Una nueva etapa de la vida


Carolina Alvarado y Félix Rodríguez

Los alrededores llenados con arboles 

Carolina Alvarado

Entre los meses de septiembre y noviembre, los seniors de Saint John's visitarán universidades en preparación para su futuro próximo. Como a todos los seniors anteriores, a mí me tocó emprender esta aventura. Mi familia y yo decidimos aprovechar el fin de semana festivo del 12 de octubre.

Dos semanas antes del viaje, mi mamá y yo empezamos a buscar pasajes para Nashville Tennessee y Miami Florida. Mientras mirábamos la pantalla de la computadora, me dio un poco de ansiedad pero también experimenté una ola de curiosidad por el futuro que podría tener en una de esas ciudades. La incertidumbre que me contaban mis amigos seniors que sentían en estos meses y momentos cruciales, finalmente llegó a mí. 


La noche antes del vuelo, estuve despierta hasta la una de la mañana preparando mi maleta. En verdad, pienso que empaqué demasiada ropa, pero esa siempre he sido yo: demasiado indecisa. Al levantarme el día del viaje, me llené de felicidad y emoción. No podía esperar para montarme en el avión y viajar a un destino nuevo. Sentada en el avión, mientras miraba las nubes y las casas se veían cada vez más diminutas, pensaba en lo rápido que estaba cambiando mi vida. Según disminuía el tamaño de la realidad física , crecía en mí la incertidumbre ante lo desconocido mezclada con ilusión, entusiasmo y satisfacción por las metas alcanzadas. 



La foto muestra la fachada de uno de los edificios 

Carolina disfruta de un paseo en el campus universitario.

La primera mañana en Nashville desperté llena de entusiasmo y curiosidad. La cama, las almohadas, las sábanas, me parecían nubes blandas y suaves que acariciaban mi cuerpo y lo preparaban para caminar 5 millas alrededor de la universidad. Frente al portón de la universidad , me sentí como si estuviera entrando a Disney por primera vez. Estaba rodeada de edificios que se veían como castillos chiquitos de ladrillos, de paredes cubiertas por la hiedra y árboles cuya sombra me cubría  como una capa mágica. 

Aunque sé que la universidad será mi lugar por los próximos años, también sé que mudarme a un lugar nuevo lejos de mi familia y de mis amigos es un gran reto que deberé enfrentar. No tener a mis padres o a mi hermana en la misma ciudad, indudablemente será difícil. Sin embargo, sé que no estoy sola en esta aventura. Sé que no soy la única que se siente así. Hay millones de jóvenes universitarios en todas partes del planeta viviendo la misma experiencia que yo, sobre todo y lo más importante, cuento con la solidaridad de 80 compañeros de la clase 2022 que emprenderán este apasionante futuro conmigo.

Annia Guindín y Nicole Acosta, comparten sus experiencias en su año como seniors

Félix Rodríguez

Annia Guindín


Annia describe lo que siente como algo “medio extraño”. 

“No solo estamos en el último año en la escuela superior, sino también es la primera vez que hemos estado en un salón de clases físicamente después de mucho tiempo. En verdad, se siente como cualquier otro año, pero con más fiestas y más papeles para llenar.”

Según Annia, este año trajo una combinación de varios estados de ánimo. Afirmó que siente la presión del último año junto a la felicidad de estar de nuevo en la escuela, pero al mismo tiempo percibe que hay realidades que no han cambiado. También cuenta que lo que más va a extrañar cuando se gradúe son sus compañeros: "Creo que lo más que voy a extrañar son todas las boberías que hacen los muchachos en clase." Para Annia, la comunidad de Saint John's es lo que más la ha marcado en todos sus años en la escuela. Será difícil para ella despedirse de todos sus amigos cuando se gradúe.


Nicole Acosta habla de su experiencia de manera positiva.  Ella nos contó que el momento más significativo  que ha vivido en la escuela fue cuando creó el Foster Club hace 6 años. Aunque no tiene un recuerdo favorito, dice que “la mejor parte de mi trabajo es recibir fotos de perros que he rescatado en sus hogares permanentes”. Cuando se gradúe en mayo, va a tener que dejar atrás el club. 

"Lo más que voy a extrañar es la comunidad de rescatistas que hemos creado en Puerto Rico porque en la universidad no voy a tener las mismas oportunidades. Es triste ser senior y dejar mi niñez atrás, pero voy a estudiar medicina veterinaria y sé que eso va a tener un significado  muy grande para mí".

Nicole Acosta acompañada de algunos cachorros del Foster Club.

Los seniors no son los únicos que van a experimentar cambios. Sus familias, amigos y la escuela también serán diferentes después de su graduación. La partida de Nicole se sentirá profundamente en la comunidad de rescatistas del Foster Club. También hay muchos seniors que tienen amigos en otros grados. En mi propio grupo de amigos, la mitad son seniors y el resto somos juniors. El año que viene no va a ser igual sin ellos. Otros grupos como el mío, probablemente, se sienten de la misma manera.

En fin, la vida sigue y las personas crecen. Tendremos que adaptarnos a esos cambios y a todos los demás que vienen por delante. Igualmente tenemos que recordar que aunque cambien algunas circunstancias, no significa que se va a perder a los amigos y las memorias que se han acumulado durante los pasados años. Aún queda bastante tiempo para seguir disfrutando y acumulando muchos buenos recuerdos con los seniors de la clase 2022.

Logo de la clase graduanda 2022 de Saint John's School