Comité Organizador

Este seminario está organizado por el Equipo CESCA (Mercedes Pérez-Fernández y Juan Gérvas) y un grupo de profesionales sanitarios de Granada.


Comité Organizador (Grupo de referencia): Enrique Moratalla López (Médico de Familia. Centro de Salud Cartuja. Granada), Raquel Díaz García  (Médica de Familia. Centro de Salud La Caleta. Granada) y Miguel Melguizo Jiménez (Médico de Familia. Centro de Salud Almanjáyar. Granada)

Mercedes Pérez-Fernández

Licenciada en Medicina por la Universidad de Valladolid (España) y especialista en Medicina Interna, dejó la comodidad del hospital por la posibilidad de ser al tiempo madre y médico de cabecera de 2.000 pacientes. Con cinco hombres en casa se hizo feminista de armas tomar.

Sus pacientes salían con frecuencia en las noticias, en la sección de sucesos, pues dedicó casi tres décadas (70, 80 y 90 del siglo XX)) al bronco San Blas, del Madrid del tiempo de antes, durante y después de “la Movida”, cuando la heroína mataba tanto como el SIDA.

Tras un tiempo en un asilo (como médico) ocupó plaza de médico de pueblo ya sin hijos en casa, en la primera década del siglo XXI. Hasta 2010 fue médica de Braojos, Gandullas, Gascones, La Serna y Piñuécar en el centro de salud de Buitrago de Lozoya (Madrid) que atiende la población rural de la Sierra Norte, 40 pueblos con un total de 5.000 habitantes.

Entre las experiencias vitales, el viaje de tres meses de 2011 recorriendo la piel y las venas abiertas de Brasil (25.000 km, 32 ciudades, 19 estados, 70 centros de salud), zonas de bajo Índice de Desarrollo Humano, para evaluar la atención primaria con la Sociedad Brasileña de Medicina Familiar y Comunitaria.

De siempre le gustó la ética médica y le ha dedicado horas de teoría y práctica. También le gusta pintar al óleo y hacer iconos al estilo antiguo. Se le da muy bien el punto y lucen piezas hechas a mano su esposo (Juan Gérvas), cuatro hijos y ocho nietos (y algunos amigos). Todavía, a veces juega con Honorata, la muñeca que viste y calza como si fuera la hija que nunca tuvo, que le regaló su entonces novio y actual marido. Baila muy bien, es alegre y animosa, buena compañera de viajes y del viaje de la vida. Lee ficción, aprecia el buen vino, disfruta de las calas del Cabo de Gata (Almería, España) y del nadar en el mar Mediterráneo, y no le importa pasar el rato distraída “pensando en las musarañas”.

No aguanta ni la injusticia, ni la corrupción, ni a los abusones, ni a los estúpidos, ni a los chulos, ni las tonterías innecesarias.

En 2015 tuvo un grave infarto de miocardio del que se recuperó, más animada y más crítica con la medicina que nunca. Repitió el infarto en julio de 2023, y se ha vuelto a recuperar pero las “cicatrices” se empiezan a notar (en lo físico, no en el ánimo ni en la alegría de vivir). Sigue disfrutando de la actividad intelectual y de los Seminarios de Innovación en Atención Primaria (SIAP).

Ha publicado con Juan Gérvas tres libros: "Sano y salvo, y libre de intervenciones médicas innecesarias", "La expropiación de la salud" y "El encarnizamiento médico con las mujeres". Después, en 2021, una versión actualizada electrónica de “Sano y salvo”, y en Ediciones Fantasma una nueva versión en papel, en 2022, de “El proceso médico que expropia la salud”.

Entre todas sus publicaciones científicas elegiría para docencia de estudiantes y residentes: “El efecto cascada: implicaciones clínicas, epidemiológicas y éticas” y “Aventuras y desventuras de los navegantes solitarios en el Mar de la Incertidumbre”.

Juan Gérvas Camacho

Médico y hombre feliz (con camisa y sin ser del todo idiota). Casado con Mercedes Pérez-Fernández, cuatro hijos, ocho nietos. Hasta 2020, en que la pandemia covid19 interrumpió grandes y pequeñas rutinas, viajamos con los nietos todos los veranos a lugares variopintos, desde La Pampa en Argentina a Berlín en Alemania, pasando por la isla de Tenerife en Canarias, Atenas y alrededores y Roma (en 2016 a Islandia, en 2017 a Castilla y León, en 2018 a Estocolmo, en 2019 a Rusia), sin sus padres. Tras la pandemia, en el verano de 2022 re-iniciamos los viajes con los nietos (ya muy mayores, entre 14 y 29 años), ahora también con los padres, haciendo parte del Camino de Santiago (León-O Cebreiro) y en 2023 recorrimos parte de Andalucía (Granada y Málaga).

