Continuamos con la tercera y última parte dedicada a las nataciones infantiles. No olvides seguirnos en nuestras redes sociales Facebook e Instagram como Natacion Martiket. Déjanos tus comentarios y pregúntanos tus dudas… Adelante !!!
Fase de respiración
El ABC de la natación, saber respirar. Seguramente el problema más común de los adultos que vienen a las clases de iniciación y de perfeccionamiento. Año tras año el 80% de ellos repiten de memoria la misma frase: “es que hago una piscina y me canso”. Entonces les digo que naden unos metros de la manera en que sepan, simplemente para observar su nado y empezar a sacar unas primeras conclusiones. Y ocurre lo de siempre. Meten la cabeza en el agua, comienzan a hacer brazadas sin parar a ritmo rápido y después de 10, 12 o 15 brazadas sacan la cabeza del agua con los pulmones a punto de explotar y se detienen prácticamente asfixiados. Curiosamente en muchos casos su estilo ni siquiera es malo del todo y se puede apreciar que muchos de ellos tienen bastante facilidad para deslizarse por el agua. Pero el no saber respirar les imposibilita todo lo demás. Entonces es cuando les digo la frase que más veces he repetido a lo largo de mi carrera: “Es que no sabes nadar. Sabes bracear. Pero eso no es nadar. Nadar es saber compaginar cada brazada con cada respiración. Y cuando sepas hacer eso podrás nadar durante 30, 40 o 50 minutos seguidos sin cansarte. Pero hasta entonces ten claro que lo que haces no puede llamarse nadar, tan solo es bracear.“
¿Cuándo debería incorporarse esta fase en un cursillo para niños? Particularmente me gusta incorporarla lo antes posible. Hay niños que no tienen ningún miedo a meter la cabeza. Con ellos se puede empezar a trabajar la respiración desde el primer día. Coger aire fuera del agua y echarlo debajo del agua y hacerlo muchas veces seguidas, primero en estático agarrados al borde de la piscina. Posteriormente en posición horizontal de la misma manera y finalmente en dinámico con material auxiliar (churros, tablas..) y también en posición horizontal. Si el niño tiene miedo a meter la cabeza en el agua se ha de proceder de otra manera. Primero se le pedirá que haga las famosas “burbujitas” en el agua metiendo únicamente la boca, seguramente el ejercicio más infravalorado de la enseñanza en natación. Con ello, se logra de una manera sencilla y jugando que el niño sepa hacer lo que el 80% de los adultos no saben: coordinar la inspiración fuera del agua con la expiración dentro de ella. Esto no les supone prácticamente ningún problema puesto que no tienen que meter ni nariz ni ojos. En días sucesivos se va “engañando” poco a poco al niño para que cada vez vaya metiendo más y más la cabeza. Y no suele costarles mucho. Una vez logrado esto, las posibilidades para poder realizar nuevos ejercicios se multiplican y se podrá comenzar el trabajo de pies con respiración, la respiración lateral y la iniciación de estilos como crol o braza. Pero no antes. Comenzar a aprender crol, braza o mariposa sin tener un control total de la respiración es sencillamente perder el tiempo.
Fase de propulsión
Se tratará de lograr en el alumno desplazamientos elementales con brazos y piernas, primero con material auxiliar que les de una mayor flotación en el agua y una vez que hayan desarrollado la suficiente habilidad se procederá a ir quitando los churros, pull boys, tablas o manguitos. No existe problema alguno por el hecho de que un niño esté varios meses propulsándose con brazos y piernas con la ayuda de algunos de estos elementos ya que ellos proporcionan una mejor flotabilidad que nos ayudará a que la posición del niño en el agua sea mucho más eficiente, especialmente con las piernas. Se trata de que el niño sepa realizar los movimientos de una manera coordinada. De nada nos serviría que, por ejemplo, se propulse con las piernas si estas las lleva muy separadas y el movimiento de la pierna derecha no tenga nada que ver con el realizado con la pierna izquierda. Primero de todo hemos de lograr movimientos eficientes. Una vez logrado eso podemos empezar a quitar material de flotación. ¿Cuánto tiempo lleva lograr movimientos eficientes? como siempre, depende. Hay niños especialmente coordinados con un excelente sentido del agua. En 3 o 4 semanas puede apreciarse en ellos un batido de pies mejor que el de muchos adultos. Otros niños son más descoordinados o tienen mucho más miedo a ponerse en posición horizontal en el agua por lo que van casi “de pie”. Obviamente a ellos les costará unos cuantos meses lograr propulsiones más eficaces. No hay que obsesionarse con ello. Cada niño es diferente y lleva su propio ritmo y ese es el ritmo bueno.
Particularmente me gusta mucho comenzar los desplazamientos en posición de espalda ya que para el niño es mucho más cómodo hacerlo de esta manera al no tener que meter la cabeza en el agua y no tener que coordinar el movimiento de brazos o piernas con la respiración. Del mismo modo, soy partidario de comenzar los desplazamientos únicamente con las piernas. Los niños tienen mucha más masa muscular en las piernas que en los brazos con lo cual desarrollan muchísima más fuerza en la propulsión con sus miembros inferiores que con sus miembros superiores. Una vez que el niño es capaz de avanzar de espalda únicamente usando sus piernas las posibilidades vuelven a multiplicarse y se puede empezar a trabajar el recobro de brazos de espalda sin ningún tipo de problema. Tras lograr esto esto, comienzo con los dos estilos siguientes: crol y braza. Este apartado iría en consonancia con lo comentado anteriormente. Una cosa es nadar. Otra muy distinta bracear o lograr propulsarse con las piernas. En este momento, debemos enseñar un crol donde el niño vaya aprendiendo a coordinar cada brazada con la respiración. A estas alturas, esto se puede lograr con cierta facilidad, ya que el niño ha estado desde los primeros días trabajando de manera inconsciente la respiración y ya tiene una buena capacidad de desplazamiento al saber nadar de espalda. Ahora se trata simplemente de fusionar las dos cosas en una sola porque en braza o en crol ya no vas a ir boca arriba respirando cuando te apetece sino que lo vas a tener que hacer boca a abajo metiendo y sacando la cabeza. Primero usando solamente las piernas. Después comenzando a usar un solo brazo a la vez que se respira y finalmente usando los dos brazos y logrando un crol bastante aseado.
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Gustavo Itarte,
Entrenador Nacional de Natación y Máster en Entrenamiento Funcional de Alto Rendimie