Golpear en forma rápida con el pulgar sobre la parte inferior de la caja del instrumento, tratando de imitar el sonido de un bongó. El timbre de este efecto puede cambiar dependiendo del lugar del instrumento en el que en la partitura que se haga el ataque. Si la línea instrumental no está muy ocupada, se puede hacer el golpe con los nodillos o la palma abierta. Puede ser recomendable no usar sistemas de cinco líneas para estos pasajes; el uso de entre una y cuatro hará más evidente que los sonidos que se buscan están por fuera de las cuerdas y producirán sonidos de altura indefinida. Para este caso deberá especificarse con antelación, en las “Notas a la interpretación”, cuáles son los lugares de la madera que desean ser percutidos. En caso de que no haya una intención específica al respecto, podrá hacerse uso de una sola línea, y simplemente señalar el paso a tocar en la madera del instrumento. Sin embargo, recomendamos tener en cuenta toda l variedad de colores y matices que se pueden obtener al buscar distintos lugares de la madera del instrumento y distintas maneras de producir el sonido.
También se recomienda evitar el uso de las claves convencionales de estos instrumentos, fa, do o sol, pues estas frecuencias no serán obtenidas en los sonidos producidos con los golpes en la madera del instrumento. Es adecuado que las cabezas de las notas sean en “equis” (“x”). En mi Paisajes y retratos del compositor Juan Antonio Cuéllar tiene un uso muy efectivo. Aquí se puede consultar la partitura:
https://www.cuartetolatinoamericano.com/library/cuellar-sq1-partitura.pdf
Aquí se puede consultar la grabación:
https://soundcloud.com/juan_antonio_cuellar/sets/paisajes-y-retratos