Optimista nato, crítico duro, positivo en lo práctico diario. Empezó medicina en Valladolid (España) con 16 años, y acabó a los 22, con un hijo y esperando otro. Durante la carrera, alumno interno de Medicina Interna, y becario de IBM para el desarrollo de la historia clínica electrónica (en 1969 ya decían: “En diez años, la historia resolverá los problemas de coordinación”).

Primeros años profesionales dedicados a la docencia (anatomía) y a la tesis doctoral en Valladolid (facultad de medicina) y la investigación en laboratorio (neurología, modelos experimentales de enfermedad de Parkinson y de su tratamiento, sobre la catecol-orto-metil-transferasa) en Madrid (facultad de medicina de la Autónoma y hospital Ramón y Cajal).

Búsqueda de "vida" como médico de cabecera (médico general) en la atención primaria a la que ha dedicado el resto de su vida.

Escritor de lo que vive y siente, entusiasmado con lo que hace. Exigente con los demás pero más exigente consigo mismo.

Primeras casi tres décadas de trabajo como médico general en Madrid capital (en la intersección de la riqueza y la pobreza, de los “doctores en” y de los analfabetos, entre la glorieta de Cuatro Caminos y la calle Orense), la última década profesional de médico rural en la sierra de Madrid, atendiendo población del valle del río Lozoya, en el entorno del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (pueblos de Canencia de la Sierra, Garganta de los Montes y El Cuadrón). Practicante de una medicina con límites, científica y humana (armónica).

Profesor siempre en la universidad española, en torno a la salud pública y a la atención primaria, a tiempo parcial, también en Estados Unidos (Escuela de Salud Pública de la Johns Hopkins, de 1991 a 2013), en la Escuela Nacional de Sanidad (Salud Internacional) y en la Universidad Autónoma de Madrid (todavía profesor honorario de Salud Pública).

Jubilado en 2010 de la clínica, activo en docencia y en la Red. En enero de 2022 tuvo neumonía grave por covid19, que superó tras ingreso en UCI y demás proceso habitual, que le surtió de un cuaderno lleno de notas de campo sobre su atención, la vida y la profesión, transformado en publicaciones varias.

Le gusta la poesía, y el cine en versión original, andar por el campo, nadar en el mar (desnudo), saltar al agua desde acantilados altos y conducir (hubiera sido camionero si no fuera médico). Se defiende en español e inglés, convive con el catalán, el francés, el italiano y el portugués y llegó a saber ruso.

Ha publicado con Mercedes Pérez-Fernández tres libros en Libros del Lince (Barcelona): "Sano y salvo, y libre de intervenciones médicas innecesarias", "La expropiación de la salud" y "El encarnizamiento médico con las mujeres". Coordinó el libro del Equipo CESCA sobre "Registros en atención primaria" y con Josep Casajuana el de "Renovación de la atención primaria desde la consulta". Después, en 2021, con Mercedes Pérez-Fernández, una versión actualizada electrónica de “Sano y salvo”, y en Ediciones Fantasma, en papel, una nueva versión en 2022 de “El proceso médico que expropia la salud”.

Entre sus publicaciones científicas para estudiantes y residentes destacaría “Is clinical prevention better than cure?” y “Clinical care and health disparities”.

Miguel Melguizo Jiménez

Médico de Familia del Centro de Salud Almanjáyar de Granada desde 1990. He centrado mi desarrollo profesional en la Medicina de Familia, la Atención Primaria, la enseñanza en Medicina y la Bioética Clínica.

Con más pasado que futuro, afronto mis últimos años con la ilusión de un recambio generacional que ya ha llegado para quedarse. Siempre he trabajado en una comunidad periférica de Granada; allí donde se crearon Centros de Salud para desafiar la inequidad del Sistema Sanitario.

