Hablar con otros familiares y amigos de sus sentimientos de alegría, esperanza, tristeza, impotencia, temor, entre otras emociones. En el caso de algunos cuidadores, la intensidad de estos sentimientos negativos es tal que interfieren en sus vidas y en el desempeño de las tareas relacionadas con el cuidado, es por esto que es importante compartirlos para poder recibir ayuda.