Funny Games es una película de 1997 con una duración de 108 minutos.
Hacia el minuto 65 ocurre la escena que la convirtió en obra de culto: quince minutos de plano fijo, sin cortes, donde la violencia ya ha pasado y solo queda el tiempo.
Una realidad incómoda.
El espectador sabe desde el principio que el desenlace es inevitable, y aun así decide quedarse, soportar la tortura de mirar, sostener lo que no se debería sostener. Empujar la historia hasta el límite, sin pausar el vídeo, sin apagar el televisor. No hay salvación posible, solo la elección de seguir mirando.
De hecho, los propios protagonistas de la película lo saben y lo aprovechan: rompen la cuarta pared, nos miran a los ojos y se ríen de nosotros.
En búsqueda de un “final feliz” para Cuentas Corrientes, descubrimos esa misma inevitabilidad.
Que lo que parecía un cierre arriesgado escondía una verdad más honesta:
aceptar la incomodidad, dejar que la escena respire, quizá demasiado,
y reencontrarnos, finalmente, con el motivo que originó esta obra.
En esta versión extendida, Cuentas Corrientes se transforma en una experiencia más cercana al cine que a la danza breve.
La obsesión laboral, la repetición burocrática y la pérdida de identidad conducen aquí a un desenlace alternativo: un irónico “final feliz” que revela la fragilidad del individuo y la moral contemporánea.
Duración: 40 minutos
Espectáculo para público adulto, no recomendado para menores de edad.
Género: Danza-teatro, danza urbana, danza contemporánea, teatro físico, thriller escénico
Creación, interpretación, texto:
Jessica Castellón y Boris Orihuela
Producción musical:
Eugenio Parra Guarino, Boris Orihuela
Fotografía:
Sarah Pérez Roig, Eva Manez, Gregory Auger
Producción audiovisual y edición:
Occasiò Films
Diseño de iluminación:
Jessica Castellón y Boris Orihuela
Residencia y coproducción:
Espai l’Obrador – Residencia Dorada