oldest recorded sound

EL SONIDO GRABADO MÁS ANTIGUO DE LA HISTORIA

por Carlos Pozuelo


Esta es una breve historia del sonido grabado más antiguo conocido. El registro fue grabado el 9 de abril de 1860 en un fonoautógrafo por Leon Scott. Según parece, canta la canción popular francesa de "Au Clair de la Lune" en la versión de Pierrot Repondit.

El primer dispositivo capaz de grabar sonido fue el fonoautógrafo, invención del francés Leon Scott patentada el 25 de marzo de 1857. El aparato podía escribir sonidos, pero éstos no podían ser reproducidos después.

El fonoautógrafo funcionaba así: tenía un cuerno o un barril, que recogía las ondas sonoras hacia una membrana, a la que estaba atada una cuerda. Cuando llegaba el sonido, ésta vibraba y se movía y el sonido podía grabarse. El fonoautógrafo era considerado una curiosidad de laboratorio para el estudio de la acústica. Se empleaba para determinar la frecuencia de un tono musical, y para estudiar el sonido y el habla. Hasta después del desarrollo del fonógrafo, no se entendió que la onda grabada por el fonoautógrafo, era de hecho una grabación del sonido y que sólo hacía falta un medio de reproducción adecuado para escuchar sus registros.

Esto no sucedió hasta que, en 2008, un equipo estadounidense de estudiosos de la historia del sonido logró reproducir por primera vez el sonido grabado por el fonoautógrafo. Tras acceder a las grabaciones de de Leon Scott (que estaban guardadas en la oficina de patentes de la Académie des Sciences francesa), escanearon el papel en relieve con un sofisticado programa informático creado por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Las ondas del papel fueron traducidas por un ordenador a sonidos audibles. Uno de ellos, creado el 9 de abril de 1860 resultó ser una grabación de 10 segundos (de muy baja fidelidad pero reconocible), de alguien cantando la canción popular francesa "Au Clair de la Lune" en la versión de Pierrot Répondit.

Este "fonoautograma" es la primera grabación de sonido conocida, así como la má antigua grabación empíricamente reproducible, muy anterior a la grabación de un reloj parlante de Frank Lambert y a la de un concierto de Georg Friedrich Händel realizada por la Compañía Edison, que datan de dos y tres décadas después, respectivamente.