Inicios de Chichén Itzá
Chichén Itzá fue fundada hacia el año 525 d.C., durante "la primera bajada o bajada pequeña del oriente que refieren las crónicas", por los chanes de Bacalar (que después se llamaron itzá) y más tarde aún cocomes.
Habiendo establecido los chanes la capital de su gobierno en Chichén Itzá en la época señalada, provenientes de Bacalar, continuaron su trayecto de oriente a poniente en la península de Yucatán, al cabo del cual fundarían también otras ciudades importantes como Ek Balam, Izamal, Motul, T'Hó, la actual Mérida de Yucatán y Champotón.
Ya hacia el final del período clásico tardío, en el siglo IX, Chichén se convirtió en uno de los más importantes centros políticos de las tierras del Mayab.
Chichén Itzá comenzó su desarrollo urbanístico durante el periodo Clásico Terminal, fechado tradicionalmente entre los años 800 y 1000 d.C. Este nuevo desarrollo se caracterizó por arquitectura monumental abovedada, de un estilo similar al de las ciudades del área de la serranía Puuc, por lo que esta arquitectura se ha denominado de estilo Maya o Puuc.
Algunos de los edificios más emblemáticos, y de mayor valor artístico, de la ciudad pertenecen a ese periodo citado en el párrafo anterior, como son El Observatorio, Las Monjas, La Iglesia, o La Casa Colorada, entre algunos otros.
Una de las características de estos edificios Puuc, es la presencia de inscripciones jeroglíficas, inscritas en lenguaje maya-yucateco, las cuales hacen referencia constante a un gobernante llamado Kak´upakal, el cual significa de fuego es su escudo, mismo que fue mencionado en fuentes coloniales. Tales inscripciones, que se concentran en la segunda mitad del siglo IX, no se limitaron al sitio, sino que aparecieron en asentamientos prehispánicos aledaños, como Yulá y Halakal. Casi todas las inscripciones fueron fechadas con el sistema de notación conocido como Tun-Ahau, a excepción del Dintel de la Serie Inicial, que ostenta una inscripción en el sistema de Cuenta Larga.
El periodo Postclásico Temprano, fechado tradicionalmente entre 1,000 y 1,200 años d.C., correspondió al máximo apogeo del sitio, el cual alcanzó las dimensiones y el volumen que hoy conocemos. En ese periodo existió un cambio dramático con la introducción de un nuevo estilo arquitectónico, el cual integró elementos semejantes a aquellos presentes en el sitio arqueológico de Tula, Hidalgo, tales como columnatas, columnas-atlante y columnas-serpiente, junto con la técnica de mampostería y ciertos elementos del anterior estilo.
El nuevo estilo arquitectónico de Chichén Itzá fue denominado Tolteca, por sus semejanzas con Tula, sin que ello significara una afiliación étnica ni una relación directa entre ambos sitios. Durante este periodo, cesaron las inscripciones en estilo jeroglífico maya-yucateco, siendo el último edificio que presentó tales inscripciones el Templo del Osario, fechado 998 d.C.
El poderío de Chichén Itzá durante esta época se manifestó no solamente en la impresionante arquitectura de edificios emblemáticos, tales como El Castillo, el Templo de los Guerreros o el Gran Juego de Pelota, sino también en el impresionante programa de escultura en bajorrelieve, los murales, y la cantidad y calidad de los objetos importados.
Durante el periodo Postclásico Medio, que se fecha tradicionalmente entre 1200 y 1350 d.C., la ciudad entró en un periodo de decadencia. Por tal motivo, cesaron las construcciones monumentales, se suspendieron las importaciones de objetos suntuarios, y la ciudad luchó por mantener su preeminencia en el área, en medio de luchas políticas que desencadenaron en la sustitución de Chichén Itzá por la ciudad de Mayapán.
En este paulatino periodo de pérdida de poder la ciudad continuó aun cuando estuvo habitada, pero la población se contrajo inexorablemente. Ocupó antiguos edificios e incluso reutilizó los objetos del periodo anterior, razón por la cual fue casi imposible encontrar objetos del periodo de apogeo, en sus lugares originales de uso o almacenamiento. Este factor de ocupación continua afectó evidentemente las interpretaciones contextuales que se intentan hacer sobre la vida y costumbres de los habitantes de Chichén Itzá, en sus periodos de máximo desarrollo.
Aun cuando Mayapán heredó el poder político, Chichén Itzá no fue abandonada durante el Postclásico Tardío (1350 -1530 d.C.).