Principalmente son dos tipos de glaucoma.
Glaucoma crónico de ángulo abierto. Este es el tipo más frecuente de glaucoma. En los primeros años de la enfermedad no da síntomas. Se produce gradualmente, con un aumento de la presión del ojo que empieza a dañar el nervio óptico. Algunos pacientes pueden tener nervios ópticos sensibles a la presión ocular normal, por lo que su riesgo de ceguera es más alto.
Glaucoma de ángulo cerrado o estrecho. Es un tipo de glaucoma donde el drenaje es estrecho. Se puede presentar con un ataque agudo o múltiples ataques más suaves. Cuando un paciente tiene un ataque agudo es emergencia, ya que el riesgo de ceguera es muy alto.
Existen alternativas en medicamentos y en cirugías.
Medicamentos para el glaucoma. En general, el glaucoma se controla bien con colirios para los ojos. Estas gotas disminuyen la presión en el ojo. Algunos de estos medicamentos lo hacen reduciendo la cantidad de líquido que produce el ojo. Otros disminuyen la presión ayudando al drenaje.
Las gotas para el glaucoma también pueden producir efectos secundarios. Estos incluyen sensación de picazón, enrojecimiento, cambio coloración de la piel alrededor de los ojos y crecimiento de las pestañas. En algunos pacientes pueden producir cambios en el pulso y la frecuencia cardíaca, dificultad para respirar o boca reseca.
Cirugías de glaucoma. Existen diversos procedimientos para mejorar la presión intraocular o disminuir el riesgo de avance del glaucoma cuando el tratamiento con gotas es insuficiente. Estos incluyen tratamientos con láser o cirugía (VER+)