Exposiciones destacadas

Las exposiciones permanentes del museo intentan aproximar al visitante a la diversidad cultural y ecosistémica del Pago de los Arroyos con el objetivo de acercar una visión integral de la naturaleza regional y su riqueza.

Ecorregiones

Las grandes unidades ecológicas

Las ecorregiones son áreas naturales identificadas en base a patrones que pueden definirse desde la geología, el clima, la biota y la historia evolutiva regional. En nuestro país han sido propuestas más de quince ecorregiones, tres de las cuales pueden hallarse dentro de los límites del Pago de los Arroyos que abarca las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Las mismas son el Espinal (sobre la barranca del Paraná y sus tributarios), la Pampa (altamente modificada o eliminada por la urbanización y los agroecosistemas) y el Delta e Islas del Paraná (que conforma los humedales más importantes de la región). La existencia de tres ecorregiones que se interdigitan en un mismo punto geográfico, es una característica infrecuente y de gran valor ecológico. Los módulos del Museo presentan colores de identificación de acuerdo a estas unidades ambientales.

Crecientes y bajantes

La riqueza del río

Siguiendo el ciclo de vida del sábalo, especie de gran valor comercial de la cuenca del Plata, se realiza un recorrido que permite comprender la importancia de las crecientes y las bajantes del río para sostener la biodiversidad. Los juveniles de estos peces logran entrar a los ambientes de la llanura de inundación, donde conviven con una cantidad de organismos. Las sequías y temperaturas extremas pueden tener graves consecuencias sobre ellos. También deben sobrevivir a la depredación de aves, mamíferos y peces ictiófagos. De acuerdo a las fluctuaciones de los niveles hidrométricos, los adultos entran y salen de la llanura aluvial. Las bajantes los impulsan a salir de las lagunas y durante las crecientes entran a los bañados. Junto a los sábalos, otras especies usan estos ambientes. No sólo peces sino moluscos, crustáceos y una multitud de muy pequeños invertebrados, llamados en conjunto bentos.

Riqueza del talar

Los bosques nativos del Espinal

Los talares del extremo norte de la provincia de Buenos Aires se encuentran como relictos confinados a las barrancas del río Paraná, formando parte del anillo de bosques xerófilos que rodea la región pampeana. Este módulo muestra parte de la riqueza biológica contenida en ellos. Se destaca especialmente el árbol que da origen a esta formación: el tala. Es acompañado por otros árboles y arbustos propios de estos ambientes. En el sotobosque es posible hallar una gran variedad de hierbas aromáticas y medicinales. También un notable mundo integrado por hongos. La fauna se destaca tanto por aquélla que puede ser observada desde su periferia - como aves y mamíferos- como la que se oculta en su interior, bajo el dosel -principalmente conformada por invertebrados como insectos, arañas, cienpies y caracoles. Los talares constituyen el ecosistema de mayor biodiversidad y geodiversidad de toda la región pero también es el más amenazado.


El Yaguarón

El mito y la ciencia como formas de conocimiento

Hace algunas décadas, pescadores capturaron un extraño animal en el Área Protegida Parque Rafael de Aguiar de San Nicolás. Se trataba de uno de los raros hallazgos de Lepidosiren paradoxa, el pez viviente más cercano a los tetrápodos, con presencia de "pulmones" que le permiten sobrevivir meses enterrado para soportar la sequía, y cuyos restos fósiles se encuentran entre los registros más antiguos de los peces. El ejemplar, expuesto en el Museo, ha despertado viejos y ocultos relatos sobre la existencia de una extraña criatura que vive en el río, el Yaguarón, similar al Nahuelito de la Patagonia o al monstruo del Lago Ness de Escocia. No es el único ser mitológico de la región, también poblada por duendes, la luz mala, la solapa, el lobizón, protectores de la naturaleza... y muchos otros.

Vivir en la Isla

Las islas del Delta medio del río Paraná

Las islas constituyen el escenario de diferentes actores y cosmovisiones: nacidos y criados cuya pertenencia al territorio está vinculada a sus antepasados familiares, pobladores que las han adoptado por necesidades laborales o por sentirse a gusto allí, y otros ocasionales que las frecuentan en sus momentos de ocio. El "rancho islero", de carácter palafítico, es la vivienda típica tradicional. Actividades comunes son la apicultura, el uso de diferentes artes de pesca, uso de recursos forestales y, antiguamente, la marisquería de almejas de río. La pesca y el comercio de pieles son la principal entrada económica para muchos isleños, regulada por la intervención de empresas y acopiadores. Los grandes productores, en cambio, no viven en las islas y sólo se benefician de las ganancias que ellas les pueden proporcionar. Desde su mirada empresarial, suelen ocasionar impactos ambientales de magnitud, como endicamientos, extensos monocultivos, alta carga de ganado y descomunales incendios.

Nuestros Orígenes

La cultura y la piedra

Desde este módulo se sugiere al visitante pensarnos y sentirnos como una especie más, Homo sapiens, el único sobreviviente entre decenas de primates homininos extintos. Ha sido una larga historia evolutiva que comenzó hace más de 6 millones de años, cuando los homininos nos diferenciamos de los chimpancés tras el surgimiento de formas como Sahelanthropus, Ardipithecus, Orrorin, Australopithecus, Paranthropus y Homo. Particularmente, como Homo sapiens, nos dispersamos por todo el planeta y la llegada al continente americano ha sido una historia compleja y apasionante. En todo este proceso nos ha acompañado la piedra y con ella logramos fabricar herramientas, dando origen a la tecnología. No sólo la tecnología nos diferenció de otros primates, también el lenguaje, el control del instinto, la creatividad, la consciencia de la muerte... posibilitando el desarrollo de una extraordinaria riqueza de formas culturales.

Cazadores y Ballenas

Sitio Arqueológico Arroyo Las Hermanas

En el arroyo Las Hermanas, partido de Ramallo, se reconocieron restos de ballenas depositados hace unos 5500 años. En esa época el mar ingresó en el área del Delta del Paraná generando un golfo de agua salada poblado por fauna marina. Es probable que estas ballenas vararan en las costas de estas antiguas playas estuariales. Debido al hallazgo de desechos de herramientas de piedra y marcas de corte en los huesos, se estima que antiguos grupos indígenas se acercaron a aprovechar la carne y otros recursos de estos cetáceos. La investigación se enmarca dentro del proyecto “Arqueología del río Paraná medio e inferior” (CONICET) coordinada desde el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) en conjunto con el Museo Scasso y el Centro del Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP; Dirección Provincial de Patrimonio Cultural de la provincia de Buenos Aires).