El drenaje percutáneo de la vía biliar es el procedimiento inicial mediante el cual podemos acceder a la vía biliar mediante una técnica mínimamente invasiva, el cual consiste en introducir un tubo a través de la piel hasta las vías biliares para drenar la bilis acumulada (figura 1), debido a bloqueos o estrechamientos, los cuales pueden ser de origen benigno o maligno. Este procedimiento se realiza para aliviar la obstrucción biliar y evitar complicaciones como infecciones o ictericia (coloración amarilla de la piel y ojos).
El SpyGlass es un sistema última tecnología utilizado para visualización directa de la vía biliar (figura 2). Permite al médico ver el interior de las vías biliares y realizar intervenciones como biopsias o eliminación de cálculos biliares de manera precisa.
Obstrucción biliar:
Benigna: estenosis o estrechez de anastomosis por cirugías previas (figura 3), por malformaciones congénitas de la vía biliar y por cálculos biliares grandes.
Maligna: Por cáncer de páncreas , cáncer la vía biliar (colangiocarcinoma), cáncer de hígado (hepatocarcinoma) en casos muy puntuales.
Colangitis: Infección de las vías biliares.
Fuga biliar: Tras cirugías o traumatismos que generan lesión de la vía biliar (figura 4), en estos casos NO es necesario que el paciente tenga dilatación de la vía biliar pra realizar el procedimiento.
Infección no controlada en el área de punción.
Trastornos de coagulación no corregidos.
Inaccesibilidad de las vías biliares por vía percutánea.
Preparación: Se realizan estudios de imagen para poder planificar cuál es el mejor sitio de punción, como ultrasonido, tomografía o colangioresonancia.
Anestesia: puede ser únicamente sedación o general, dependiendo del estado de salud del paciente, y del diámetro que tenga la vía biliar.
Guía por imagen: Con ayuda de imágenes (ecografía y radioscopia), se introduce una aguja en las vías biliares, pudiendo esta ser del lado derecho (entre las ultimas costillas - figura 5 ) o izquierdo (bajo apéndice xifoides -figura 6 ), dependiendo los estudios de imagen previo en el cual el cirujano planifica el mejor y más seguro acceso, posteriormente se administra contraste hidrosoluble para valorar donde se encuentra el problema.
Colocación del tubo: Se introduce guías para intentar sortear el sitio de obstrucción y en caso de lograrse, se deja colocado el catéter para drenar la bilis desde el híago hacia el intestino (catéter interno - externo); caso contrario, si no se logra pasar el sitio de obstrucción se deja colocado un cateter en la zona de STOP y en este caso la bilis saldrá únicamente fuera del organismo (catéter externo), en cuyo caso habrá que volver a intentarlo tras 5 o 7 días esperando que se desinflame la vía biliar, ya que dejar este tipo de catéter hace que sea riesgo su salida accidental o que el paciente sufra cuadros de deshidratacion severo o problemas de coagulación a causa del líquido biliar que pierde diariamente.
SpyGlass (si es necesario): Se usa para visualizar directamente el interior de las vías biliares y realizar procedimientos adicionales, como la extracción de cálculos o toma de biopsias endocanaliculares, gracias a que nos permite la introducción de herramientas adicionales tales como pinza de biopsia, canastilla para atrapar cálculos residuales o sonda de litotripsia electrohidráulica para romper y fragmentar a los cálculos (figura 7 y 8); para realizar este procedimiento se deberá esperar al menos 15 días tras haber colocado el drenaje inicial, ya que se debe formar un "tunel" o trayecto fistuloso para disminuir el riesgo de sangrado o perforación de la vía biliar a causa de su manipulación e introduccion de este dispositivo.
Radiofrecuencia endocanalicular bipolar: consiste en la introducción de una sonda fina por el mismo sitio de punción inicial, la cual nos permite llegar hasta la zona donde existe una obstrucción de origen maligno y realizar una ablación (quemar) de forma térmica mediada por electricidad, para reducir al maximo el tamaño del tumor (figura 9) y posteriormente colocar un stent metalico no recubierto que permita mantener abierta esa zona, o en caso de que previamente se haya colocado un stent, y por progresión de la enfermedad tumoral exista nuevamente crecimiento dentro del stent (ingrowth tumoral), ocluyendo la luz biliar, se indica su aplicación para reaperturar esta zona ( figura 10)
Drenaje Percutáneo:
Menos invasivo: No requiere una cirugía abierta.
Anestesia local: Más seguro para pacientes con alto riesgo quirúrgico.
Rápida recuperación: Menos tiempo en el hospital y recuperación más corta.
Cirugía Laparoscópica:
Más invasiva que el drenaje percutáneo.
Requiere anestesia general.
Recuperación más larga (semanas).
Cirugía Abierta:
Más invasiva y con mayor tiempo de recuperación.
Reservada para casos complejos o cuando otros métodos no son viables.
Infección en el sitio de punción: 5-10%.
Sangrado: 1-3%.
Lesión de órganos cercanos: <1%.
Fallo del drenaje: Puede ocurrir si el drenaje no es efectivo para aliviar la obstrucción.
La recuperación es generalmente más rápida que con la cirugía abierta, con mejoras notables en días a semanas, dependiendo del estado general del paciente.
El drenaje percutáneo de la vía biliar, especialmente cuando se combina con tecnologías avanzadas como el SpyGlass, es una técnica muy efectiva y segura. La bibliografía reciente respalda su uso como una alternativa mínimamente invasiva con buenos resultados en el manejo de enfermedades biliares complejas.
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