La economía de Estados Unidos presenta síntomas que inquietan a los analistas económicos, en particular: el déficit fiscal superior al billón de dólares, la deuda pública superior al 90% del PIB, el crecimiento del desempleo, la caída en la utilización de la capacidad instalada, la inversión a la baja, los efectos negativos de la guerra comercial, así como la curva de rendimientos e intereses reinvertidos.