He visto pasar un considerable número de estudiantes de medicina y de residentes de medicina de familia de Granada y otras Unidades Docentes. Les he enseñado como tesoro contemplar una precariedad social y aporofobia que no ha dejado indiferente a nadie; bien para no volver o bien para ayudar a encontrar el lugar profesional de cada uno en el mundo. 

Como Médico de Familia creo firmemente en la longitudinalidad, la integralidad, el generalismo, el humanismo y la “permanencia” como valores profesionales esenciales. En Atención Primaria quedará eso o la barbarie del mercantilismo.

Enrique Moratalla López

Equilibrista de la incertidumbre. Médico de familia más que de comunitaria, provengo de familia numerosa y familia numerosa somos, junto con Eva… que también es médica de familia… endogamia pura.

Trabajo en el centro de salud de Cartuja en Granada, tutor de 3 residentAs, amplié saber en paliativos y bioética.

Vegano desde hace 3 años, como parte de mi compromiso con el planeta y con el sufrimiento animal... nos estamos cargando el planeta y sólo tenemos uno. Lector de libros cuando la vida me deja, últimamente leo sobre ética, feminismo, nutrición y veganismo.

Me encanta el rugby, que descubrí junto con mi hijo, y todos los valores que transmite, aunque no lo he practicado jamás.

Me gusta viajar, sobre todo al extranjero y donde haga frío.

Inglés nivel COU (jejeje).

Raquel Díaz García

Granadina. Médica de familia en el Centro de Salud La Caleta. Madre orgullosa de tres hijos que van construyendo su camino. Enamorada de mi trabajo, que es fuente de aprendizaje y algunos quebraderos de cabeza y me ha regalado conocer y acompañar las historias de muchas personas. Me encanta involucrarme en nuevos proyectos que me hagan crecer. Enredada ahora en una nueva aventura aprendiendo a gestionar. En lo laboral interesada en todo lo que tenga que ver con la Bioética, la Medicina Narrativa y la docencia. Mi gran afición es leer. Soy quien soy gracias a mi familia y a mis amigos. Me recarga las pilas mirar el mar, compartir un rato con mis amigos o mis hijos, leer un libro y un buen partido de baloncesto.

Marta García Caballos

Médica de familia y de comunidades en el Centro de Salud de Cartuja de Granada. Feliz médica de personas y feliz tutora de residentes, alumnas y cualquiera que se acerca a la consulta... Creo en el derecho de toda la ciudadanía a una sanidad pública, de calidad y equitativa. Participo en la docencia universitaria del grado de medicina con el firme convencimiento de que la medicina de familia tiene que estar presente. Madre de dos polluelos felices y compañera de un médico hospitalario (pero muy buena gente), disfruto cuando hago aquello en lo que creo, y más aún cuando supone alzar la voz por aquellas personas que no pueden hacerlo por sí mismas. Tengo poca vergüenza, gracias a lo cual hablo varios idiomas y me crezco ante cualquier micrófono.

Firás Fansa Fernández

Madrileño adoptado en Granada, con la cabeza también puesta en mi familia siria en muchas ocasiones. Cada vez con menos claridad de cómo identificarse inicialmente en un relato vital. 

Ahora mismo me siento muy cómodo en esta ciudad pequeñita que me ha permitido darle sentido y coherencia al trabajo y la vida de cercanía, por lo menos hasta que termine la residencia de MFyC. Satisfecho, agradecido y a veces cansado de correr y subirme al carro de aquello que considero importante, desde el deporte y cuidar lo cercano a denunciar las injusticias y pelear por tener una sociedad decente.

Intentando mientras tanto disfrutar de este último año de residencia en el centro de salud, poniendo a las personas en el centro, disfrutando de un equipo maravilloso e intentando no perder de vista la clínica. También intentando frenar un poco este último año y aprender a disfrutar de pequeñas cosas, de “no hacer nada” o hacer cosas que nunca he hecho y no se me dan bien, así como recuperar más horas de lectura no científica. Intentándolo.

Inma Gallardo García

Mujer que se empeña en la palabra “acompañar”, a mis dos hijas, a mi familia, la de sangre y la elegida, y a mis pacientes. Intento llevar la Humanización a todas esas esferas. Me da miedo esta sociedad del correr en la que no se permite “ perder el tiempo” en la escucha. 

Trabajo en el ámbito de la atención primaria, y ensayo la palabra “longitudinalidad”, porque me cuesta pronunciarla y creo mucho en ella.

La Chana, mi barrio adoptivo, me está permitiendo llevar todo esto a cabo.

