Los trovadores

Las vinculaciones con el movimiento trovadoresco: la música profana y de intencionalidad religiosa pero no litúrgica.

La fuente más antigua data del siglo XII: las Cantigas de Amigo do mar de Vigo, del poeta Martín Codax. Se trata de una colección de 7 canciones (la sexta sin música), escritas en gallego. El florecimiento del gallego es testimoniado por los 2.000 poemas escritos en esa lengua que se conservan de la Baja Edad Media. Son la respuesta hispánica a la lírica provenzal. Narran dichas cantigas la historia de una mujer que, tras despedir a su amigo, espera infructuosamente su llegada del mar de Vigo. Las cantigas de amigo se caracterizan porque es la amada, la mujer, la protagonista de la narración. Aunque son monofónicas, siguiendo la estructura de las piezas trovadorescas, sin embargo contienen un estribillo que debía entonar un coro (= cantigas de refrán). Las estrofas son muy sencillitas.

Las Cantigas de Santa María es la colección más importante en lengua gallega. Son 404 canciones anónimas mandadas compilar por el rey castellano Alfonso X “El Sabio”, en el siglo XIII. Es probable que el culto monarca (autor de un tratado de Historia de España, “Grande e General Estoria”, y de un tratado de ajedrez, “Dados et Tablas”) aportara algunos textos de su propio puño y letra. Se utilizaban en los actos públicos, como las fiestas marianas o los grandes eventos reales. Narran los milagros de la Virgen. Pese a esta temática religiosa, hay que tener en cuenta que el fervor mariano durante el siglo XIII fue, en los territorios hispánicos, muy intenso, sincero y popular. El rey, además, se declara en el prólogo el trovador de la Virgen. Constituyen un corpus muy compacto y con una unidad temática muy clara. Existe una canción para cada milagro. Cada 10 cantigas narrativas (do miracle) aparece 1 de Loor o alabanza a la Virgen. Los esquemas formales proceden del ámbito francés: virelays y ballades. La melodía, silábica y sencilla, se desarrolla por grados conjuntos, con unos pocos saltos interválicos de tercera. La mayoría comienzan por un estribillo que se repite entre estrofas y también como conclusión. Las presencia de algunos trovadores en la corte de Alfonso X “El Sabio”, como Guirault de Riquier, es un referente trovadoresco más. Los manuscritos, con ricas miniaturas, constituye una valiosa fuente iconográfica y organológica.