"Quien piensa algo, piensa en signos". Elisabeth Walther
"... Sin la ayuda de los signos, seríamos incapaces de distinguir dos ideas de manera clara y constante". Ferdinand de Saussure
Introducción
Comunicarse es una necesidad esencial para la subsistencia de los grupos y comunidades, para lo cual cuentan con el valioso apoyo del lenguaje hablado y escrito, y con otros recursos y medios. Poseen el don de los códigos y los signos, que constituyen la forma como el ser humano aprehende y categoriza la realidad, construye el conocimiento y transforma la experiencia cultural y social en significado, para intercambiarlo en las diversas actividades y contextos de la vida cotidiana, laboral y científica.
Es así como surgen en la vida social los sistemas verbales y no verbales de significación y comunicación, de los cuales se ocupa la semiótica y lingüística, entre otras disciplinas. En el marco anterior, surgen los siguientes interrogantes: ¿Qué comprende la significación? ¿Cómo se entienden los signos y cómo se clasifican? ¿Qué elementos constituyen un proceso comunicativo? ¿Qué son los códigos? ¿Cómo son los sistemas verbales y no verbales de significación y de comunicación?
1. Los Signos
En el capítulo anterior se denomina a la Semiótica como la disciplina que estudia los signos en general y mencionamos de forma general la definición de los signos, pero en este apartado vamos a conocer los diferentes abordajes que existen sobre este concepto Fundamental para la semiótica.
Diariamente hacemos uso de los signos, por ejemplo, cuando decimos que la fiebre es signo de enfermedad, o que el humo de una chimenea es signo de que dentro de ella se está quemando o cocinando algo. Un signo es un objeto físico, cuyas características son:
Los signos hacen referencia a otra cosa, a aquello a lo que el signo hace referencia se lo denomina designado o significado.
Por ejemplo, una bandera roja hace referencia a un peligro, una nota musical designa un cierto sonido, un mapa hace referencia al lugar geográfico que representa o una palabra escrita en un papel permite transmitir un mensaje.
Los signos hacen referencia a algo para un cierto sujeto, que se llama intérprete.
Por ejemplo, un semáforo es un signo que tiene muchos intérpretes (todas las personas que conocen su funcionamiento y saben lo que significa cada color), un león amaestrado (intérprete), ante determinados gestos (signos) de su domador, realiza determinadas acciones.
A continuación se presentan algunas definiciones de Signo que recoge Umberto Eco (1976, p.13):
Síntoma, indicio, indicación palpable de la que se pueden sacar deducciones y símiles en relación con algo latente. Elemento característico de una enfermedad, referido a un enfermo.
Imperfecciones físicas, sobre todo leves, tales como cicatrices, etcétera, por las que resulta más fácil el reconocimiento de una persona, y que se citan en los documentos de identidad.
Cualquier trazo o huella visible que deja un cuerpo sobre una superficie.
Gesto, acto o cosa similar que pone de manifiesto una determinada manera de ser o de hacer, como puede ser, por ejemplo, un signo de alegría, etc.
Gesto con el que se quiere comunicar o expresar alguna cosa, tal como una orden, un deseo, o algo parecido.
Contraseña, elemento distintivo, impreso en alguien o en alguna cosa, para poderlo reconocer. Marca.
Línea, figura o algo parecido que se traza para señalar el punto al que se ha llegado. Todos los signos de esta categoría pueden indicarse con un sinónimo aparente de signo, que es señal.
Cualquier expresión gráfica, punto, línea, recta, curva y otras similares adoptada convencionalmente para representar un objeto abstracto. Cualquier entidad gráfica utilizada igualmente para representar un objeto abstracto, como un número, una fórmula química, expresiones algebraicas, operadores lógicos y sim. En determinados contextos se llama también símbolo, para que no se confunda con el homónimo de la acepción duodécima o decimotercera.
Cualquier procedimiento visual que reproduzca objetos concretos, tales como el dibujo de un animal, para comunicar el objeto o el concepto correspondiente.
(En lingüística.) Proceso mediante el cual un concepto (o un objeto) se representa por medio de una imagen acústica (como las «palabras» y sim.). A veces, cualquier componente menor del proceso precedente.
Cada parte de un procedimiento visual que se refiere a una emisión fónica, a un concepto, a un objeto, a una palabra; tales como las letras del alfabeto (o grafemas), los símbolos gráficos subsidiarios (signos diacríticos), los signos de la notación musical, del alfabeto Morse, Braille y otros.
