La administración por vía subcutánea es un método de administración de medicamentos que consiste en inyectar la sustancia en la capa de tejido subcutáneo, justo debajo de la piel. El objetivo de esta vía de administración es permitir la absorción lenta y constante del medicamento en la corriente sanguínea.
Entre los medicamentos que pueden administrarse por vía subcutánea se encuentran los anticoagulantes, insulina, algunos tipos de vacunas y ciertos medicamentos para el tratamiento del dolor.
Es importante que la administración por vía subcutánea sea realizada por personal capacitado, siguiendo las instrucciones precisas del médico y manteniendo adecuadas condiciones de higiene y esterilidad para evitar complicaciones o infecciones.
Fácil manipulación, que favorece el autocuidado y la práctica por parte de familiares y cuidadores.
Absorción lenta y constante de los fármacos.
Posibilidad de administrar diferentes medicamentos.
No requiere hospitalización.
No necesita heparinización.
Favorece el control de síntomas, especialmente del dolor.
Menos molesta en pacientes agónicos.
Permite infusión continua.
Disminuye la ingesta de un número excesivo de medicamentos por vía oral.
Es una vía menos agresiva, presentando menos efectos secundarios y complicaciones que la vía intravenosa (extravasación, flebitis). Así mismo la administración de opioides por vía subcutánea, logra la misma analgesia que por la vía intravenosa, produciendo menos toxicidad.
Existe una menor capacidad de absorción que por otras vías.
Puede producirse la salida accidental de la palomilla, causando una salida de líquido por el lugar de punción.
Reacción cutánea local en forma de eritema y picor, que puede solventarse cambiando el lugar de inserción de la palomilla.
Reacción adversa al material de punción o a la medicación administrada.
Es una vía por la que no pueden administrarse todos los fármacos.