Las Canteras

Juan Ortega Madrid nos proporciona información interesante sobre la principal cantera. Esta cantera es la más grande y espectacular de las que hubo y está catalogada como BIC con categoría de Sitio Histórico (Decreto Nº 24/2001, de 9 de marzo de 2001, B.O.R.M. Nº 65, de 20 de marzo de 2001). La cantera tiene más de 400 metros de longitud, 100 de ancho y hasta 25 de alto en los tajos de la zona central, lo que indica que se extrajeron millones de toneladas de piedra de aquí. Algunas de estas explotaciones mineras a cielo abierto fueron colmatadas de escombros durante el pasado siglo XX, pero las canteras situadas más al este no quedan ni rastro de su existencia.

Desde los cartaginenes hasta el siglo XIX 

Estas canteras se explotaron desde el último tercio del siglo III a.C. hasta el siglo II d.C., continuando en el siglo XVI y principios del XX, con su mayor auge durante los siglos XVIII y XIX. Son conocidas como canteras de atabaire, aunque actualmente se las denomina canteras romanas, lo cual puede ser inapropiado ya que fueron los cartagineses los primeros en explotarlas y alcanzaron su máximo esplendor en la edad contemporánea. Además, los romanos no solo explotaron las canteras de arenisca, sino que también disponían de otras canteras en el entorno de Carthago Nova.

Las huellas del proceso de extracción de la piedra

Podemos admirar los frentes de cantera en este punto, aunque su explotación se iniciara hace 2000 años, datan de los siglos XIX o XX. Podemos leer las marcas o huellas que dejaron los antiguos canteros sobre la piedra y obtener información valiosa. Por ejemplo, sabemos que el proceso habitual de extracción de bloques de piedra implicaba excavar una ranura en el perímetro y a la profundidad que fuera a tener el sillar, para a continuación practicar varias oquedades en paralelo y a lo largo de la parte baja del mismo donde introducir cuñas que al ser golpeadas lo separaban de la roca madre. Podemos observar bloques extraídos y desbastados, otros a medio excavar, así como marcas a modo de espiga que labran las paredes de la cantera mostrando el golpeteo repetido de los útiles que se usaron durante la explotación de la misma. También podemos ver en varios de los tajos dos líneas paralelas y verticales de huecos simétricos que, a modo de estribos o peldaños, permitían el descenso de los obreros a las zonas de trabajo.