Marina González (Peto)

Residente de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud de Cartuja desde hace dos años y medio. Canaria desde que se generó mi primera célula. Siempre en el borde del sistema percibo la Atención Primaria peligrar y subsistir, y a mi isla hundirse por la sobreexplotación y resurgir de los volcanes con toda la buena gente que sí cuida la tierra.

Me importa mucho la gente, mucho de verdad. Y siento las cosas fuertes, mucho, de verdad. Sin remedio en muchos aspectos me mantengo en el borde, por canaria, por queer, por socializada como mujer, por ser de dentro y ser de fuera, por médica y de familia. Todo ese batiburrillo lo voy asumiendo poco a poco, con la gente que me recoge cuando me desparramo.

Intensidades aparte, yo en verdad quería ser productora musical, pero acabé haciendo medicina, que a mi me parecía que me podría ser útil en caso de apocalipsis. Vamos, que lo mismo te hago un DJ set en una fiesta underground, como me vinculo a saco con la sanidad pública; lo que buenamente puedo en cada momento, eso sobre todas las cosas.

Joaquín Hortal Carmona

De pueblo chico (e infierno grande). En mi pueblo no se dice Graná ni tenemos (demasiada) malafollá. Llegué a la capital de provincias sin maleta de cartón (pero casi). Medicina en la UGR y Familia en la Unidad Docente de Granada: no fui de los de “la residencia de lo que sea, pero en Granada” (pero casi).

Exiliado 14 años en unas urgencias hospitalarias (un CHARE de pueblo grande). En mi exilio fui nostálgico de una Atención Primaria que ya no existía y que quizá incluso nunca existió.

De vuelta a la primaria redescubrí dos herramientas valiosas que olvidé en las urgencias: esperar y reevaluar para no medicalizar… y las visitas en domicilio. Acompaño a las familias y a la comunidad del Albayzín en Granada. 

Más de mil guardias a mi espalda y sigo consistente: me amargan la vida como el primer día.

Bioética. Equidad. Tengo más de cinco contradicciones… y más de seis.

Pese a ser pureta nunca estuve en el Amador (por si apareces).

Ana Garach Gómez

Pediatra de Atención Primaria y madre de tres hijos a los que adoro y que ya me han hecho pequeña. Me encanta el abordaje de la infancia desde el punto de vista biopsicosocial. Adoro mi trabajo y este amor lo trato de inculcar a los residentes de pediatría, medicina de familia y a los estudiantes que van pasando por la consulta. Me gusta la clínica y la docencia a partes iguales. Defensora de una sanidad pública, intento, aunque sin lograrlo muchas veces, aplicar los principios de equidad. En mi tiempo libre leo, hago algo de deporte, salgo a la montaña y sobre todo, veo a mis amigos, para mí un pilar fundamental.  

Eva Mª Gregorio Arenas

Madre de tres adolescentes, intentando acompañarlos en esta etapa, compañera de Enrique, hija, hermana y amiga. 

Médico de familia, trabajo en el centro de salud de Zaidín Sur en Granada, en una época difícil para nuestra profesión, luchando; tutora reciente de residentes, y de alumnos de medicina, máster en paliativos y profesora colaboradora en la facultad de medicina, luchando por la medicina familiar y comunitaria.

Vegana por respeto al sufrimiento animal y al planeta, desde hace 3 años junto con mi pareja, alimentación que acercamos a nuestros hijos para que también la conozcan y degusten.

Me gusta leer novelas de misterio, leer sobre nutrición, cocinar, estoy aprendiendo mucho con la cocina vegana. 

Disfuto haciendo deporte, viajando y estando con los míos.

Pobre nivel de idiomas :(

Sergio Minué Lorenzo

Madrileño (como el disco de C Tangana) de nacimiento, granaíno de vocación y aspirante a chileno por razones sentimentales. En otra vida fui hunkpapa. Dada mi avanzada edad y la tendencia natural a alborotar he tenido la suerte de atravesar todos los paisajes de la Atención primaria: primero como residente de la especialidad de medicina familiar y comunitaria en el centro de salud de la Chopera en Alcobendas (Madrid), y después en el centro de salud de Barajas como coordinador antes de darme una vuelta por el lado oscuro de la fuerza como gerente “Darth Vader” de Atención Primaria. Salí del vicio yéndome a la Escuela Andaluza de Salud Pública donde he estado veintitrés años aprendiendo, mucho más que enseñando, lo que me ha permitido conocer la realidad de la Atención primaria en diferentes países del mundo, para comprobar que el mal de muchos ( o de todos) es poco consuelo. Para acabar el periplo me enrolé en la Organización Mundial de la Salud ( facción Panamericana) para comprobar que tenemos escasa solución. En pandemia, a mitad de camino entre Chile y España por amor, he visto cosas  que vosotros no creeríais. Espero llegar al más allá para hacer coros a dos muertos: Antonio Vega y Gustavo Ceratti.

