Cada 90 minutos una persona es diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otra persona fallece a causa de esta [1]. En la Imagen 1, se muestra la prevalencia en el mundo de las enfermedades de la motoneurona, principalmente de la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Se observa que Perú no tiene una alta prevalencia de casos de pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica, correspondiéndole un aproximado de 1 a 3 casos por cada 100 000 habitantes. Sin embargo, se observa que en aquellos países con mejores condiciones económicas hay una mayor cantidad de casos [2].
Imagen 1. Prevalencia de Enfermedades de la motoneurona en el mundo [2]
Actualmente en el Perú, el Ministerio de Salud (MINSA) no cuenta con un registro claro de la cantidad de pacientes diagnosticados con esta enfermedad y la cantidad de fallecidos. Sin embargo, un artículo publicado en The Lancet incluye una aproximación de la cantidad de pacientes con la enfermedad y fallecidos entre 1999 - 2016 siendo un aproximado de 779 diagnosticados y 49 pacientes fallecidos en Perú [2].
A nivel mundial la incidencia del ELA es de 0.6 a 3.8 casos por cada 100.000 habitantes por año y esta cifra va en aumento [4]. Cada año se diagnostican 120.000 nuevos casos de ELA en todo el mundo, 17 cada hora, y se espera un incremento del 69% en el número de casos para el año 2040 [5].
Imagen 2. Pronóstico del aumento de los casos de ELA en el mundo en el año 2040 por la Doctora Elisa Rojas Prats [3]
Según Cronin y colaboradores (1996 a 2006) la incidencia de la ELA es más baja en etnias africanas, asiáticas e hispánicas con respecto a caucásicos europeos y norteamericanos. En América Latina se han hecho pocos estudios sobre ELA por lo que se cuenta con de algunos datos epidemiológicos de incidencia (casos/100.000 habitantes/año) y prevalencia (casos/100.000 habitantes), respectivamente así: Argentina 3,17 y 8,86; Brasil 0,4 y 0,9 a 1,5; Costa Rica 0,97 y sin datos; Ecuador 0,2 a 0,6 y sin datos y Uruguay 1,37 y 1,9 [6].
Imagen 3. Incidencia y prevalencia mundiales de ELA [6]
La relación que se puede establecer entre esta data y las cifras de incidencia de ELA en Perú es una comparación con la data de sus países limítrofes tales como Ecuador y Chile. En el primer país mencionado no existen muchos estudios realizados acerca de la ELA en su contexto nacional, debido a los pocos casos existentes (incidencia baja). Sin embargo en Chile si hay diversos estudios que acreditan el impacto del ELA en los pacientes por una mayor cantidad de casos presentes (incidencia alta).
En la revisión sistemática sobre la carga mundial, regional y nacional sobre la enfermedad de la motoneurona entre 1990-2016 publicado por la revista "The Lancet Neurology" en 2015 se observa una comparación entre los países de la Comunidad Andina Latinoamericana (Observar Imagen 4). Los Años de Vida Ajustados por Discapacidad - AVDs (por sus siglas en ingles DALYs) en Perú entre los años 1990 a 2016 fueron de 1539, un valor mayor que en países como Perú y Ecuador. Por otro lado, la prevalencia en Perú del ELA fue 779 personas y las muertes fueron de 49 (datos hasta el 2016 [2]. Tanto en muertes, prevalencia y AVADs el Perú es unos de los países que más alto número posee (tiene una mayor prevalencia que en Ecuador y Bolivia)
Imagen 4. Muertes, Prevalencia y DALYs en Perú, Ecuador y Bolivia desde 1990 - 2016 [2]
Por otro lado, en la revisión sistemática sobre las características epidemiológicas y genéticas del ELA en América Latina publicada en la revista " Amyotrophic Lateral Sclerosis and Frontotemporal Degeneration" se encontró que para el periodo de estudio entre 1985 y 2007 el número de pacientes con ELA fueron de 85, donde la media de edad al comienzo de la enfermedad fue de 51.0 años [6]. Lo más resaltante es que en el Perú la media del retraso del diagnóstico fue de 20 meses. Si comparamos al Perú con países como Colombia, Ecuador y Uruguay, se observa que posee la mayor media del retraso del diagnóstico.
Imagen 5. Características clínicas de la ELA y tiempo de supervivencia en América Latina. [7]
Se realizó un estudio donde las historias clínicas de pacientes con ELA fueron incluidos para procesar y analizar los datos. Se escogieron 85 historias clínicas que abarcaban del 1985 a 2007. De estas historias 57 fueron de mujeres y 28 fueron de hombres (Ver Imagen 6). El intervalo promedio desde el inicio de los síntomas y el diagnóstico fue de 20 meses y 70.4% se encontraban entre 6 meses a dos años (Ver Imagen 7) [9]. En el estudio se afirma que debido a la escaza tecnología y la accesibilidad geográfica (no todos los centros hospitalarios cuentan con médicos neurólogos) el tiempo que transcurrido entre primeros síntomas y diagnóstico aumenta. [8]
Imagen 6. Pacientes con ELA distribuidos según la edad de inicio [8]
Imagen 7. Distribución según el tiempo de los primeros síntomas al momento del diagnóstico [8]
La ELA tiene un impacto significativo sobre el estado nutricional de un paciente, no solo lo condiciona a una alimentación cada vez menos independiente, sino que juega un papel fundamental en el progreso de la enfermedad .