Símbolo, entidad figurativa u objetual que representa, por convención o a causa de sus características formales, un valor, un acontecimiento, una meta o cosas similares; así, la cruz, la hoz y el martillo, la calavera (a veces utilizado como emblema, incluso heráldico).
Aunque se presentan muchas definiciones y clasificaciones, tienen una cualidad compartida: se basan en el uso común.
Para aproximarnos a la existencia de los signos, dejemos que la imaginación divague mentalmente por los distintos momentos de la vida de un ser humano, en alguna de nuestras ciudades modernas.
Supongamos que Alfredo, un joven trabajador de cierta empresa, despierta por el sonido de un reloj. Después del desayuno observa el periódico del día: títulos, fotografías, avisos. Oye el timbre del teléfono, levanta el auricular y dice “aló”, como signo de que está listo para iniciar la comunicación telefónica. Sale a la calle y busca el signo de “paradero”, para hacerle la señal de parada a un taxi, que se reconoce por un rótulo encima del vehículo. Escucha la radio, por la cual se entera de acontecimientos nacionales. Observa por la ventana enormes nubes negras, agoreras de lluvia. Se fija en el tablero del automotor: va 40 Km. por hora y ve que la gasolina va por mitad.
En las calles entiende diversos avisos: señales de tránsito, nombres de almacenes, etc. Escucha voces y ruidos con alguna información: lotería, dulces, golosinas. Oye la sirena de una ambulancia pidiendo prioridad. En el ascensor capta signos que lo orientan sobre su uso: abrir, cerrar, arranque, piso o nivel. Ya en la oficina, saluda y recibe como respuesta un cariñoso gesto de la secretaria. En la cartelera lee instrucciones de trabajo y nota una enorme paloma blanca como símbolo de paz.
Podríamos seguir imaginando la vida de Alfredo y comprobar que toda ella está inmersa en los signos. En cada situación se advierte la existencia de un objeto o estímulo sensorial, por medio del cual Alfredo comunica o interpreta un “significado”, o sea lo que él intenta dar a entender o lo que él supone que otros le quieren dar a entender. Como se ve, un signo se produce o se interpreta en distintas circunstancias o contextos, que ayudan a precisar el sentido.
De ahí la riqueza polisémica de la apalabra “signo”, pues es usada en diversidad de situaciones y con variados significados. Valiéndose de tres diccionarios de la lengua italiana, Eco (1976) recoge 38 acepciones de “signo”. Y si le buscáramos sinónimos o palabras que se le aproximan en su significado, en lengua castellana encontraríamos muchísimas. Van las siguientes, a vía de ejemplo: signo, símbolo, síntoma, índice, indicio, indicación, marca, señal, indicador, trazo, huella, rastro, seña, gesto, contraseña, clave, manifiesto, manifestación, figura, expresión, palabra, vocablo, representación, emblema, enseña, imagen, icono, significante, estímulo, lenguaje, medio etcétera. Todos estos términos tienen algo en común, aunque con alguna variación: tienen como referencia una idea, un sentido y facilitan su comunicación. Son rasgos propios de lo que llamamos signo.
El ser humano es una especie que sigue un intenso deseo de hacer significados, y esta creación de de significados radican las preocupaciones de los semióticos. En la semiótica, los "signos" son unidades significativas que toman la forma de palabras, imágenes, sonidos, gestos u objetos. Tales cosas se convierten en signos cuando les ponemos significados. Para los fines analíticos de la semiótica cada signo se compone de:
Un significante: La forma material del signo
Un significado: El concepto que éste representa.
* El significante comunmente suele interpretarse como la forma material del signo. Es algo que se puede ver, escuchar, tocar, oler, saborear o sobre lo que podemos pensar (como un concepto abstracto). En cambio el Significado es una construccion mental - o sea, no es una cosa material para nada. La relación entre el significante y significado es conocida como la "Significación", y esto es representado en el diagrama Saussuriano con la flecha de "doble cabeza".
A continuación un ejemplo sencillo:
Signo: la palabra escrita "Arbol"
Significante: Las letras " á / r / b / o / l / " *
Concepto o Significado: la categoría de "árbol" definido como: Planta de tronco leñoso y elevado que se ramifica a cierta altura del suelo.
* Sin embargo, esta definición puede variar de acuerdo del contexto en que se encuentre. Por ejemplo, un arbol puede ser un esquema explicativo para mostrar las relaciones de parentesco.
