Patrimonio por Recuperar
Desde el Museo Diocesano de Huesca se pretende crear un nuevo espacio desde el que se pueda dar visibilidad y voz a aquellas piezas de nuestro patrimonio que por su estado de conservación no pueden ser expuestas. Estas piezas, que permanecen a la espera en los almacenes de este mismo museo, poseen un enorme interés artístico. Sin embargo, por diversas circunstancias, han corrido una suerte diferente a sus compañeras expuestas. Para comenzar con esta iniciativa y aprovechando las fechas navideñas en las que nos encontramos hemos rescatado de su peine una magnifica pieza del siglo XVI, de factura probablemente flamenca, y procedente del monasterio de Santa María de Casbas: la sarga de la Adoración de los Pastores. Esta pieza estará expuesta en el Museo Diocesano desde el día 22 de Diciembre hasta pasado el periodo navideño (2024).
De compleja composición podemos observar multitud de figuras representadas. Dentro del ciclo de la infancia en este caso se representa en la misma obra dos escenas: la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Ángeles.
Los personajes se sitúan en distintos espacios en perspectiva, distribuyéndose por el espacio gracias a estar enmarcadas por las edificaciones de carácter renacentista. En el centro de la obra, y como foco desde el que irradiaran y se posicionan el resto de personajes, se encuentra el Niño Jesús acostado sobre un pedestal de carácter arquitectónico. A su alrededor se representan cinco ángeles en actitud de adoración así como también la Virgen María en genuflexión y cubierta con un manto azul.
En un segundo plano, próximos a la Virgen, encontramos un segundo grupo de personas: los pastores. La disposición de los mismos también se hace en perspectiva, quedando unos delante de los otros, agolpándose conforme llegan al lugar del nacimiento. Portan distintos elementos en sus manos, destacando la figura del primer término que se encuentra tocando un instrumento identificado como orlo cromorno, un instrumento de doble lengüeta de gran importancia en la música sacra de los siglos XV y XVI. En el fondo de los pastores se puede observar una arquitectura en ruinas.
En el vano central de la arquitectura principal podemos observar un establo en el que se encuentra el buey y la mula. Mientras el buey se encuentra con la cabeza agachada, dirigiendo la mirada hacia la figura de María, casi de manera de reverencia, la mula se encuentra comiendo paja del propio establo que los protege. Finalmente en la parte derecha de la composición se encuentra representada la figura de san José, de apariencia más anciana se apoya en un bastón, avanzando hacia la escena central.
La pieza presenta características estilísticas desarrolladas por la escuela flamenca así como también elementos de carácter renacentista.
Esta pieza fue depositada en el Museo Diocesano de Huesca en 2005, tras quedar el monasterio de Santa María de Casbas ausente de vida religiosa. Durante los años 2018 y 2019 se realizó una colaboración con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón (ESCYRA) que permitió estudiar la obra en profundidad. Este estudio aportó interesantísimos datos que ahora sirven de base científica sobre la que poder plantear los criterios y metodologías para su posterior (y todavía pendiente) restauración.
¿Qué es una sarga? Se trata de un tipo de técnica pictórica en cuyo procedimiento de ejecución se utilizan pigmentos mezclados con aglutinantes proteicos (cola animal y huevo), aplicados sobre la tela de soporte, normalmente sin utilizar una preparación previa. Eta ausencia de preparación diferencia a esta técnica de otros tipos de pintura sobre lienzo. Las sargas dan como resultado obras pictóricas muy livianas, una característica que permitía su sencillo desmontaje y traslado. Por ello, era una técnica comúnmente empleada para realizar monumentos de Semana Santa, los cuales se exponían en los lugares de culto por un corto periodo de tiempo. Por otro lado, también era una técnica muy habitual para ejecutar pequeñas piezas de devoción privada. La ausencia de preparación y la sensibilidad de los materiales utilizados, además de la continua manipulación que sufrían estas piezas dada su finalidad, hace que en la actualidad se hayan perdido la gran mayoría de las piezas de este tipo. En el Museo Diocesano conservamos, en este caso expuestas en sala, otras dos sargas una de ellas también procedente del monasterio de Casbas e igualmente de factura flamenca.
En este caso, durante el estudio de la obra se pudo comprobar que se hizo un uso selectivo de diferentes aglutinantes para los distintos campos de color: para las carnaciones se empleo huevo mientras que para el resto de la pintura se empleó cola animal. Esta variación de aglutinantes en una misma pieza supone una diferente degradación de los materiales que la componen y, por lo tanto, un distinto estado de conservación en relación a los mismos. Es por esto que se encuentran en mejor estado los rostros de las figuras que el resto de los campos de color.
El estado de conservación de la obra es preocupante: los materiales pictóricos se encuentran muy pulverulentos, al haberse degradado el aglutinante que mantenía el pigmento cohesionado. Sin aglutinante, el pigmento no puede adherirse al soporte y por lo tanto corre riesgo de perderse por completo. La pieza también presenta pérdidas del soporte, y la incidencia directa del agua ha provocado manchas y disolución de los campos de color.
Las alumnas de la ESCYRA realizaron un exhaustivo y detallado estudio material y de su estado de conservación. Para ello se trabajó de forma interdisciplinar con distintas técnicas: estudios físicos con técnicas fotográficas (fotografía visible, reflectografía infrarroja y fluorescencia ultravioleta), estudio colorimétrico de la obra, caracterización de materiales, caracterización de las superficies (sensibilidad al agua, porosidad, pH y conductividad), realización de probetas, etc. Los resultados arrojaron una gran cantidad de información de gran interés y necesaria para su posterior intervención.
Detalles que ya no podemos ver. Los estudios permitieron descubrir detalles que dificilmente podemos percibir a simple vista y que revelan que la riqueza de esta obra sería mucho mayor de lo que hoy podemos ver: de una gran calidad y factura muy delicada, su autor se preocupo por el más mínimo detalle. Ejemplo de ello son las sutiles y casi milimétricas pinceladas que componen el cabello de los ángeles. Pero hay otros detalles que, por más que nos acerquemos, si no los estudiamos con aumentos o por medio de técnicas fotográficas especiales no los podríamos visualizar. Gracias a estas técnicas, por ejemplo podemos entender en origen la obra presentaba una aplicación de láminas de oro para crear tanto la aureola de la Virgen y del Niño Jesús como también para la imitación de bordados o determinados tipos de telas en las vestimentas, identificados tanto en la capa amarilla del ángel que se encuentra en primer plano como también en el roleo que recorrería el manto azul de la Virgen.
A pesar de su calidad, desgraciadamente y a causas de su estado de conservación, la obra no puede estar expuesta de manera permanente en las salas del Museo Diocesano de Huesca. Por ello tras su exposición durante el periodo navideño volverá a ser guardada en los almacenes y continuará esperando a su restauración.