Mª Sierra Girón Prieto

Médica de familia y comunitaria por vocación, desde pequeña quería ser como el médico de mi pueblo (que conocía y trataba a toda mi familia y a su entorno). De la campiña sur de Jaén; aunque, si hago cuentas, llevo ya más de media vida en Granada donde me vine a estudiar Medicina e hice la residencia (C.S. Cartuja). Muy feliz con la familia tan bonita que he formado aquí. En constante aprendizaje, siempre intentando abrir nuevas puertas y mirar el lado positivo si es que lo hay. También intentando compartir conocimientos (residentes, estudiantes...) y experiencias. Desde hace unos años practicando la medicina de familia en Armilla.

Carlos Alberto Cabrera Rodriguez

Desde que recuerdo quise ser médico de familia, aunque en estos recuerdos no imaginaba lo que iba a significar mi vida poniendo en el centro serlo. Todo pivota alrededor de ello y mi vocación de servir y acompañar a las personas.

Cordobés de nacimiento y también de vocación, vine a Granada por necesidad vital de cambio y hoy ya no me voy de aquí -aunque si no me voy a Córdoba de vez en cuando me da síndrome de abstinencia-. Felizmente casado -eso es noticia, jeje- y con tres hijos ya mayorcillos que me dan alegrías y a veces sufrimientos, como todo en la vida. Esto me recuerda la aceptación , que aprendí un buen día del mindfulnes y del terapia de aceptación y compromiso -ACT-, que me ayudaron , creo , a mejorar mi persona y mi relación con mis pacientes.

Un día pensé que participando en la gestión podría impulsar la medicina de familia en la que creo en  mi pequeña parcela profesional. Después de cinco años y medio en ella comienzo a no estar tan seguro de esa idea, que me pareció bonita en su momento, aunque la aridez de nuestro sistema me hace a veces desfallecer. 

Lo mejor de todo esto es que , donde mejor me siento en mi ajetreada vida repleta, por suerte, de iniaciativas que me llenan, es mi consulta, mi espacio, mi lugar, con mis resis. Me siento un afortunado, un enorme suertudo.

Carmen Guerrero Cano

Gaditana de nacimiento, formada en Sevilla en la bellísima profesión de Medicina, jienense de raíces pero Granaina de corazón.

Médica de familia desde hace muy pocos meses. En Santa Fé como primer aterrizaje disfrutando de mi primer cupo sola.

Agradecida a la vida por la vocación médica que me regaló desde pequeña, y en concreto  por poner en mi camino esta especialidad que me llena tanto y de la que tengo tanto que aprender.

Agradecida a mis padres por el apoyo siempre y la educación que he tenido la suerte de recibir.

Afortunada por los tutores que estos cuatro años han puesto en mi camino, Raquel, Pablo, Manuel, de los que he aprendido tanto (aunque breve con alguno) y que me han aventurado en este fantástico mundo de la bioética. Son ellos los que me ponen los pies en la tierra y los que con su sensatez y escepticismo en algún caso me hacen replantearme todo aquello que a veces se dá por sentado.  Entre sesiones de bioética narrativa con viñetas de comics, visitas a los SIAP, y el más puro entorno rural en Romilla me han enseñado donde está el camino para ser una buena médica de familia, ahora espero encontrarlo.

Maribel Valiente González

Albaceteña de origen, residente en el Centro de Salud de Cartuja (Granada) desde hace ya cuatro años. Haciendo malabares entre la crianza, el trabajo y evitar la tendencia a quedarse en lo previo con la que (ya) se nos está viniendo encima. Tengo un abogado laboralista en casa que me enseña la salud y reparación que genera en los trabajadores el pago y cotización de las horas extra atrasadas o una indemnización por despido improcedente. Sueño con un proyecto piloto en el que se ponga en la consulta de al lado y podamos medir los resultados en salud (y derechos) un año más tarde. Aunque sería mucho mejor recuperar las asambleas sindicales de trabajadoras, pero eso es otro nostálgico cantar y aún no he cumplido los 30.

