Por primera vez desde 1995, Colombia enfrenta el riesgo de descertificación antidrogas por parte de Estados Unidos bajo la Ley de Asistencia Exterior de 1961. El comunicado de Washington señaló que los cultivos de coca y la producción de cocaína alcanzaron niveles históricos y que las metas de erradicación no se cumplieron, responsabilizando al liderazgo político.
Aunque se otorgó una exención temporal (waiver), el país quedó bajo advertencia. De concretarse, la medida acarrearía repercusiones financieras —con mayores exigencias de los bancos corresponsales y riesgos de de-risking—, restricciones regulatorias, posibles congelamientos de activos, y tensiones en materia migratoria y diplomática.
El sector financiero ya prepara respuestas en tres frentes: fortalecer la prevención de la financiación de armas de destrucción masiva, coordinar la 5ª ronda del GAFI y mantener interlocución con autoridades como OFAC, DEA y FinCEN.
El antecedente de 1995 mostró que solo acciones concretas en materia antilavado evitaron un mayor daño al sistema financiero. Hoy, el aumento de cultivos ilícitos y el retroceso en metas de sustitución revelan la urgencia de corregir el rumbo.
El waiver no es definitivo: sin medidas más contundentes, Colombia pasará de la advertencia a sanciones con alto costo económico y reputacional.
Fuente: La República