Frente a un evento que cambia nuestras vidas de manera significativa, como puede ser la pérdida de salud (por enfermedad, accidente u otros), son esperables ciertas respuestas emocionales que generan malestar, como: 

• Sentimientos asociados a la depresión: desánimo, desmotivación, pérdida de interés, cambios en el sueño y apetito.

• Sentimientos asociados a la ansiedad: preocupaciones difíciles de controlar, inquietud, anticipación, sensación de peligro o catástrofe inminente.

• Síntomas de estrés: irritabilidad, enojarse con facilidad, reaccionar de manera exagerada a algunas situaciones.

• Sensación de pérdida: pérdida de identidad (quién soy), de la salud, autonomía, entre otras.
  
  
  

Todas estas son respuestas naturales frente a una crisis, y son la manera en que la persona afectada está pudiendo enfrentar los cambios traídos por la enfermedad. 

Esta experiencia puede hacer surgir emociones como la tristeza, enojo, sorpresa, miedo, desagrado, entre otras. 

Cada persona enfrentará esta situación de manera distinta, dependiendo de aspectos como su carácter, la naturaleza de su enfermedad, su situación vital, momento de su vida en que se encuentra, etc. 

Es importante expresar estas emociones con otras personas, poder desahogar ese malestar, como una manera de procesar lo ocurrido, recibir la contención necesaria y poco a poco ir aceptando su condición actual.

Para quienes están en un rol de apoyo o cuidado, es importante validar y contener las emociones que surjan a partir de la situación de salud de su familiar/conocido, para luego ofrecer soluciones o maneras de ayudarle.

• Avances o mejoría en estado de salud.

• Avances y logros en rehabilitación (recuperar movilidad, poder comunicarse, hacer actividades de manera autónoma, entre otros).

• Apoyo social y familiar 

  • En muchas ocasiones, la enfermedad de un familiar se vuelve una oportunidad para reencontrarse con familiares y reparar o fortalecer relaciones.

• Sensación de ser capaz de superar adversidades (mayor confianza en uno mismo/a).

  • Darse cuenta de habilidades o fortalezas que no sabía que tenía

• Reflexiones sobre decisiones de vida o cambios que traerá nueva condición → oportunidad para crecer a partir de experiencias difíciles.