El acceso a la información desde fuentes confiables y a la tecnología debería ser un derecho y no un privilegio. En pueblos como el que me crié, Morovis, más del 50% de la población se encontraba por debajo de nivel de pobreza. Una gran parte de la población moroveña no contaba con el poder adquisitivo para tener una computadora o internet. De hecho, mi propio hogar es un ejemplo de ello. La primera computadora que tuvimos fue en 2009 y no es hasta el 2012 que pudimos adquirir servicio a internet.
Gracias a centros tecnológicos y bibliotecas públicas como la Biblioteca Electrónica de Morovis (Julia M. Chéverez), la comunidad moroveña pudo tener acceso a computadoras e internet. De hecho, esta se encuentra en un lugar muy estratégico donde ha logrado impactar la comunidad escolar desde el kindergarten hasta la escuela superior y algunos residenciales cercanos.
Las bibliotecas impactaron positivamente mi vida porque me permitieron saciar mis deseos de aprender y adquirir conocimiento. Recuerdo pasar mis tardes leyendo obras como Hamlet y Romeo y Julieta. También recuerdo cuando utilizaba Encarta para aprender más sobre los temas que veíamos en la clase de ciencias. Ha sido gracias a las bibliotecas que pude educarme y por eso creo firmemente en lo que he estipulado al inicio. También es por eso que mi área de interés es la catalogación y lo relacionado a datos, metadatos y seguridad de la información, porque el acceso a la información es un derecho humano.
"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas" (Ortega y Gasset, 1937). Yo le doy importancia a esta cita porque siempre existirá diferentes puntos de vistas que vale la pena examinar. Como futura profesional de la información mi misión es que el acceso a fuentes de información confiables sea accesible especialmente en este siglo dónde la tecnología avanza rápidamente y el exeso de información puede ser abrumante. Cómo dijo Nail Gaiman "Google puede devolverte 100.000 respuestas. Un bibliotecario puede devolverle el correcto.” (Gaiman, 2010) Por eso, mi misión es ayudar, educar y servir a las comunidades para facilitar el acceso a la información. De esta forma los usuarios pueden desarrollar pensamiento crítico que les ayude a discernir sobre sus propios conocimientos y lo que están aprendiendo o pueden aprender en el futuro.
Existe una variedad de unidades de información que para distintos tipos de usuarios, estas contribuyen a su aprendizaje ya sea para que desarrollen destrezas tecnológicas, alfabetización respecto a uso y manejo de la información, identificación de plataformas o lugares donde conseguir los recursos e información que buscan y necesitan. Debido al rol que presentan los profesionales de la información y unidades de información, estos tienen el compromiso y las virtudes éticas respecto a los derechos de autor, creación de referencias, bibliografías, uso y manejo de la información, además de enseñar la importancia de que se reconozca la creación intelectual y creativa dando crédito al trabajo de otros para así evitar el plagio.
Las bibliotecas "son una nave espacial que te llevará a los puntos más lejanos del universo, una máquina del tiempo que te llevará al pasado lejano y al lejano futuro, un maestro que sabe más que ningún ser humano, un amigo que te divertirá y te consolará y sobre todo una salida a una vida mejor, más feliz y más útil” (Asimov, 1971). Sin bibliotecas, no tenemos pasado, ni futuro. Concluyo esta reflexión mencionando que las bibliotecas, centros tecnológicos de información, los bibliotecarios y los profesionales en tecnologías e información son una parte inpresindible en las comunidades por su labor de servir, de preservar la historia y la cultura, y brindar accesibilidad a recursos de información. De el mismo modo que lograron impactar mi vida, espero poder impactar la vida de los usuarios que atienda en el futuro cuando comience a ejercer esta vocación.