ANÁLISIS DE LA FORMA: EL RETRATO

El retrato es quizá el género que mejor expresa los valores sociales y culturales de un contexto determinado. Un retrato es el modo en que una persona elige para representarse a sí misma, su familia o sus circunstancias personales. El tema central de un retrato ha de ser el parecido, el carácter y la actitud del individuo retratado. También debemos prestar atención al contexto, es decir, detalles, vestimenta, posición social, etc.

El retrato en la Antigüedad

El retrato fue un elemento esencial de la cultura romana y una de sus grandes contribuciones artísticas. Fue la imagen del poder, de aquellos que rigieron los destinos del Imperio, pero mostró también la dimensión humana de sus habitantes. Su uso se extendió por todas las provincias del Imperio y representó a todas las clases sociales: hombres, mujeres y niños fueron esculpidos, siguiendo los dictados de modas establecidas en la capital del Imperio por la corte imperial, para perpetuar su memoria y construir la romanidad, es decir, la pertenencia a la cultura de Roma.

Frente a la idealización del retrato griego, el retrato romano aporta individualidad y expresividad. 

JAN VAN EYCK (1395-1441). Giovanni Arnolfini y su esposa, 1434. National Gallery, Londres.Aunque no posee título, se cree que este cuadro representa al matrimonio formado por Giovanni Arnolfini, un banquero establecido  en Brujas, y Giovanna Cenami. La pintura incluye detalles simbólicos: el perro es un signo de fidelidad y amor, y los ricos ropajes, de riqueza y estatus mientras que la colcha roja simboliza la procreación.
PISANELLO (1395-1455) Princesa de la casa de Este. 1436-1438, Musée du Louvre, París. En el siglo XV, cuando las alianzas familiares podían crear o romper una casa nobiliaria, las esposas eran importantes artículos de mercado. El peinado alto, la frente despejada, las opulentas ropas y los ricos bordados dan fe del rango y la riqueza de la dama. Unas flores y unas mariposas pintadas de forma exquisita reflejan el estilo del momento.

Devoción y poder

Con el nacimiento de la clase burguesa, los retratos se convirtieron en un modo habitual de demostrar las riquezas, la posición social y la devoción religiosa. En las pinturas de la Baja Edad Media, los donantes a menudo se representaban como pequeñas figuras arrodilladas, venerando a Cristo o a la Virgen. En el siglo XV, estas representaciones adquirieron un tono más natural y se individualizaron, y los ricos mecenas continuaron incluyéndose en los retablos y otras pinturas religiosas.

Los retratos individuales adquirieron cada vez más popularidad. Algunas personas preferían que las retratasen en bustos esculpidos para imitar la tradición romana, mientras que otras sentían predilección por los retratos pintados.  El cuadro que veis de Jan van Eyck muestra el modo en que el rico burgués Arnolfini quería ser representado. No es una pintura abiertamente religiosa, pero hay detalles que aluden a la devoción de la pareja: el espejo convexo del centro de la imagen (en un alarde de ambientación que permite ver la habitación desde otro punto de vista), contiene minúsculas escenas religiosas en el marco.  Otros detalles como la iluminación y la lámpara de araña contribuyen a la tridimensionalidad.

El retrato de perfil como en las medallas
En la historia del retrato del siglo XV en Italia se percibe una fuerte oposición, tanto artística como comercial y social, entre el retrato pintado y el busto esculpido. En pintura, se prefiere el retrato de perfil, inspirado en modelos franco-provenzales, ejemplos de efigies imperiales representadas en las monedas romanas, o medallas del Quattrocento, como las que realizaba Pisanello con su fineza inimitable. El retrato de un personaje célebre debía cumplir este doble requisito: que se le pudiera reconocer inmediatamente, y la elección de la expresión, la pose, el tipo de composición debían enfatizar las cualidades humanas y el rango intelectual y social. El retrato de perfil responde efectivamente a todos estos requisitos: los valores de exaltación de la tradición cortesana se refuerzan y enriquecen con nuevos significados a través de la investigación de los humanistas y coleccionistas de antigüedades. El arquetipo de nobleza y de gravitas transmitido por las monedas romanas con la efigie de los emperadores, afianza al señor del siglo XV en su actitud serena y de complacencia, grabada para la eternidad. La relación más directa entre la numismática antigua y el arte del siglo XV se puede encontrar en las medallas acuñadas para las cortes principescas. 

En la tenue frontera que separa el gótico tardío del humanismo emerge Pisanello. Pisanello trabajó en las cortes de Verona, Milán, Mantua, Nápoles y otras ciudades, y fue el artista más admirado del primer cuarto del siglo XV. Realizó pinturas y medallas pasando de una técnica a otra con extraordinaria facilidad y logró una armonía total. Gracias a él, el retrato de perfil alcanzó el pleno desarrollo de sus potencialidades expresivas, formales y simbólicas. 

