Botánica-Canteras

Juan Ortega Madrid hace referencia a la riqueza botánica de la zona, destacando la presencia de varias especies emblemáticas de la flora autóctona. Entre ellas, se encuentran endemismos como la sabina mora o ciprés de Cartagena, la cambronera, el lentisco, el arto, la tapenera, el palmito o palmera y el espino. Algunas de estas especies vegetales han dado origen a topónimos de la zona, como El Sabinar o El Palmeral, mientras que otras se usaron para delimitar terrenos o para la elaboración de utensilios y objetos decorativos.

Además, el autor destaca los diversos usos que se han dado a estas plantas, como leña para chimeneas, hornos o carboneras, preparación de la era antes de la trilla con ramas de arto, y elaboración de escobas, adornos, relleno de colchones y masas para picar esparto. También menciona que los tallos, flores y frutos de la tapenera se comen encurtidos, y que el palmito es una planta aprovechable en su totalidad, tanto para su consumo como para la elaboración de escobas y otros utensilios.

Finalmente, el autor recoge una curiosa adivinanza en alusión a la palma del palmito, haciendo referencia a su tonalidad verde en el monte y a su movimiento de vaivén cuando se convierte en escoba. También menciona una tradición local de salir al campo a coger y comer cogollos de palmito durante la festividad de San Antón o la Candelaria, conocida como "palmitás" en las localidades de Canteras e Isla Plana. En resumen, Juan Ortega Madrid ofrece detalles etnográficos interesantes sobre la relación de los habitantes de la zona con la rica flora autóctona que los rodea.