Antes de la cirugía, es importante que el paciente discuta con su oftalmólogo sus necesidades visuales, expectativas y su estilo de vida. Por ejemplo, es relevante definir el tipo de trabajo que realiza, condiciones ambientales o deportes que practica, ya que eso puede influir en el tipo de cirugía o en la decisión de hacerla.
Las expectativas es un punto fundamental. La cirugía LASIK no busca la visión perfecta o eliminar completamente los lentes. Esta cirugía permite a la mayoría de las personas realizar sus tareas cotidianas sin necesidad de lentes. Sin embargo, es posible que deba usar anteojos para ciertas actividades, como conducir de noche.
Los exámenes preoperatorios son muy relevantes
Algunos pacientes tienen efectos secundarios después del LASIK que habitualmente desaparecen con el tiempo. Sin embargo, en algunos casos estos síntomas pueden no desaparecer. Por ejemplo, casi todas las personas presentarán molestias durante el primer mes, que se irá haciendo cada vez menos presente.
Otros efectos secundarios pueden ser:
Otros riesgos, como infección, pérdida de visión u otras complicaciones inflamatorias, son raras de ver, pero requieren tratamiento oportuno y evitar su progresión.
Finalmente no olvidar que existen casos que requieren lentes o corrección óptica a pesar de la cirugía. Si el paciente está contento con sus lentes de contacto o anteojos, es posible que la cirugía refractiva no sea su mejor opción.
La cirugía refractiva está aprobada por la FDA para tratar ciertos grados de miopía, hipermetropía y ciertos tipos y grados de astigmatismo, solos o en combinación con miopía o hipermetropía. Un error refractivo más severo reduce la posibilidad de éxito.
Los ojos y la visión pueden cambiar hasta aproximadamente los 25 años, durante el embarazo, la lactancia, y después de los 40-45 años (cuando comienza la presbicia y los cambios oculares del envejecimiento).