Quien hoy en día escucha el nombre de J R R Tolkien, seguramente piense automáticamente en su gran saga: “El Señor de los Anillos”, y sí, la memorable aventura de Frodo Bolsón es la que marcó un antes y un después en la escritura de este hombre, pero hasta hace pocos años, cuando Warner Studios lanzó esas… “maravillosas” películas dirigidas por Peter Jackson –no me malinterpretéis, Un viaje inesperado roza la perfección visual y es muy fiel a la novela original, pero a partir de la segunda la cosa se les va de las manos –se podría decir que la primera pincelada que se vio de la increíble Tierra Media, “El Hobbit” apenas era conocida.
Por ello, antes de pasar a explicar por qué esa novela infantil es una de mis obras literarias preferidas, abramos los ojos de aquellos que nunca se sumergieron en la vida de Bilbo Bolsón, nuestro protagonista –el tío de Frodo para los que anden despistados-.
“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”
Esas son las palabras con las que empieza la aventura, simples, pero certeras. Y es que la historia comienza narrando la vida de Bilbo, un hobbit acomodado que es un estereotipo redundante de estos vagos seres; la vida de Bilbo es sencilla, va a lo cómodo y lo que evite salir de La Comarca, el lugar en el que vive, pero todo esto se tuerce al recibir la misteriosa visita de Gandalf el Gris –sí, el señor cuya barba superó a la de Dumbledore –quien tras una conversación algo extraña se marcha, solo para volver con trece enanos, quienes desbaratan la vida de Bilbo en cuestión de una noche, a la busca de un saqueador. Y es que el pequeño hobbit es un cincuentón vago y rechoncho, pero en lo más profundo de su ser se encuentra un verdadero aventurero.
La misión es sencilla de comprender: los enanos quieren recuperar su patria, la cual les fue arrebatada mucho tiempo atrás por Smaug, un enorme, escamoso y malhumorado dragón. Y aunque el pequeño hobbit se niega en un principio, acaba aceptando el puesto.
A partir de ahí viven innumerables aventuras, pero si aún no lo habéis leído –o visto las películas –os aconsejo que leáis el libro, eso sí, lo curioso es que esta novela comenzó siendo un cuento que Tolkien se inventó para entretener a su familia.
Y casualmente, aquí es donde viene la casualidad de que hace años, del mismo modo que Tolkien narró las aventuras de Bilbo a su aburrida prole, un padre decidió entretener a su única hija con una historia que leyó siendo aún un crio. Por aquel entonces yo no tenía más de cinco años, no era revoltosa o incansable, pero aquella noche me aburría, y mucho, así que mi padre, amante de Star Wars y el Señor de los anillos, decidió contarme un cuento, eso sí, ayudándose solo de un cuaderno y un bolígrafo.
Siendo sinceros, es uno de los recuerdos que guardo con más cariño, indirectamente, esa historia acompañada de garabatos mal hechos fue lo que me acercó a la literatura y ese mal hábito que es leer. Si nos ponemos aún más cursis, “ese fue el libro que me abrió las puertas a la fantasía”, si soy sincera, los trolls me dieron pesadillas durante dos semanas. Remarco que solo tenía cinco años.
Es curioso cómo te imaginas un personaje, y luego resulta ser todo lo contrario, por ejemplo: Gollum en mi imaginación era un monstruo gigante, horrible y que lo devoraba todo a su paso, y bueno…. Gollum es… Gollum. O los trolls, que por aquel entonces me resultaban aterradores y al final resultaron ser un recurso cómico, tanto en el libro como en la película.
El Hobbit es uno de mis libros favoritos por ese momento, esos garabatos sin sentido que aspiraban a ser enanos, ese misterio que ocultaba Smaug, y el cariño con el que mi viejo hablaba de él. Hoy en día sigo pasando sus páginas con el mismo entusiasmo que la primera vez que lo leí, a pesar de no ser más que un cuento infantil.
Por último, una curiosidad: ¿Sabíais que a partir de este cuento Tolkien creó TODA la Tierra Media? El escritor quiso que el mundo en el que transcurrían las aventuras de los Bolsón tuviese sentido y miles de historias interesantes dentro de este.
En fin, solo que queda decir: ¡Larga vida a Tolkien!
“Canta sin voz,
Vuela sin alas,
Sin dientes muerde,
Sin boca habla”
-Gollum, a ver si lo adivináis.