La metodología que se desea desarrollar en este proyecto tiene como referencia el Ciclo de Referencias (RSVP Cycles o Ciclo Repère), la cual fue propuesta inicialmente por el arquitecto paisajista, diseñador y profesor estadounidense Lawrence Halprin (1916-2009) quien aplicó esta metodología en el ámbito de la arquitectura. Posteriormente, el Ciclo Repère fue desarrollado por el actor y director de teatro quebequense Jacques Lessard en el ámbito teatral y funda en 1980 el Teatro Repère, de la cual Robert Lepage, actor y director de teatro, se apropia durante su pasaje en esta agrupaciòn y la lleva a sus trabajos artísticos desde entonces. Además, desde el modelo de Círculo de referencias, el proyecto desprende una serie de paralelismos con otras concepciones teórico-metodológicas asociadas con métodos proyectuales no lineales tales como los encontrados en el paradigma del Design Thinking. Estos serán visitados al final de este apartado metodológico.
Este ciclo RSVP (Resources, Scores, Valuaction, Performance) tiene cuatro etapas que se encuentra interconectadas, se retroalimentan entre ellas y se busca en cada momento que exista la mejor comunicación posible, no es un proceso lineal por lo que se puede volver a cualquier momento del ciclo:
Recursos: Todo aquello que tenemos para trabajar. Incluyendo los recursos materiales (las limitaciones de tiempo, el dinero, de equipo y espacio). Así como los recursos sensibles: las personas participantes su personalidad, sus intereses, sus objetivos. Los estímulos concretos desde poesias, imagenes, objetos, palabras claves, etc.
La partición o partitura que tiene dos fases:
-La Fase de exploración: Todo se pone a prueba, todo aquello que se imagina o que quiere explorar se hace.
-La Fase sintética: Se realiza una selección provisoria del material que se ha desarrollado en la primera fase, se organiza. No es material necesariamente terminado, pero es susceptible a ser desarrollado, esto depende del momento del proceso en el cual se encuentra la creación.
Evaluación (Valuaction): Análisis de las acciones y posibles selecciones y decisiones. Además, la evaluación tal como está escrita “Valu-action” está orientada a una etapa activa, al análisis de las acciones emprendidas, a la retroalimentación y la posibilidad de volver a etapas anteriores o ir hacia el frente. En esta etapa se puede presentar el trabajo a público específicos para poder comprender los alcances o debilidades del material.
Representación: Lo creado se presenta, socializa o comparte frente al público.
Esta metodología se trata de un proceso sensible y colectivo. Puede existir uno (a) o varios (as) facilitadores (as). Al tener etapas de evaluación es posible abrir espacios de reflexión y socialización en varios momentos del procesos total de creación. Es importante considerar que en este proceso hay etapas de exploración, se debe contar con los insumos de vestuarios, escenografía, tecnológicos y demás en los ensayos. Por lo que a diferencia de otros procesos en donde se integra el sonido, la luz y la escenografía al final, en este caso los recursos expresivos se incorporan desde el inicio o muy temprano en el proceso.
Tal como se mencionó arriba, la naturaleza del modelo empírico acuñado en el ciclo RSVP permite trazar paralelismos teórico-metodológicos con nociones afines encontradas en posturas igualmente alejadas de la concepción lineal, cartesiana y positivista del diseño de objetos y espacios. Particularmente con el Design Thinking planteado inicialmente por Tim Brown (2008) desde el Harvard Business School, consolidado desde el Concilio Británico del Diseño (2005) y desarrollados Best (2015) y Cano (2016) entre muchos otros.
Entre otras cosas, el Design Thinking propone que el proceso de diseño es necesariamente un proceso inacabado y sumergido en una dinámica de constante reinvención, en cuanto a que en lugar de ‘etapas’ o pasos, el diseño de objetos y espacios es solamente la materialización emergente temporal de un ciclo iterativo fluido y localizado. Es decir, mientras que las metodologías clásicas del diseño (i.e. Bruno Munari, 1981) esquematizan el diseño como un proceso lineal de constante depuración desde un Problema (P) a una solución (S), el Design Thinking abstrae el proceso de diseño como un ciclo iterativo de constante repetición y prueba entre al menos 4 estadíos: Planteamiento del problema - Investigación - Prototipado - Prueba. Para ilustrar esto gráficamente, el Concilio Británicodel Diseño (2005) propone el modelo del doble diamante:
La adaptación de Cano (2016) del esquema del esquema original define 4 momentos del proceso de diseño cuyo momento final no implica la solución final del proceso de diseño, sino simplemente un momento cristalizado del proceso interminable materializado en un prototipo más que un diseño ‘acabado’. En lugar de entender el proceso de diseño como uno con forma de ‘embudo’, donde se parte de la definición de un problema (amplio y complejo) y se llega a una solución (precisa y delimitada), el modelo del doble diamante cíclicamente pasa por momentos de exploración divergente y otros de síntesis convergente.
Dicho lo anterior es posible comprender cómo tanto el modelo de Ciclo de Referencias como el Design Thinking se alejan de una visión del proceso creativo como uno lineal (y objetivo) de depuración, síntesis y concreción formal; y más bien lo entienden como uno abierto y fluido mediado por procesos de negociación interdisciplinarios y empáticos. Un proceso de constante exploración determinado solamente por soluciones ‘inacabadas’ que responden temporalmente a contextos y necesidades locales; y que pueden ser mediadas únicamente por creatividad, innovación y subjetividad.