La vía de administración intravenosa es un método utilizado para introducir medicamentos, soluciones o nutrientes directamente en el torrente sanguíneo a través de una vena. Es considerada una de las vías más efectivas y rápidas para administrar sustancias al organismo, ya que permite una absorción inmediata y completa.
Directa. Es la administración del medicamento en forma de bolo, ya sea solo o diluido (normalmente en una jeringuilla de 10 ml, la cual contendría la sustancia a inyectar junto con suero fisiológico hasta completar los 10 ml). Se usa pocas veces por las complicaciones a que puede dar lugar, ya que en general los medicamentos necesitan un tiempo de infusión más amplio que el que se obtiene con este procedimiento.
Por goteo intravenoso, canalizando una vía venosa. Es la forma de tratamiento empleada ante determinadas situaciones clínicas (crisis asmática, cólico nefrítico, etc.) o bien para permitir la derivación hospitalaria en unas condiciones adecuadas.
Rápida absorción: Al administrar los medicamentos o líquidos directamente en el torrente sanguíneo, la vía intravenosa permite una rápida absorción y acción de los mismos. Esto es especialmente útil en situaciones de emergencia donde el tiempo es crucial.
Control de la dosis: La vía intravenosa permite un control preciso de la dosis administrada, lo que es especialmente importante en pacientes que requieren dosis específicas.
Acceso a venas difíciles: En algunos pacientes, las venas pueden ser difíciles de encontrar o acceder. La vía intravenosa permite el acceso a venas más profundas o pequeñas, lo que puede ser muy útil en estos casos.
Administración continua: La vía intravenosa también permite la administración continua de medicamentos o líquidos, lo que es especialmente útil en pacientes que requieren una terapia prolongada
Riesgos de infección: La vía intravenosa puede aumentar el riesgo de infección en el sitio de la inserción o en el torrente sanguíneo. Es importante tomar medidas de precaución para minimizar este riesgo.
Dolor y molestias: La inserción de una aguja en una vena puede ser dolorosa e incómoda para el paciente, especialmente si se requiere una terapia prolongada.
Riesgos de complicaciones: La vía intravenosa puede ser asociada con una serie de complicaciones, como la trombosis venosa profunda o la embolia pulmonar.
Costo: La vía intravenosa puede ser más costosa que otras técnicas de administración de medicamentos o líquidos, lo que puede ser un factor a considerar en pacientes que requieren una terapia prolongada.