Un calzo es una modificación del plano inclinado. A diferencia de un plano inclinado, un calzo puede moverse.
Un calzo puede tener una o dos superficies en pendiente. El esfuerzo necesario dependerá de la relación entra la longitud y la anchura del calzo, y por tanto de la superficie en pendiente.
Ejemplos comunes de calzos son las hachas, los cuchillos o los topes de las puertas.
Imagina que necesitas cortar un árbol. Seguramente usarás un hacha. El hacha es, en realidad, un calzo doble el cual, cuando penetra en los objetos, aplica una fuerza perpendicular a cada una de las dos pendientes que la conforman.
Entre más delgada sea el hacha, mayor será la fuerza con la que se hundirá en el árbol. Sin embargo, en la vida real no lo puede ser tanto porque una hoja demasiado delgada podría quebrarse con facilidad.
Así, por ejemplo, un cuchillo también es un calzo, y como es mucho más delgado que un hacha, puede cortar con mucha más facilidad. Pero por lo mismo de que es demasiado delgado, no podría usarse para cortar un árbol.
La ventaja mecánica ideal de un calzo describe la relación entre la longitud de la superficie en pendiente del calzo y la altura del extremo más grueso del mismo. La ventaja mecánica se puede calcular utilizando la siguiente fórmula:
Solución