Vélez Málaga

Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido!, porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga, dice Miguel de Cervantes en El Quijote. Hoy, la ciudad, capital de la comarca de la Axarquía, se extiende por todo su hermoso valle hasta la costa, donde se encuentra unos de sus grandes núcleos de población, Torre del Mar, y muy cerca de ella la Caleta de Vélez que cuenta con el puerto donde amarra la flota pesquera más grande de la provincia.

Del encanto natural de esta tierra quedaron prendados fenicios, cartagineses, romanos y musulmanes y cada pueblo que pasó por ella dejó su impronta. Tal vez la huella más evidente es la de su pasado árabe, que muestra con claridad en el trazado urbano del casco antiguo y en el mismo nombre de la ciudad, “Bellix Malaca” (Valle de Málaga).

Por sus calles pasearon hijos ilustres como: María Zambrano (pensadora, filósofa y ensayista), Juan Breva (cantaor), Amparo Muñoz (actriz, modelo, miss universo 1974), Fernando Hierro (futbolista)…

En sus proximidades se ubican asentamientos de cronología muy variada, púnicos, fenicios, romanos y medievales, como Toscanos (poblado fenicio), Cerro del Mar (fenicio), Cerro del Peñón (s. VII a.n.e. hasta época medieval), Cerro de Alarcón (fenicio arcaico), necrópolis de Jardín (fenicio) y torres vigías como las de Manganeta (s. XVI), del Jaral (nazarí s. XIII), o Torre del Mar.

Dominando la ciudad, contemplamos La Fortaleza árabe y sus murallas. Sus antiguas mezquitas, hoy convertidas en iglesias (la iglesia de Santa María la Mayor, gótico-mudéjar, se construyó sobre la antigua mezquita mayor árabe, como muestra su alminar convertido en torre campanario), forman parte de los monumentos más significativos de Vélez Málaga.

Llama la atención el verdor de su valle, recorrido por el río Vélez, dedicado mayoritariamente a la agricultura, donde prospera, gracias a su clima, una producción destacada de aguacates y mangos, potencial económico de la zona.

Hoy, el visitante se sentirá gratamente acogido gracias a la calidad de sus playas y a la oferta de ocio de interior y naturaleza.


Antonio Montoro Gómez

Málaga, 12 de agosto de 2019


Thanks be to God, sirs, for bringing us to such good quarters; for, if I do not deceive myself, the ground we stand on is that of Velez Malaga,says Miguel de Cervantes in Don Quijote. Today this city, capital of the Axarquía county, spreads along its beautiful valley all the way down to the shore. By the sea lies Torre del Mar, and very close to it Caleta the Vélez that has a port where the largest fishing fleet in the province moors.

Of the natural charm of this land, Phoenicians, Carthaginians, Romans and Muslims were seized and every culture that passed through it left its mark. Perhaps the most obvious trace is that of its Arab past, which clearly shows in the urban layout of the old town and in the same name of the city, "Bellix Malaca" (Malaga Valley).

This is also the land of renowned citizens María Zambrano (thinker, philosopher and essayist), Juan Breva (singer), Amparo Muñoz (actress, model, miss universe 1974), Fernando Hierro (footballer) ...

In its surroundings a variety of cultures have settled in the past: Punics, Phoenicians, Romans and medieval, such as Toscanos Cerro del Mar, Cerro del Peñón, Cerro de Alarcón, Jardínand watchtowers like those of Manganeta, Jaral or Torre del Mar.


Overlooking the city, we find the Arab Fortress and its walls. Its old mosques, now converted into churches (the church of Santa María la Mayor, Gothic-Mudejar, was built on the old Arab mosque, as shown by its minaret remodelled into a bell tower), are part of the most prominent monuments of Vélez Málaga .

The greenery of its valley, crossed by the Vélez river, mainly dedicated to agriculture, attracts attention, thanks to its climate, an outstanding production of avocados and mangoes, economic potential of the area.

Nowadays, visitors will be delighted by the quality of its beaches and the vast amount of options for outdoor activities in nature.



Translated by José Jiménez García-Verdugo, Adriana Jiménez García-Verdugo and Nabil Abderraman