El signo Lingüístico
Como se pudo ver en el capítulo anterior, se debe al gran lingüista Ferdinand de Saussure (1961) la concepción bipartita de signo, como la unidad que resulta de asociar indisolublemente un significante con un significado . Dicha asociación es de carácter psíquico, pues se produce en la mente. Entonces, en el ejemplo citado, la imagen visual de calavera que se forma en la mente asociada a la idea de “peligro de muerte” es lo que constituiría el signo y no la relación con el dibujo material propiamente. Además de la asociación entre significante y significado, todo signo para que sea tal, debe reunir otros requisitos:
Que lleve en sí la marca de una intención comunicativa , vale decir, que intente dar a entender algo a otra persona.
Que se base en un consenso o aceptación previa , por ejemplo, de que la imagen de “calavera” significa peligro de muerte, o la palabra “bailar” significa una acción de moverse rítmicamente.
En el caso de los signos de la lengua, o signos lingüísticos, Saussure habló de la asociación de una imagen acústica con un concepto . Por ejemplo, como se ilustra a continuación, al escuchar los sonidos materiales de la palabra “mesa” , considerada como signo dentro de la lengua española, en la mente se asocia una imagen acústica de dicha palabra con el concepto del objeto (mueble para colocar objetos). Pero tanto los sonidos materiales, audibles, como el objeto real en sí, están por fuera, no hacen parte del signo lingüístico, el cual se constituye por la unión de la imagen acústica y el concepto.
El estímulo sensorial, en este caso, es auditivo y está dado por la palabra en sí, cuya imagen evocaría en la mente el concepto respectivo, operación posible gracias a un acuerdo tácito entre quienes emplean la palabra " mesa ". Esto es lo que permite entender que exista en forma subyacente una intención comunicativa, como lo reafirma Guiraud (1971): "El signo es siempre la marca de una intención de comunicar un sentido".
Pero el significado no sólo abarca los aspectos cognitivos, a la manera como lo concibió Saussure (un concepto), sino también actitudes, valores, emociones, sensibilidad estética, acciones y todo tipo de connotaciones socio-afectivas y culturales. (Cf.p.173 y ss). En consecuencia, un signo puede ser la expresión de diversos tipos de significados.
En la línea marcada por Saussure, Hjelmslev (1988) explica la composición del signo, también de manera dicotómica, mediante la asociación de la forma del plano de la expresión con la forma del plano del contenido , haciendo abstracción de la substancia del plano de la expresión y la substancia del plano del contenido, que quedarían por fuera del signo (Cf.p.104).
En contraste a la "diada" de Saussure, Charles Pierce plantea su triada:
Representamen: la forma que el signo toma (no necesariamente material)
Interpretante: Que no es un intérprete sino el sentido que da el signo.
Objeto: al cual el signo se refiere.
Este modelo es complejo, sin embargo, es importante mencionar que el interpretante es en sí mismo un signo en la mente del intérprete. En la siguiente imagen se muestra una versión simplificada del modelo:
El signo-vehiculo es la forma del signo (Representamen)
El sentido es lo que da a entender el signo (Interpretante)
El referente es lo que representa el signo (Objeto)
A continuación se muestra un ejemplo sencillo de esta relación triádica:
Con base en las anteriores consideraciones es posible afirmar que, aunque en realidad es indisoluble la relación asociativa entre el significante y significado, en la práctica cuando se habla de signo, muchas veces se alude sólo al significante, aunque implicando el significado. Así, las expresiones "niño", "¡ay!" , el movimiento con la mano de "venga" y la imagen de rojo en el semáforo son signos, cuyos significados son, algo así como "ser humano en la infancia", "un sentimiento" (dolor, horror, admiración...), "solicitud de aproximarse hacia acá" y "orden de detener el vehículo".
Pierre Guiraud (1971) entiende el signo como “un estímulo" es decir, una sustancia sensible cuya imagen mental está asociada en nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por función evocar con el objeto de establecer una comunicación . Aunque, es verdad que todo signo se convierte en últimas en una señal, es decir, un estímulo sensible , no es de buen recibo actualmente tomar el significado mental como otro estímulo. Más que un estímulo asociado, el significado es una construcción mental.
Según Buyssens, citado por Eco (1976), “un signo es un artificio por medio del cual un ser humano comunica a otro ser humano su propio estado de conciencia” . Obsérvese cómo se da relevancia a las funciones de comunicación y de significación. Además se destaca la artificialidad y la participación intencional del ser humano, de donde, como afirma Eco, se infiere que sería muy difícil considerar como signos los síntomas y los indicios naturales. Claro, en otra de sus obras Eco (1981) aclara que la garantía de la existencia de la significación es el “destinatario humano”.
