Somos PASAMANA un grupo de cuatro mujeres, dos murcianas, una madrileña y una malagueña.
Nuestro nombre surgió de la fusión de nuestros nombres: Paula, Sara, María y Ana. Nos pareció que el resultado era atractivo además de ser un símbolo que nos unía como grupo de trabajo.
Nos encantan los animales y el arte, y a pesar de tener vidas muy distintas ¡formamos un grupo que se complementa de maravilla!
Quisiera poder llegar un día y decir lo he logrado. Lograr lo que siempre soñé de pequeña, dibujar, crear, soñar despierta. Sin duda esa es mi meta; y aunque siempre hay piedras en el camino quiero saltarlas todas. Aunque con 26 años algunos dirán que "Voy un poco tarde" quiero demostrar que se puede y no importa la edad sino el fin y sentirse realizado.
Desde siempre me ha gustado el dibujo. Me encanta ilustrar, imaginar, escribir, animar y diseñar aparte de emplear las nuevas tecnologías y aplicaciones, por ello tras pensarlo mucho a mis 19 años comencé a estudiar Diseño y creación digitales en la UOC, con la meta de algún día poder trabajar como diseñadora, directora de arte o incluso ilustradora en proyectos como películas, series o videojuegos. Mi mayor meta es la de dejar huella en el mundo del diseño y las artes con alguno de mis trabajos en un futuro.
Nunca es tarde… y del dicho al hecho no hay tanto trecho porque aquí estoy. Con 45 años y tras explorar otras disciplinas, aunque siempre transversales, me he decidido a estudiar en la UOC el grado de Diseño y Creaciones Digitales. Mi idea es, además de “cumplir un sueño” y disfrutar estudiando lo que siempre me ha gustado, trabajar algún día en algo relacionado con el diseño y la ilustración e incluso poder conjuntarlo con mi trabajo desde hace una década como educadora ambiental.
En mi casa, desde que nació mi primera hermana hasta hoy, que su 11º hijo tiene seis años, mi padre se echa la siesta y debe haber silencio. Esto es importante, porque toda mi infancia, durante dos horas diarias de mi vida veía películas de animación, embobada. Más tarde, mi madre imprimía dibujos de esos personajes y los coloreábamos. Lamentablemente, crecí y me olvidé de todo esto. Hasta hace 9 meses, cuando cogí prestada la tableta gráfica de mi hermano. Abandoné mi carrera, que me prometía estabilidad y un buen sueldo de psicóloga y me embarqué a estudiar mi pasión. Y tan feliz.