Mientras tanto, intento acompañar de la mejor manera posible en el centro de salud. Me siento afortunada por poder aprender de quienes acuden a la consulta y presenciar cada día tantas vidas y formas de lidiar con ellas, resolver algún problema clínico que sería imposible de diagnosticar sin una relación previa, observar cómo lo cotidiano impregna la salud y la enfermedad. Intento recordar también que esto desaparecerá si no se defiende una Atención Primaria que lleva años retrocediendo en la trinchera; cada nueva ocurrencia organizativa de ámbito autonómico/provincial hace coros a Nacho Vegas cuando canta “va ganando el mal, lo siento mucho pero gana el mal”. Tendremos que cantar más fuerte esa otra de “nos quieren en soledad, nos tendrán en común”. 

Loli Sánchez Mariscal

Médica de familia y tutora de residentes, compagino esta actividad con la de ama de casa y agricultora de huerto urbano. Quizás por la visión práctica que me proporcionan estas actividades el comité organizador me ha encomendado  actividades de logística de este SIAP de Granada.

 

Mi experiencia profesional es de más de 30 años en centros de salud rurales y urbanos. Siempre he sido médica todo terreno porque mis focos de interés han sido siempre múltiples: atención al final de la vida, pacientes con dolor, ecografía, cirugía menor…Actualmente dedico gran parte de mi tiempo fuera de la consulta al estudio y la docencia, o actividades extraescolares como las llamo,  de la salud sexual y reproductiva. Fundamentalmente planificación familiar e infecciones de transmisión sexual.

En mi trabajo diario siempre he huido de la dispensarización y de ahí mi interés por formarme en diferentes actividades. Con esto creo que he mejorado la atención a mis pacientes, la formación de mis residentes y ha hecho más ameno y fluido mi trabajo.

 

También dedico parte de mi tiempo como voluntaria de Médicos del Mundo Granada, donde he realizado actividades de diagnóstico rápido de infecciones de transmisión sexual o realizando informes médicos para migrantes solicitantes de protección internacional.

Mirian Jouda-Benazouz Béjar

Chica de ciudad reconvertida a la vida rural, no llego a tener 30 años aún.

“Granaína” hasta el tuétano, pero a la vez de todos sitios. 

“Una motivá” por definición, bastante adicta a la adrenalina, endorfinas  y a la sobrecogedora “Pacha Mama” o también llamada naturaleza. Lo mismo me subo al pico más alto de la comarca, que bailo en alguna compañía, vivo un tiempo en uno o varios países al otro lado del mundo, me saco el cinturón negro de cierto arte marcial o me encaramo a una pared. 

Como bien dice mi madre, probablemente es cierto eso de “ Ay niña, parece que tienes azogue”. La verdad es que soy de “ir a muerte” en aquello que me mueve por dentro, a muerte en el amor, a muerte en la amistad; a muerte en la Medicina de Familia y en la medicina a secas, a pesar de mi corto camino en la inmensidad de tierra que supone la misma. 

Estoy acabando mi residencia de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud de Cartuja (Granada), empezando a dilucidar las luces y sombras de la especilidad, a desidealizarla y amarla al mismo tiempo; a pensar, en que sin duda, aunque en ocasiones parece que “el sistema” sopla en contra: saber esperar en una sociedad que olvida que es necesario, saber frustrarse y frustrar, amar y odiar la incertidumbre y la longitudinalidad…  es la única medicina que para mí tiene sentido. No sé hacia dónde irá la senda laboral que prácticamente acabo de comenzar; yo espero que encima de un monte, atendiendo y formando de parte de alguna comunidad rural en la que haga mucho frío, en la que la nieve me impida algún día sacar el coche de casa, y pueda disfrutar en familia del calor de una chimenea.

Marta Canet Jubierre

Nací en Barcelona en 1991. Hija única, libra con ascendente a capricornio… quizá esto explica más cosas que este pequeño relato vital. He pasado gran parte de mi vida en la misma ciudad, pero después de un Erasmus decidí que quería experimentar otras ciudades así que me convencí de hacer el MIR en otro lugar de España, y de los cientos de sitios donde pude acabar, acabé en Granada, donde todavía hoy sigo. Llegué por trabajo, pero me he quedado por esas vecinas y amigas que te acompañan en el camino.

