Permisos de Apps

Desde la llegada de los smartphones la forma habitual de acceder a Internet o realizar múltiples actividades online es ejecutada, en la mayoría de los casos, desde uno de estos terminales usando para ello una aplicación concreta. Así, ingresar en nuestra cuenta de cualquier Red social, acceder al banco, consultar nuestra cita médica, etc. necesitan de una aplicación debido a que los smartphones no acceden a estos servicios de la misma forma que un ordenador que lo hace desde un programa o directamente desde el navegador.

Estas aplicaciones desde las que gestionamos cualquier servicio al que podamos acceder desde nuestro "smartphone" o "tablet" funcionan de una forma muy similar. Todas deben ser instaladas en nuestro dispositivo y a todas ellas debemos otorgarles permisos para poder ejecutar las acciones para las que las hemos elegido. 

Sin embargo cuando le damos permiso a una aplicación lo que estamos haciendo en realidad es otorgar parte del control de nuestro dispositivo a la misma. Por ello, el sentido común se vuelve fundamental a la hora de otorgar estos permisos ya que una brújula no necesita tener acceso a los contactos o la cámara de fotos no debería necesitar el acceso al correo electrónico o la gestión de redes por cuestiones obvias.

Vamos a ver a continuación los principales permisos que las aplicaciones suelen pedir y qué implican a nivel de seguridad y de control del dispositivo.