LEONARDO DA VINCI (1452-1519) La Gioconda. 1503-1505. Musée du Louvre, París. La técnica del sfumato, un sombreado suave y oscuro perfeccioando por Leonardo, se usó aquí para crear el brillo del vestido de la GIoconda y el fondo. Su identidad ha sido motivo de gran debate, aunque Giorgio Vasari afirmó que se trataba de la esposa florentina del marqué de Giocondo. Por otra parte, el desarrollo de la llamada perspectiva aérea, o azulada también se describe en esta obra. El artista explicaba que a medida que los objetos se alejan del espectador, éste comienza a percibir los objetos y/o el paisaje virando hacia las tonalidades grisáceas y azuladas. Por falta de definición, el ojo pierde en detalle y los colores no logran distinguirse unos de otros.

En el siglo XVI, el género del retrato dio lugar a expresiones más personales e íntimas. Los sujetos empezaron a establecer contacto visual directo con el observador del cuadro, y la comunicación parecía producirse a distintos niveles. Por un lado, los gobernantes utilizaban cada vez más los retratos para representar su poder y, por otro, individuos de diferentes estratos de la sociedad comenzaron a ser inmortalizados.

La sonrisa enigmática

La Gioconda posiblemente sea la imagen más reproducidad de la historia del arte. La figura, retratado en un plano de tres cuartos, posee monumentalidad, su mirada serena y cómplice con el espectador es excepcional, en contraste con el paisaje un tanto inhóspito y agreste que se encuentra detrás de ella. 

La abundancia de retratos en el siglo XVI indica la idea de invidualidad del ser humano en el Renacimiento. Por lo general, eran un signo de posición social y riqueza, y en ellos adquiría gran importancia la simbología.



DIEGO VELÁZQUEZ (1599-1660). Las Meninas 1656-1657. Museo del Prado, Madrid. La pequeña figura de la infanta Margarita Teresa, de cinco años de edad, exquisitamente vestida, mira directamente a los ojos del observador.  En la composición, Velázquez se sitúa a la izquierda, donde parece pintar un retrato ficticio del rey Felipe IV y la reina Mariana de Austria, solamente visibles en el espejo colgado en la pared del fondo.

Los retratos podían tener funciones oficiales, como captar el parecido de los gobernantes, sus familias e incluso sus amantes. Durante un tiempo, en la mayoría de estos retratos, la composición era convencional. Los pintores de la corte terminaron adoptando perspectivas únicas que adaptaban su arte a los ambientes palaciegos.

Paso a paso

En esta lección, veremos cómo dibujar una cara desde varios puntos de vista. Empezaremos dibujando una cara de frente



Paso 1

Dibujar un círculo y una cruz

Dibujaremos primero un círculo con dos líneas perpendiculares. El círculo representa la parte de arriba de la cabeza. Usaremos esas líneas para situar rasgos faciales. 

Paso 2

Dibujar un Cuadrado dentro del Círculo

La línea de arriba representará la línea del pelo, la de abajo la nariz y la del medio las cejas. 

Paso 3

Dibujar la Barbilla

Ahora mediremos la distancia entre las cejas y la nariz (podemos utilizar el lápiz), y la bajamos para dibujar la barbilla. Ahora dibujad los límites de la barbilla hasta que conecten con tu dibujo anterior.



Paso 4

Localiza los ojos

Ahora que ya tenemos la estructura básica de la cara, localizaremos los ojos. Recuerda que los ojos están generalmente en el centro de la cabeza.


Paso 5

Dibuja los Ojos

Ahora que ya conocemos la situación de los ojos, podemos dibujarlos. Tenemos que tener en cuenta otra medida: el ancho de los ojos. El ancho de la cabeza, de oreja a oreja, es de cinco ojos. Tenemos que tener en cuenta esta medida para dibujar correctamente. Hay que tener en cuenta también que entre los ojos, hay la medida de un ojo. 



Paso 6

Localiza y Dibuja la Nariz

Ahora dibujaremos la nariz. El ancho de la nariz varía de persona a persona, pero por lo general llega a los ojos. te  puede ayudar dibujar dos verticales. 

Paso 7

Dibuja la boca

Si dividimos la distancia entre la nariz y la barbilla, un poquito más arriba de la mitad está la boca. Por supuesto, esto varía de persona a persona. 

Generalmente, los bordes de la boca se alinean verticalmente con las pupilas. 

Paso 8

Dibuja las orejas

De nuevo utilizaremos referencias para dibujar. La parte superior se alinea con las cejas y la inferior con la nariz. 

Paso 9

Dibuja la línea capilar

Si dibujas a alguien con flequillo, puede ser que no se vea, pero, pero aún así es importante saber dónde está. Varía mucho de persona a persona.


STEP 10

Dibuja el Pelo

Ahora que ya sabemos dónde nace, podemos dibujar el pelo.  Tanto si es corto como largo, el pelo se extiende  hacia fuera y no debería dibujarse pegado a la cabeza.

LÁMINAS para esta UNIDAD:  

-01. ACTIVIDAD SAMHAIN: 

Dibujaremos una calavera para ahuyentar a los espíritus. Trabajaremos primero en nuestro cuaderno de bocetos, y posteriormente trabajaremos el color. 

-02. RETRATO:

Primero, practicaremos las proporciones de la cabeza. Después haremos el retrato de alguien famoso.

-03. AUTO-RETRATO:

Haremos un autorretrato partiendo de una foto.