El déficit nutricional es frecuente en el paciente con ELA, con una prevalencia entre el 16 y el 53%, esto se debe a la pérdida de autonomía motriz que dificulta la ingesta de alimentos, pero también a que el gasto energético aumenta en una proporción del 10-20% debido al aumento del trabajo muscular, el enlentecimiento de la motilidad gastrointestinal, la disfagia, el catabolismo muscular y el hipermetabolismo [9].
El estado nutricional actúa como indicador de pronóstico, se ha demostrado que la pérdida de peso y la desnutrición pueden inducir a la inmunodeficiencia y agravar la fatiga derivada de la atrofia muscular y del empeoramiento de la función respiratoria. De igual forma, puede causar otros síntomas comunes en pacientes con ELA como:
Reflujo gastroesofágico
Estreñimiento
Disnea relacionada con la ingestión
Además, algunos estudios han demostrado que la depleción tisular progresiva, relacionada con la pérdida de peso, se asocia con disfunción respiratoria y menor supervivencia [10].
En adición a la disnea, el avance de ELA causa, en etapas avanzadas, pérdida de peso rápida, disfagia severa y desnutrición, en este escenario es inevitable realizar una gastrostomía, procedimiento invasivo que la mayoría de pacientes decide retrasar porque puede prolongar su sufrimiento.
En la bibliografía analizada, todos los autores coinciden en un punto: el paciente debe ser acudir a un nutricionista tan pronto como se sospeche el diagnóstico de ELA y hacer un seguimiento periódico de su dieta, no es suficiente con administrar algunos suplementos alimenticios. Sin embargo, este aspecto de la enfermedad suele ser subestimado.
[1] "Who Gets ALS?" The ALS Association, https://www.als.org/understanding-als/who-gets-als (accedido el 1 de setiembre, 2021).
[2] Lancet Neural. (2018). Global, regional, and national burden of motor neuron diseases 1990–2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. [Online]. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S1474-4422%2818%2930404-6
[3] E. Rojas, ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA (ELA). [Online]. Disponible en: https://www.fundela.es/iOApps/F048C26A-4796-43E0-AA1D-EAB0B7D08F3D/Themes/0ACC4C5B-7B76-4CBD-A4F4-793004261D4D/Images/esclerosis_lateral_amiotrofica.pdf.
[4] E. Longinetti y F. Fang, “Epidemiology of amyotrophic lateral sclerosis: an update of recent literature,” en Current Opinion in Neurology, 2019, vol. 32, no. 5, pp. 771–776, doi: 10.1097/wco.0000000000000730.
[5] K. C. Arthur, A. Calvo, T. R. Price, J. T. Geiger, A. Chiò, y B. J. Traynor, “Projected increase in amyotrophic lateral sclerosis from 2015 to 2040,” en Nature Communications, 2016, vol. 7, no. 1, doi: 10.1038/ncomms12408.
[6] C. H. Zapata-Zapata, E. Franco-Dáger, J. M. Solano-Atehortúa, y L. F. Ahunca-Velásquez, “Amyotrophic lateral sclerosis: update,” en Iatreia, 2016, vol. 29, no. 2, pp. 194–205, doi: 10.17533/udea.iatreia.v29n2a08.
[7] Erazo, D., Luna, J., Preux, P.-M., Boumediene, F. y Couratier, P. (2021). Características epidemiológicas y genéticas de la esclerosis lateral amiotrófica en América Latina y el Caribe: una revisión sistemática. Esclerosis lateral amiotrófica y degeneración frontotemporal, 1-13. doi: 10.1080 / 21678421.2021.1909066
[8] L. Torres, E. Guevara, G. Mendoza y C. Esquerre, "Características clínicas de la Esclerosis Lateral Amiotrófica en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas", 2009, vol. 48, no. 1. http://www.fihu.org.pe/revista/numeros/2009/ene-mar/7-12.html#up
[9] Merlos, R. A. (2009). "Revisión del manejo dietético y nutricional de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica " en Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, 13(1). [Online]. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-nutricion-humana-dietetica-283-articulo-revision-del-manejo-dietetico-nutricional-13138221
[10] Rio, A. y Cawadias, E. "Nutritional advice and treatment by dietitians to patients with amyotrophic lateral sclerosis/motor neurone disease: a survey of current practice in England, Wales, Northern Ireland and Canada", en Journal of human nutrition and dietetics: the official journal of the British Dietetic Association, 2017, 20(1), 3–13. https://doi.org/10.1111/j.1365-277X.2007.00745.x