El libro-juego es en sí un mapa del tesoro (en este caso, un diabólico objeto de origen infiel que permitía ver el más allá) en el que están las instrucciones fundamentales para completar la misión y en el que se detallan las características de la persona que, supuestamente, lo escribió (el Abad Fray Alonso Toledo), y las características del personaje del juego que representan sus jugadores y las reglas que deben cumplir para alcanzar el éxito en su búsqueda.

El juego se puede comenzar en cualquiera de las localidades cincovillesas por las que discurre el juego: Sos, Uncastillo, Ejea, Sádaba, Tauste, Castiliscar, Erla, Castejón de Valdejasa, Biota, Luna, Luesia y El Frago. Una vez encontrado el edificio o punto histórico que estamos buscando en esa población deben leer el texto en el que se describe brevemente la historia de ese edificio para posteriormente elegir una de las tres posibilidades que aparecen a la pregunta del final del texto de ese punto de interés cultural. Conocer la respuesta correcta en casi todos los casos les exigirá una búsqueda en el terreno y la lectura de la información que se acompaña en el libro sobre ese lugar histórico.

Cada opción lleva asociadas unas coordenadas, que deben escribir para que no se les olviden en el un cuadrante, cuyos datos, una vez han sido obtenidos todos, deben ser volcados en un mapa cuadriculado de las Cinco Villas como si del popular Juego de los Barcos se tratase. De que sus decisiones sean acertadas depende el éxito de la misión, de forma que las respuestas correctas les señalarán sin lugar a dudas la población en la que finaliza el juego y en la que pueden encontrar su ansiada recompensa, y las erróneas no harán más que confundirles en su sagrada tarea.

Una vez han descubierto a través del mapa cuadriculado de las Cinco Villas, la población exacta en la que está escondido el diabólico objeto moro que tanto ansían, deben seguir al pie de la letra las instrucciones finales, las cuales, desde un punto de origen sencillo de localizar y siguiendo por el caserío las indicaciones que les ofrece la flecha de dirección localizaran el lugar exacto donde pueden reclamar su ansiado premio.

En esa casa, se les premiará su participación exitosa en el juego la entrega del diabólico objeto moro que permitía ver el más allá encontrado en tiempos de Alfonso I y escondido por el Abad Fray Alonso Toledo en el año 1837.

Entre las variadas causas que muchos autores destacan como explicativas del desarrollo del mundo urbano frente al rural, una de ellas nos cuenta que la ciudad ofrecía al ciudadano el contacto diario con otras personas en el mercado, en el paseo y la tertulia. Esa socialización resulta imprescindible tanto para el desarrollo del individuo como del grupo humano en el que se desenvuelve la persona. Pero la ciudad que fue, en otro tiempo, el contrapunto armonioso de la naturaleza, tiende ahora a volverse alienante, destructora y amenazadora. Así, mientras que por un lado la ciudad nos ofrece riqueza de actividades y recursos, mayor capacidad para estar informados, por el otro se considera la causa de la incomunicación, de la soledad..... CONTINÚA EN EL DOCUMENTO ADJUNTO.

De la publicación se han hecho eco diversos medios de comunicación.

En el programa de Aragón Televisión "Aragón en Abierto" del 20 de junio de 2008 se emitió un reportaje sobre el libro-juego en el que se visitó alguno de los lugares que se visitan para completar la aventura.

También entramos los autores en antena en diversos programas radiofónicos entre los que destaco, "Aragón", conducido por Miguel Mena, de la Cadena Ser; y "El Tranvía Verde" de Aragón Radio. Lamentablemente creo que este último fue el programa menos escuchado de la historia pues coincidió en fecha y hora (vaya casualidad) con la actuación de Chiquilicuatre en Eurovisión.