En la siguiente serie de artículos discutiremos Daniel 11:40-45. Estos seis versículos fueron dejados sin solución hasta nuestros días. Quien tiene el honor de ver y reconocer el cumplimiento de esos versículos, es nuestra generación.


Trataremos de mostrar que estos versículos contienen una secuencia de eventos que conducen al cierre de la gracia humana y aún más allá. Veremos que Daniel 11 – el cual es ampliado en los capítulos 13-18 de Apocalipsis – describe los acontecimientos que la hermana White dijo serían “los movimientos finales”.


Daniel 11:45 es una llave profética, la cual fue ideada por el Señor para ayudar a guiar, preparar y habilitar a su pueblo durante los movimientos finales de la historia de esta tierra, ayudando a revelar el futuro a quienes buscarían conocer esos eventos. Por lo menos, cuatro proposiciones son dignas de mencionarse antes de empezar este estudio.


1.- La importancia total de la evidencia profética nos lleva a creer que somos la última generación del pueblo de Dios sobre esta tierra, la generación que los santos y profetas ansiaban ver.


2.- La serie final de eventos ya ha comenzado con la caída de la Unión Soviética, pero en su mayoría el adventismo ha seguido durmiendo.


3.- Estos versículos fueron ordenados por Dios para que fueran un catalizador que ayudaran a traer el reavivamiento final del pueblo de Dios.


4.- Estos versículos muestran la secuencia de eventos, los cuales, la hermana White advirtió a menudo que serían rápidos.

Al comenzar este estudio, determinemos si el periodo de tiempo asociado con los movimientos finales de Daniel 11 ha llegado. El tiempo en el cual estamos viviendo está claramente descrito en la Biblia y en Espíritu de Profecía. Un pasaje que define las condiciones de nuestra época es el siguiente:


“Estamos viviendo en el tiempo del fin. El presto cumplimiento de las señales de los tiempos proclama la inminencia de la venida de nuestro Señor. La época en que vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas sobre los que menosprecian la gracia de Dios. Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad.


Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos.


El estado actual de las cosas muestra que tiempos de perturbación están por caer sobre nosotros. Los diarios están llenos de alusiones referentes a algún formidable conflicto que debe estallar dentro de poco. Son siempre más frecuentes los audaces atentados contra la propiedad. Las huelgas se han vuelto asunto común. Los robos y los homicidios se multiplican. Hombres dominados por espíritus de demonios quitan la vida a hombres, mujeres y niños. El vicio seduce a los seres humanos y prevalece el mal en todas sus formas...


Raros son, aun entre los educadores y los gobernantes, quienes perciben las causas reales de la actual situación de la sociedad. Aquellos que tienen en sus manos las riendas del poder son incapaces de resolver el problema de la corrupción moral, del pauperismo y el crimen que siempre aumentan. En vano se esfuerzan por dar a los asuntos comerciales una base más segura. Si los hombres quisieran prestar más atención a las enseñanzas de la Palabra de Dios, hallarían la solución de los problemas que los preocupan...


Un espíritu belicoso agita al mundo. La profecía contenida en el undécimo capítulo del libro de Daniel, está casi completamente cumplida. Muy pronto se realizarán las escenas de angustia descritas por el profeta.


Satanás estudia la Biblia con cuidado. Sabe que le queda poco tiempo y procura en todo punto contrarrestar la obra que el Señor está haciendo sobre esta tierra. Es imposible dar una idea de lo que experimentará el pueblo de Dios que viva en la tierra cuando se combinen la manifestación de la gloria de Dios y la repetición de las persecuciones pasadas. Andará en la luz que emana del trono de Dios. Por medio de los ángeles, las comunicaciones entre el cielo y la tierra serán mantenidas constantes. Por su parte Satanás, rodeado de sus ángeles, y haciéndose pasar por Dios, hará toda clase de milagros a fin de seducir, si posible fuese, aun a los escogidos”. 3JT:280-285.


¿Habla este pasaje acerca de nuestros días? Nótese el escenario que describe la hermana White a medida que nos informa que “la profecía contenida en el undécimo capítulo del libro de Daniel, está casi completamente cumplida”. Claramente, estos son nuestros días, y por lo tanto, Daniel 11 pronto se cumplirá.

¿No vemos cómo el Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra mediante los juicios que siguen a su partida? Con toda seguridad, los terremotos, las erupciones volcánicas, los huracanes, las guerras, los bombardeos, los asesinatos, las hambrunas y las enfermedades, todo confirma que la influencia refrenadora del Espíritu de Dios está siendo removida de este planeta y de sus habitantes.


Vemos también las consolidaciones en el mundo religioso a través del movimiento ecuménico. Grandes empresas están uniéndose para formar gigantescos consorcios. Muchos países están firmando tratados tales como el GATT y el NAFTA, para crear alianzas económicas en un esfuerzo por establecer un mercado mundial, a fin de dar a los asuntos comerciales una base más segura. Vemos ahora a las naciones Unidas manifestándose como un poder, que nunca durante sus pasados 50 años había podido lograr, aunque había tratado de agrupar al mundo entero a través de su banco mundial, su sistema mundial de salud, su policía internacional, su corte global, sus leyes mundiales y su población global con intereses ecológicos. Los problemas de la humanidad son presentados ahora en las prensas del mundo, como problemas “globales”.


Con toda seguridad, el crimen en nuestros días cumple la predicción de la hermana White, y la declaración de que los líderes de esta nación (EEUU) “están luchando en vano por dar a los asuntos comerciales una base más segura”, describe acertadamente la crisis en la capital de esa nación. También nos envía una advertencia de que lo que debemos hacer como pueblo, debe ser hecho antes de que nuestro dinero pierda su valor. Sin embargo, con la advertencia viene el consuelo de que Dios controla todas las cosas. Elena de White nos da una clara descripción, al afirmar que la dificultad económica que enfrentan los líderes de esta nación, no tomó a Dios por sorpresa. También es cierto que el “espíritu belicoso” se puede ver fácilmente en este tiempo.

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