De nuevo disfrutamos de originales elaboraciones que fueron las delicias del jurado porque todos los asistentes teníamos derecho a voto y lo ejercimos. Nervios entre los participantes pero sobretodo, una gran satisfacción por habernos vuelto a reunir casi todos (algunos no pudieron apuntarse por diferentes obligaciones y compromisos). Seguro que los chefs ya están pensando en los platos del próximo año...
A continuación presentamos cada uno de los platos en el orden aproximado en que se consumieron porque aquellos que repetimos algún plato se nos acumulaban y nos obligaron a catas en paralelo. De aquellos de los que hay receta, incluimos el enlace a las mismas.
Galardonados con el Premio Umami a la receta donde lo más importante era el sabboooor, estos mejillones fueron el comienzo perfecto para la degustación del resto de platos.
A medio camino entre empanadillas y raviolis, recibieron el Premio Fusión a una receta de aquí y de allá. Buenísimos.
Premio Sostenibilidad a la receta de aprovechamiento porque no podemos dejar nada en la despensa, estos canelones de puerro envolvían unas pechugas de codorniz escabechadas que estaban muy ricas.
Por ser una receta a fuego lento, despacito, estas lentejas recibieron el Premio Sous Vide. Se acabaron mucho más rápido de lo que se habían hecho.
Una forma diferente de meterse entre pecho y espalda unos solomillos de cerdo. Premio Integración, Él, Ella, Elle.
El Premio Textura por el dominio de los cremosos, las esferificaciones y otras técnicas modernas recayó en esta tarta de turrón que termina con el debate de si duro o blando: a partir de ahora, en tarta.
¿Una mousse?¿Un helado? Da lo mismo, porque este postre fue un estupendo remate galardonado con el Premio Deconstrucción, a la receta tradicional pero con una vuelta de tuerca.
Además, hubo tablas de ibéricos, degustación de quesos, buenas cervezas y buenísimo vino. ¿Cómo...? Ah, sí, claro, también hubo copas porque si no, el concurso, hubiera estado un poco descafeinado.
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¡Muchas gracias!