Aunque me formé en la ciudad de Granada, después he estado trabajando siempre en el ámbito rural. Actualmente soy DCCU en la zona básica de salud de Purullena. Dentro de la Medicina estoy interesada en la docencia, la seguridad del paciente y la bioética, terrenos en los que me gustaría seguir formándome. 

Fuera de ella, me gusta la cocina, fingir que soy crítica culinaria cuando voy de restaurante, leer, cantar en el coche, ver películas y series, bailar swing y aprender y recordar datos curiosos poco útiles en el día a día en los que dejar a alguien deslumbrado en ocasiones especiales o que me permitirían ganar un quesito en el Trivial. 

Si me veis, contadme un chiste malo.

Miguel Roch García

Me llamo Miguel, el segundo de cuatro hermanos de una familia madrileña que, como todas las familias madrileñas, viene de muchos lugares diferentes (Valencia, Mallorca, Almería, Francia…)

Crecí disfrutando de la lectura, pasando de las novelas de aventuras a la historia de los pueblos y el pensamiento crítico. Jugando con mi familia y amigos entre robles del valle de Lozoya los fines de semana y los veranos cerca del mar.

De adolescente pensaba seguir los pasos de mi hermano por el mundo audiovisual pero, poco a poco, algo cambió para que decidiera estudiar medicina. Estudié en Alcalá de Henares, con buenos amigos alrededor y muy de la mano de la asociación de estudiantes IFMSA me fui dando cuenta de que la parte que más me interesaba del porqué de la salud y la enfermedad ocupaba pocos minutos de clase y pocas diapositivas de apuntes.

Tuve la fantástica experiencia de conocer Medellín, Colombia en un intercambio clínico, donde me enamoré de la vida, de una ciudad y un país que son mi segunda casa. Al terminar la carrera, buscando ejercer la profesión que había estudiado 6 años, pasé una temporada en Atenas, Grecia trabajando por el acceso a la salud de personas migrantes, donde conocí a personas y colectivos que me abrieron los ojos y me llevaron a tomar una posición política en el mundo en torno a la autogestión, la horizontalidad, la defensa de los derechos humanos y la mirada antipatriarcal. En estos años fortalecí mi amor por la montaña, por caminarla, correrla o pedalearla.

Estas experiencias terminaron de edificar la idea de que dentro de la medicina mi lugar era cerca de donde están las personas la mayor parte de su vida: en su casa, en sus centros de ocio, en el trabajo… es decir, la medicina de familia ejercida en un centro de salud.

Más recientemente me he acercado a la mirada del subjetivismo crítico que propone el grupo de la revolución delirante, buscando trabajar desde la complicidad y sosteniendo la contradicción de ocupar un lugar de poder y de saber en la sociedad y a la vez trabajar para democratizar el acceso al conocimiento y a la toma de decisiones sobre los cuerpos y las mentes.

Desde hace 3 años vivo en Granada, donde puedo seguir aprendiendo de gente muy buena, muy competente y muy luchadora. Además de mantenerme cerca de mi familia en Madrid y disfrutar de las cosas que más me gustan: viajar en furgoneta, recorrer la Sierra de Huetor y las estribaciones de Sierra Nevada, subir y bajar cuestas en bicicleta y bailar salsa cuando consigo vencer la vergüenza.

Elena Giménez Gironda

Me llamo Elena, soy de Castellón, miembra orgullosa del paraguas Queer, feminista, vegana, amante de las plantas de interior y estoy escribiendo esto a 5 meses de terminar la residencia en el centro de salud Almanjayar en Granada. 

Me dijeron que tenía que elegir entre el arte y la medicina pero tomar decisiones no es lo mío. Cogí el lápiz mucho antes que el fonendo, pero he ido alternando ambos (uno cada 8h) todo este tiempo. Desde los días de cómic y maquetación en la revista de la Universidad de Valencia (el UVI PVS), hasta cursar el máster en Medicina Gráfica, tengo lo mejor de los mundos (como Hannah Montana). 

Actualmente publico infografías y cómic sobre primaria y salud en redes sociales. Pero sobre todo lo uso cada día en la consulta, porque dibujar es democratizar el conocimiento.