DESIGUALDAD Y VIOLENCIA EN LA FRONTERA INTERIOR PERUANA
DESIGUALDAD Y VIOLENCIA EN LA FRONTERA INTERIOR PERUANA
La información y las gráficas presentadas han sido extraídas del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), específicamente del Tomo I, Capítulo III: "Rostros y perfiles de la violencia", donde se analiza en profundidad el perfil social, étnico y territorial de las principales víctimas del conflicto armado interno en Perú.
(Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2003, gráfico 1).
¿Qué territorios sufrieron más intensamente la violencia durante el conflicto armado en Perú?
Principalmente los departamentos más pobres y excluidos del país. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), más del 85 % de las víctimas se concentraron en regiones como Ayacucho, Huánuco, Huancavelica, Apurímac, Junín y San Martín (gráfico 1).
¿Qué tenían en común estos territorios?
La pobreza estructural, el abandono estatal y su lejanía del centro político y económico del país.
(Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2003, gráfico 2).
¿A qué sectores sociales pertenecían las principales víctimas?
El 35 % de las personas asesinadas o desaparecidas durante el conflicto se ubicaban en el quintil más pobre de la población peruana, mientras que menos del 10 % eran del quintil menos pobre (gráfico 2). Esto demuestra una fuerte correlación entre pobreza y exposición a la violencia, reflejo de una frontera interior entre el Perú urbano y moderno, y el Perú rural e indígena.
¿Y en términos culturales y lingüísticos? ¿Quiénes fueron más vulnerables? Más del 75 % de las víctimas hablaban quechua u otra lengua originaria, pese a que solo el 20 % del total de la población tenía una lengua indígena como idioma materno. Esta brecha lingüística refuerza la exclusión, y evidencia el sesgo étnico del conflicto.
(Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2003, gráfico 3).
¿La educación protegía o exponía?
Según el gráfico 3, las víctimas tenían niveles educativos muy inferiores al promedio nacional. Esto refleja cómo el acceso limitado a la educación no solo reproduce desigualdad, sino que también agrava la exposición a la violencia y el aislamiento del desarrollo económico y político.
¿Cuándo el país prestó atención a esta tragedia? Solo cuando la violencia llegó a Lima y otras grandes ciudades en los años 80 y 90. Antes, las víctimas rurales e indígenas eran invisibles para los medios y el Estado. Así se consolidó una frontera intangible pero profunda entre dos realidades opuestas: el Perú urbano, limeño y moderno, y el Perú rural, indígena y marginado.
El conflicto armado interno en Perú (1980-2000), dejó ver una profunda brecha entre el Perú rural y el urbano. Los departamentos más pobres fueron los más afectados, especialmente aquellos donde se hablaba el quechua y tenían un menor acceso a la educación. Esta frontera interior evidenció la exclusión histórica de este tipo de población por parte de la sociedad y el Estado.