Futuro

El auge de los vehículos eléctricos es la transformación más disruptiva en los 100 años de historia de la industria automotriz. Los fabricantes de coches compiten entre ellos para aprovechar las enormes oportunidades de crecimiento que ofrece esta nueva tecnología. Se están explorando asociaciones entre distintas industrias para cumplir con las expectativas de los consumidores en cuanto a rendimiento, seguridad y eficiencia.


Para llevar a buen puerto la transformación energética, una necesidad social y medioambiental que afecta especialmente a los automóviles y al suministro de energía, el informe Transición hacia una movilidad sostenible concluye con ocho recomendaciones:

  1. Los objetivos que se plantean deben ser realistas, medibles en el corto y medio plazo y contar con todas las tecnologías disponibles,eficientes y asequibles para el consumidor.

  2. Las políticas han de basarse en el principio de neutralidad tecnológica y en criterios de eficiencia.

  3. Debe asegurarse la uniformidad regulatoria que ha de responder tanto a objetivos ambientales como a la viabilidad económica y técnica y ser uniforme a nivel nacional.

  4. Ante retos tan importantes es imprescindible abordar políticas que apoyen el desarrollo de talento.

  5. Se considera necesario invertir en más instalaciones e infraestructuras de generación de energía limpia y en su distribución.

  6. Es absolutamente necesario establecer una planificación de infraestructuras de recarga acorde con los objetivos de electrificación del parque de vehículos.

  7. A corto plazo, se considera imprescindible y urgente para la reducción de los impactos medioambientales de los vehículos establecer incentivos a la renovación del parque.

  8. Los vehículos con pila de combustible, alimentados con hidrógeno, y sus tecnologías asociadas, deberán ser objeto de análisis de planes y de programas que permitan crear futuro antes de perder el tren.