Shepard hace gala de una sutil, lacónica ironía, de un oído aguzadísimo para el diálogo y de un ojo de halcón para los detalles significativos, para esas sutiles insinuaciones que hacen de cada cuento una perfecta, punzante, bronca epifanía.
Textos
El hombre que curaba a los caballos
Coalinga a medio camino
Un trozo del muro de berlín
El ojo parpadeante
Los gatos de Betty
La puerta hacia las mujeres
Extranjeros
Viviendo según el cartel
Los intereses de la compañía
Concepción
No era Proust
Convulsión
Una pregunta injusta
Un arrebato espantoso
Tinitus
El perserverante
El gran sueño del paraíso
[ Todos los árboles están desnudos ]