¿Cómo nace Sabiduría Práctica Consciente?
Sabiduría Práctica Consciente nace como resultado de observar, percibir y reconocer que hay una gran necesidad de consejería (acompañamiento) en diferentes áreas puntuales de la vida, detectando que las principales áreas en las cuales podemos ayudar y coadyuvar son: área física, emocional y espiritual.
Los involucrados en este oficio somos personas que amamos ver bien a nuestro prójimo nos alegramos con sus alegrías y nos entristecemos con sus tristezas. Nuestro recorrido es largo, lleno de experiencias buenas y malas, con éxitos y fracasos, con personas que se han acercado a nosotros para recibir consejería y han mejorado su vida, y otras de las cuales no volvimos a saber nada.
Así es la realidad de este mundo (de la consejería), no todas las personas quieren realmente salir de su situación, algunas solo buscan alivio, no una cura definitiva, buscan soporte para sus ideas y al no encontrarlo, huyen despavoridamente.
Tener un espacio dedicado a la consejería (lugar físico donde poder sentarnos y hablar) y gente queriendo ayudar a otra gente a vivir mejor, nace en mi mente desde hace muchos años, desde antes de conocer a mi buen amigo Santiago Arguijo (y se acentúa al conocerlo) el cual ya estaba ejerciendo su oficio de consejero/pastor (en cualquier lugar donde se requiriera). El ha sido una persona muy importante para el inicio de este proyecto y quiero honrarlo dándole las gracias por su labor de tantos años.
Mi idea es ayudar a los jóvenes, principalmente a las mujeres a tener su propia vida y sus propios propósitos, lo cual se escucha sencillo pero es algo realmente complejo.
Quiero por sobre todo que las mujeres jóvenes se despojen de las limitantes que tienen en su mente y que les impide desarrollarse como seres individuales.
He hecho mi propósito de vida: ayudar a las mujeres a que vivan una vida plena, que logren estar satisfechas, que logren sus objetivos, que conozcan su lado positivo y su lado negativo, que logren dejar la victimización.
Si Dios me da la vida suficiente para escuchar decir a una de las chicas que ha pasado por mi espacio de consejería, que está satisfecha con sus logros, y que consiguió una mente sencilla. Esbozaré una sonrisa y podré comprender en plenitud lo que significa "conseguir una mente sencilla, es un logro indescriptible"