días después, mientras Leo todavía estaba ocupado corriendo entre las escenas del asesinato, ocurrió un cuarto asesinato que conmocionó a la Ciudad de los vientos. El director de DEA en Chicago fue asesinado en su propia oficina. El arma homicida fue un bolígrafo Parker, insertado con precisión en la aorta del cuello y sacado segundos después, salpicando la pared a dos metros de distancia con sangre. En el suelo, junto al fallecido, un caballo blanco fue colocado en medio del charco de sangre.

Durante un tiempo, los asesinatos en serie causaron sensación en los principales medios de comunicación, televisión, periódicos, y los reporteros se congregaban en la estación de policía y el edificio de oficinas del FBI. "El Asesino de Ajedrez, ¿quién es la siguiente pieza muerta?", "El asesinato del tablero de ajedrez", "El fantasma del ajedrez vuelve a aparecer", "64 casillas, 64 vidas - recuento actual: 4" y otros titulares similares aparecían constantemente en todas partes, mientras que esos "fanáticos de los asesinos en serie" con su raciocinio raro e intereses distorsionados fueron alentados por el surgimiento de un nuevo ídolo oscuro. Muchos de ellos crearon foros de admiradores en internet y realmente montaron clubes de fans.

Los detectives de la fuerza especial y los investigadores criminales enviados por la sede del FBI recibían la entusiasta atención de incontables periodistas, por lo que cuando Leo salió de la estación de policía de la ciudad, usaba una máscara facial y gafas de sol, pronunciando las palabras "Sin comentarios" mientras forcejeaba para alejar a la multitud del camino del auto. El Chevrolet negro voló bajo los numerosos flashes, y Rob, que estaba sentado en la parte trasera del auto, se sintió aliviado. —¡Es tan jodidamente irritante! ¡Prefiero perseguir a un asesino que enfrentarme a interminables reporteros!

—La única forma de evitar que un grupo de moscas huela la carne es mantener la tapa bien cerrada —dijo Leo dijo en tanto conducía.

—Diablos, ni siquiera puedo tener algo de privacidad estos últimos días. Ayer logré reservar una cena en un restaurante. ¡No estuve sentado por mucho tiempo cuando un periodista revoloteó frente a mi cara! —Rob estaba enojado. Refunfuñó—. ¡Ni siquiera dejan que la gente coma!

Su compañero bromeó. —¡Esta noche, tú quédate en el auto mientras comes algo de comida rápida!

—¿Qué hay de ti? ¿No quieres comer comida rápida? —Rob preguntó con indiferencia.

—Si manejo por diez minutos más, puedo comer deliciosa comida china en un restaurante familiar acogedor y tranquilo. ¿Por qué me molestaría con la comida rápida?

Rob abrió los ojos de par en par. —Qué... No me digas, ¿el chino cocinó una buena comida? ¡Leo, egoísta, no te vayas a ir al infierno después de la muerte!

Leo se echó a reír. —Bueno, te arrastraré conmigo, la gula también es un pecado importante, ¿no?

—¡Que te den! —El agente de ojos verdes se rio.

—Ni lo pienses —dijo seriamente el agente de cabello negro.

El menú de la noche consistió en langostinos con mejillones de piña, cerdo frito con puerros, salmón al vapor, tofu pingqiao y un plato del popular pollo kung pao, acompañado de un vino extraído de la bodega, un Cabernet Sauvignon francés de Burdeos.

Rob devoró su comida de una manera descuidada; casi se mordió la lengua varias veces y dio la firme resolución en la mesa de volver a casa para todas las cenas, excepto cuando había horas extra. Después de saciarse, se desplomó en el sofá con una taza de té en la mano cual serpiente perezosa que no quería moverse mientras observaba la limpieza de la cocina. —Leo, debo encontrar una esposa china emitió un gemido contento.

—Oh, tal vez puedas preguntarle a Biqing si tiene una chica adecuada para presentarte, pero te daré algunos consejos; es mejor no buscar a alguien que resida en su ciudad natal —respondió el agente de cabello negro.

—¿Por qué?

—Porque entonces, la persona ocupada en la cocinaserás tú.

En cuanto al titulo del capítulo, 开局, lit. "apertura", esto se refiere a la fase inicial del ajedrez en la que se procede a desarrollar las piezas desde sus posiciones iniciales. [1] "Hog Butcher for the World, City of the Big Shoulders", la azafata citó dos líneas del poema "Chicago" de Carl Sandburg. Créditos por la traducción española a Miguel Martínez-Lage (The Barcelona Review).