La definición clásica de signo desde San Agustín alude a la sustitución de una cosa por otra, en latín, “aliquid stat pro aliquo” . Peirce dice que es “algo que para alguien se pone en lugar de otra cosa en algún aspecto o capacidad”. Por ejemplo, el dibujo de una calavera substituye la idea de muerte, mediante la cual representa la muerte en sí. Por esto, en cuanto permite una representación, decimos más exactamente que un signo es el medio por el cual representamos en la mente una realidad cualquiera construida como significado.
Características del Signo
El signo lingüístico se caracteriza por una serie de rasgos que lo diferencia de otro tipo de signos:
Es lineal, es decir, necesita un espacio y un tiempo para producirse, las unidades se suceden una tras otra, no se superponen. Al pronunciar las unidades se deben hacer de forma sucesiva, no simultáneamente.
Es arbitrario, no hay motivación para asociar la realidad al signo, no hay nada en un significante que implique un determinado significado. Es un signo inmotivado. Un ejemplo de esto lo vemos en que cada lengua emplea distintos signos para denominar el mismo objeto (arbol, tree, arblre, albero, etc..). Las excepciones a este rasgo son las onomatopeyas, es decir las palabras que imitan el sonido de la realidad a la que aluden (zumbido de una mosca, mugido de una vaca, tictac del reloj..).
El convencional, esto quiere decir que hay un acuerdo social entre los hablantes de la comunidad para designar así las realidades. Ese acuerdo perdura a través del tiempo.
Es articulado, está constituido por unidades simples que se combinan entre sí (fonemas) para crear unidades mayores (monemas). Esto permite que con un número reducido de fonemas se puedan obtener multitud de monemas que luego formarán infinidad de oraciones. Esta característica también se llama doble articulación del lenguaje.
- Primera articulación: formada por unidades mínimas con algún tipo de significado llamadas monemas que se unen para crear unidades mayores (perr-o ; cas-ita).
- Segunda articulación: formada por unidades mínimas sin significación llamadas fonemas que se articulan para crear unidades con significado, los monemas (p-e-r-r-o ; c-a-s-i-t-a).
Es mutable e inmutable, es inmutable porque no se puede cambiar individualmente, la sociedad lo impone y se assegura así su continuidad, esto significa que son signos convencionales. También es mutable porque con el uso, se va modificando a lo largo del tiempo con mayor o menor rapidez. Por ejemplo, la palabra "sumercé" deriva de la palabra su merced, usada en la época colonial española tardía; es conjugado de la misma manera que usted, pero se emplea para referirse con respeto de una persona a otra con cierta simpatía o cariño.
2. La significación
En principio, "significación" etimológicamente es la acción de “significar”, que equivale a producir o interpretar significado con el signo , desarrollar un proceso sígnico osemiosis , la cual implica, entre otros hechos, transponer de un plano significante a un plano significado, buscar y producir sentido, interpretar el mundo y comunicarlo. “Los signos son creados y usados -dice Walther (1994)para cumplir con determinados fines, para aportar determinados rendimientos: se quiere expresar algo a través de ellos, representar algo y comunicarlo a alguien”.
Ahora bien, si los signos son el componente de la significación y por supuesto de la semiótica (Peirce, 1986; Eco, 1976), como se infiere de algunas reflexiones del capítulo anterior, es necesario, en consecuencia, examinar dónde y cómo se producen, qué concepción se tiene de ellos, cómo se entienden y expresan, en fin, cómo se agrupan y cómo se clasifican.
3. Significación, significado y sentido
La definición de estos conceptos ha sido, sin duda, parte de un problema en el desarrollo de la semiótica ya que desde algunas perspectivas podrían incluso tocarse como sinónimos para una redacción eficaz respecto de estos temas, sin embargo es necesario hacer algunas precisiones con miras a establecer las distinciones necesarias para una semiótica general de las ciencias sociales.
Habremos de entender como significación el proceso por el cual el ser humano reconoce un objeto del mundo y para apropiarse de él y poder transmitirlo a otros, lo llena de significado, lo convierte en signo.
El significado es entonces el referente relacionado con el signo creado en el proceso de significación, o en palabras de Peirce el objeto relacionado con el signo.
