Cooper es un joven quien recorre el mundo como mochilero para escapar de la realidad que lo espera en su hogar. Luego de una parada en Londres, se queda varado sin dinero a causa de un problema con la plata. Conversando con la chica con la que tuvo una cita la noche anterior, decide someterse a pruebas de juegos de realidad virtual para conseguir dinero.
Los juegos comienzan con algo facil como el juego de “pegarle al topo” dentro de un cuarto donde no se puede ingresar con celulares ni otros dispositivos. La siguiente prueba tiene que permanecer en una casa algo terrorífica, donde el chip instalado en su cerebro proyectará cosas que le causen terror, según la información que éste guarda. Pero nada de lo que vea puede hacerle daño físico ya que no es real.
Cooper decide ponerle fin al juego cuando comienza a sentir dolor real, pero pierde su mente, ya que el chip intervino en su cerebro de una forma no esperada.
Podemos entender hasta donde podemos llegar con la ayuda de la tecnologia, hasta donde se puede llegar por plata, dinero o mejor un bien estar económico. Podemos hasta someternos a peligros sin ver los riesgos que conllevan, el juego es una adiccion, no importa si es en realidad virtual o no, uno siempre tiende a superarse en esta clase de cosas.