El gimnasio es para mí el lugar más especial en el colegio. Allí he aprendido mucho sobre el deporte, sobre la vida y sobre mí mismo. He aprendido a trabajar en equipo, a tenerle respeto al oponente y, lo más importante, en el gimnasio me he preparado para representar los colores de la escuela. Son muchos los recuerdos que ligan mi vida a este espacio. Desde la escuela elemental hasta el presente, las palabras "cancha", "equipo", "gimnasio" son parte de mi conversación diaria, son parte de mi vida. 

Indudablemente, el equipo de voleibol es el que ha marcado, significativamente, mi experiencia como deportista. Juntos hemos alcanzado  triunfos inolvidables  en el gimnasio. El voleibol es un deporte en el que la escuela destaca y al que dedicamos muchas horas de práctica en el gimnasio, incluso los fines de semana.

En el  gimnasio, también recuerdo con orgullo  los campeonatos en los que he participado y mi equipo ha ganado. El despliegue de pancartas que cuelgan en sus paredes aparecen los nombres de los participantes, el deporte, año y categoría. 

Mi momento favorito del gimnasio son las prácticas los sábados en donde se pone música y se practica en un gran nivel de juego. Después de la práctica, siempre nos reímos de chistes y la pasamos bien. 

Nunca olvidaré las experiencias vividas en este espacio amplio, fresco y familiar.

La biblioteca de Saint John 's es un espacio bien importante no tan solo para mí sino también para muchos de los estudiantes. Desde que entras a grado 7 la biblioteca se convirtió en un espacio de socialización. Durante el tiempo de merienda o de almuerzo después de comer todos se reúnen en las mesas para hablar. Además de esto nos sentábamos a jugar ajedrez o juegos electrónicos en la computadora o celular. Eran momentos que aunque la biblioteca no es el espacio debido para hacer esas actividades todos lo disfrutamos.

Mientras fui creciendo, la biblioteca se convirtió en un espacio para estudios y relajamiento. Tengo muchos recuerdos en donde teníamos proyectos en grupos con cartulinas y siempre íbamos a la biblioteca a las mesas grandes para que todos tuvieran espacio. Cuando tengo bloque libre suelo ir siempre a la biblioteca para adelantar trabajo y estudiar. Si no tengo nada para estudiar me siento en una de las sillas solo escuchar música y despejar la mente.

El tercer piso de Saint John's siempre será especial para mí. Cuando entré por primera vez a esta escuela, me sentía incómoda y solía sentarme sola con mis audífonos en esta esquina para evitar que la gente me hablara. Con el tiempo, he conocido a muchas personas y he hecho amigos que nunca olvidaré.

El tercer piso de la escuela se ha convertido en el lugar donde he vivido los momentos más hermosos de mi vida estudiantil, a pesar de que antes era el lugar donde me aislaba. He compartido risas, alegrías, lágrimas y muchos otros sentimientos con mis amigos. He experimentado la inolvidable sensación de ser special para alguien en un lugar especial. Eso es lo que convierte en inolvidable un lugar tan sencillo como el tercer piso.

Y si, además, en ese pasillo se encuentran las maestras de español, el tercer piso se convierte en un lugar único porque son ellas mis maestras favoritas. No obstante, entre todas destaca la Dra. María Martínez porque ella me ha regalado una experiencia inolvidable. Desde que comencé a tomar sus clases, he desarrollado un gran interés por la cultura. Me he relacionado mucho con la doctora y he descubierto que también le dio clases a mi mamá en la escuela superior. La Dra. Martínez es muy amable y siempre está dispuesta a ayudarme cuando tengo dudas o necesito una explicación adicional. Realmente, aprecio todo lo que ha hecho por mí y estoy agradecida de haberla tenido como maestra.

Ahora, qque se acerca mi graduación, sé que voy a extrañar mucho este lugar, especialmente el tercer piso y todo lo que representa para mí.