El sentido se construye en un proceso más complejo que el de relacionar un signo con un objeto ya que en este caso intervienen elementos contextuales de todo tipo que determinan en el resultado de la relación entre el interpretante y el intérprete.
Como vemos el sentido es el concepto que da lugar a una concepción semiósica de la realidad circundante ya que éste es un fenómeno permanente en la dinámica social de la construcción de la cultura que vuelve de forma cada vez más compleja la red simbólica en que nos movemos.
Más aún, desde esta perspectiva significación y significado pasan a formar parte del proceso de semiosis ilimitada que es la construcción del conocimiento que nos explica, de distintas maneras, el origen y razón de ser todo cuanto nos rodea
4. Semiosis (Ilimitada)
La semiosis es una experiencia que convierte signos (o señales) significado. Lo sorprendente es que la significación es un sistema dinámico, que no corresponde completamente ni con las leyes de la lingüística, la lógica, ni con las de los conocimientos científicos, ni con diccionario alguno. La semiosis ilimitada es definida por Umberto Eco como un proceso donde el destinatario descodifica el signo originario conforme a los propósitos de la comunicación que ha emprendido, es decir:
“ un signo se explica en su propio significado solamente remitiéndolo a un interpretante, el cual se refiere a otro interpretante y así sucesivamente hasta lo infinito” (Eco 1973:74). Alejandra Vitale plantea que “un signo no está aislado, sino que integra una cadena de semiosis: cada signo es a la vez interpretante del que antecede e interpretado por el que sigue” (Vitale 2002:14).
Esto se refiere a que el proceso de significación no tiene límites, pues un signo puede explicar a otro signo o a varios signos, o viceversa. Se dice ilimitada pues esta posibilidad de interpretar lo interpretado no termina, en conclusión, la semiosis es una forma de analizar al signo. Por otra parte, es importante resaltar que el significado se relaciona con unidades culturales, estas son construcciones abstractas que nacen debido a la vida social donde se crean y expresan los signos; estos a su vez se crean e interpretan de manera indefinida.
¿En donde encontramos la semiosis?
En todos lados. Pero tomaremos como ejemplo especifico el cine. Cuando vemos una película tenemos un sinfín de signos que ver y relacionar. En un diccionario las palabras que ya son signos están definiendo a otras palabras.
En una película o anuncio publicitario, los iconos, índices y símbolos nos remiten y se explican a través de otros signos, sean estas palabras o imágenes. A su vez, las imágenes, la música se explican mediante otros signos y representan al mismo tiempo algún signo distinto.
Asimimos, la publicidad juega con la semiosis ilimitada para construir sus anuncios. Ejemplo, un comercial de Coca-Cola, vemos una lata de Coca-Cola que nos remite a un refresco de cola, color negro, con etiqueta roja, letras blancas y estos elementos también nos llevan a pensar en otros signos, la Coca-Cola como signo que relacionamos con “felicidad” gracias a la relación que hacen en sus comerciales del refresco con esta emoción. Pero dentro del comercial encontramos que usan a la Coca-Cola para definir otras cosas como la amistad, el amor, etc. Y así sucesivamente....
Referencias
Beuchot, M. (2004). La semiótica: teorías del signo y el lenguaje en la historia. FCE - Fondo de Cultura Económica. https://elibro.net/es/ereader/usta/109534?page=5
Niño, R. V. M. (2013). Semiótica y lingüística: fundamentos (6a. ed.). Retrieved from https://ebookcentral.proquest.com
Chandler, D. (1998). Semiótica para principiantes. Retrieved from https://ebookcentral.proquest.com
Gimate-Welsh, H. A. (2005). Del signo al discurso: dimensiones de la poética, la política y la plástica. Retrieved from https://ebookcentral.proquest.com
Sequera, J. (2014) La Producción Del Sentido: Semiosis Social. RAZÓN Y PALABRA, Primera Revista Electrónica en Iberoamérica Especializada en Comunicación. Número 88 | Diciembre 2014 - febrero 2015 |Issn: 1605-4806|pp. 521-536
Eco, Umberto, (1973) Signo. Colombia: Labor, 1994, trad. Francisco Serra Cantarell, 2ª.ed.
Vitale, Alejandra, 2002. El estudio de los signos: Peirce y Saussure. Bs.As.: Eudeba, 1ª.ed.
Nubiola, J. (1991). “Recensión de U. Eco: Semiótica y filosofía del lenguaje”. En Anuario Filosófico XXIV/2. pp. 375-377. Recuperado de: http://www.unav.es/users/recs/Rec-Eco.html