Depósito de las «Aguas del Inglés»

A finales del siglo XIX, se intentó resolver el problema del agua en Cartagena mediante la captación de aguas de la zona oeste del municipio. Se construyó una amplia red de infraestructuras que incluía azudes, balsas, depósitos, filtros, pozos y galerías para recoger, conducir, almacenar, filtrar y distribuir aguas de lluvia y subterráneas por la ciudad. El depósito principal se encontraba en el Monte Sacro y se atribuye su construcción a la Compañía de Aguas de los Cartageneros y a la Compañía Inglesa de Aguas, que lo adquirió posteriormente.

El depósito más grande, conocido como el Depósito de las «Aguas del Inglés», se encontraba en Loma de Odón y tenía una capacidad de unos 10.000 m3. Recibía agua de la Torre de Nicolás Pérez y de la zona de Fuente Vieja a través de las balsas de Loma de la Asomada. A partir de 1945, con la llegada del trasvase del Taibilla, el proyecto de las Aguas del Inglés comenzó a declinar y su liquidación tuvo lugar en 1955.

Inicialmente, el depósito estaba cubierto por una bóveda, pero hoy en día está descubierto. Está rodeado por una gran terraza formada por un muro de mampostería y material de relleno que reforzaba su estructura, pero que también provocó el soterramiento de la primera planta del molino adyacente. El ayuntamiento de Cartagena se hizo cargo de las redes que explotaba la Compañía Inglesa en la ciudad y los barrios extramuros en 1945. Desde entonces, las aguas del Inglés se utilizan principalmente para regar huertas particulares en la zona oeste, y su gestión y comercialización la lleva a cabo la empresa familiar de los Blases de Canteras. Los Blases cobran por alberca repleta en lugar de por metro cúbico, y solo venden agua a aquellos que poseen tierras en las zonas donde se encuentran las antiguas conducciones de agua.